Hero and Leander (c. 1875), mármol de 125 x 184 cm, de Henry Hugh Armstead (1828-1905). Tate Gallery, Londres
Siguiendo con el repaso al poema Hero y Leandro de Museo el Gramático, llegamos al verso 245, que atribuye el epíteto (δεινός) al amor (ἔρως).
- (Duro es Eros = 245 = Δεινὸς Ἔρως). Con este epíteto tradicional también denomina al Amor Virgilio, Geórgicas III, 258 (del exemplum de Leandro). Aquí tenemos 255-263:
ipse ruit dentesque Sabellicus exacuit sus
et pede prosubigit terram, fricat arbore costas
atque hinc atque illinc umeros ad uulnera durat.
quid iuuenis, magnum cui uersat in ossibus ignem
durus amor? nempe abruptis turbata procellis
nocte natat caeca serus freta, quem super ingens
porta tonat caeli, et scopulis inlisa reclamant
aequora; nec miseri possunt reuocare parentes,
nec moritura super crudeli funere uirgo.
El mismo jabalí sabélico se lanza y aguza sus colmillos y escarba con los pies la tierra, se rasca las costillas contra un árbol y endurece sus espaldas para las heridas por uno y otro lado. ¿Qué pensar de aquel joven, a quien el irrefrenable amor mete en sus huesos violento fuego? En efecto, durante la ciega noche, cruza tardío a nado los mares agitados por la tempestad desencadenada; sobre su cabeza truena la inmensa puerta del cielo, y las olas, estrellándose contra las rocas, lo llaman hacia atrás; pero ni las desgracias de sus padres, ni la joven que, si él muere, morirá también con cruel muerte, lo pueden detener.
La traducción es de Tomás de la Ascensión Recio García, en Gredos.
- (El fuego del amor me quema las entrañas = 246 = τὸ δ’ Ἔρωτος ἐμὲ φλέγει ἐνδόμυχον πῦρ). Según Ovidio, Heroidas XVIII, 89 s., Leandro no siente la frialdad de las aguas marinas debido al amor que en su corazón arde.
frigora ne possim gelidi sentire profundi,
qui calet in cupido pectore, praestat amor.
Quo magis accedo propioraque litora fiunt,
quoque minus restat, plus libet ire mihi.
Cum vero possum cerni quoque, protinus Addis
spectatrix animos, ut valeamque facis.
Nunc etiam nando dominae placuisse laboro,
atque oculis iacto bracchia nostra tuis.
Y en el mismo instante volvieron las fuerzas a mis fatigados brazos, y el mar me pareció más suave que antes. Que no pueda sentir el frío del helado abismo es obra del amor que arde en mi pecho enamorado. Cuanto más me acerco y más próxima se hace la playa, cuanto menos queda, más ganas tengo de avanzar. Pero cuando además se me puede ver, en seguida me das fuerzas tú, al contemplarme, y renuevas mi vigor. Entonces me esfuerzo por agradar a mi dueña también al nadar, y para tus ojos muevo los brazos.
La traducción es de Ana Pérez Vega, en Gredos
- (Que las aguas caudalosas no sean tu temor = 247 = μὴ δείδιθι νήχυτον ὕδωρ). Cf. Mosco II, 154
θάρσει παρθενική, μὴ δείδιθι πόντιον οἶδμα.
“Ten ánimo, doncella, no temas las olas marinas”
- (Dueña del mar y de nuestras cuitas = 250 = καὶ κρατέει πόντοιο καὶ ἡμετέρων ὀδυνάων). Para el amante que debe emprender la travesía por mar es un consuelo saberlo: cf., Ovidio, Heroidas XIX, 159 s.
quod timeas, non est! auso Venus ipsa favebit
sternet et aequoreas aequore nata vias.
ire libet medias ipsi mihi saepe per undas,
sed solet hoc maribus tutius esse fretum.
nam cur hac vectis Phrixo Phrixique sorore
sola dedit vastis femina nomen aquis?
forsitan ad reditum metuas ne tempora desint,
aut gemini nequeas ferre laboris onus.
at nos diversi medium coeamus in aequor
obviaque in summis oscula demus aquis
atque ita quisque suas iterum redeamus ad urbes;
exiguum sed plus quam nihil illud erit.
vel pudor hic utinam, qui nos clam cogit amare,
vel timidus famae cedere vellet amor!
Frixo y Hele: ilustración de un libro de 1902 en la que se reproduce un fresco de Pompeya datado entre el 45 y el 79 d. C.
No hay de qué temer; la propia Venus te ayudará en el peligro y ella, hija del mar, te extenderá en el mar un sendero. Muchas veces me entran ganas a mí misma de ir por las olas, pero veo que este mar suele ser más seguro para los hombres. ¿O por qué, si no, cuando Frixo y su hermana viajaron los dos por él, sólo la mujer dio nombre a este ancho mar? ¿Quizá temes que no haya tiempo suficiente para la vuelta, o que no puedas resistir el peso del doble esfuerzo? Pues acudamos a encontrarnos en medio del mar y crucemos nuestros besos alli en la superficie de las aguas, y después volvamos cada no uno de nuevo a nuestra ciudad;
Sobre Afrodita señora de las aguas, especialmente invocada por aquellos que se hacen a la mar:
Antología Palatina V, 11 (Anónimo)
ΑΔΕΣΠΟΤΟΝ
Εἰ τοὺς ἐν πελάγει σῴζεις, Κύπρι, κἀμὲ τὸν ἐν γᾷ
ναυαγόν, φιλίη, σῶσον ἀπολλύμενον.
ANÓNIMO
Si salvas a quienes están en el mar, Cipris, también a mí el náufrago perdido en tierra, querida, sálvame.
V, 17 (Getúlico);
ΓΑΙΤΟΥΛΙΚΟΥ
᾿Αγχιάλου ῥηγμῖνος ἐπίσκοπε, σοὶ τάδε πέμπω
ψαιστία καὶ λιτῆς δῶρα θυηπολίης·
αὔριον ᾿Ιονίου γὰρ ἐπὶ πλατὺ κῦμα περήσω,
σπεύδων ἡμετέρης κόλπον ἐς Εἰδοθέης.
οὔριος ἀλλ᾿ ἐπίλαμψον ἐμῷ καὶ ἔρωτι καὶ ἱστῷ,
δεσπότι καὶ θαλάμων, Κύπρι, καὶ ἠιόνων.
El juicio de Paris (1904), óleo sobre lienzo de 215 x 331 cm., de Enrique Simonet Lombardo. Museo de Málaga
GETÚLICO
Supervisora de la costa donde rompen las olas, a ti te envío estas galletas para un sacrificio y estos presentes de un rito de iniciación. Pues mañana me lanzaré a una desenfrenada ola del mar Jónico, apresurándome al seno de nuestra Idotea. Así que, favorable, ilumíname a mí, a mi amor, a mi vela, señora Cipris de los tálamos y las riberas marinas.
IX, 143 (Antípatro)
ΑΝΤΙΠΑΤΡΟΥ
Λιτός τοι δόμος οὗτος, ἐπεὶ παρὰ κύματι πηγῷ
ἵδρυμαι νοτερῆς δεσπότις ἠιόνος, ἀλλὰ φίλος·
πόντῳ γὰρ ἐπὶ πλατὺ δειμαίνοντι
χαίρω καὶ ναύταις εἰς ἐμὲ σῳζομένοις.
ἱλάσκευ τὴν Κύπριν· ἐγὼ δέ σοι ἢ ἐν ἔρωτι
οὔριος ἢ χαροπῷ πνεύσομαι ἐν πελάγει.
ANTÍPATRO
Sencilla es esta mi casa, pues vivo junto a las fuertes olas de la señora de la húmeda playa, pero querida por mi; pues me alegro con el mar, vasto y terrible, y con los marineros que llegan salvos a mi. Suplica a Cipris y yo o te seré favorable en el mar o soplaré en el mar gris azulado
IX, 144 (Ánite).
ΑΝΥΤΗΣ
Κύπριδος οὗτος ὁ χῶρος, ἐπεὶ φίλον ἔπλετο τήνᾳ
αἰὲν ἀπ᾿ ἠπείρου λαμπρὸν ὁρῆν πέλαγος,
ὄφρα φίλον ναύτῃσι τελῇ πλόον· ἀμφὶ δὲ πόντος
δειμαίνει λιπαρὸν δερκόμενος ξόανον.
Inscripción para una estatua en madera de Afrodita, probablemente untada, a efectos de su mejor conservación, con aceite o cera, lo que podría ser causa también del epíteto del último verso, y situada junto al mar en un promontorio.
ÁNITE
De Cipris es este paraje, pues siempre se asoma
a mirar desde aquí las aguas centelleantes
para hacer agradable a los nautas el viaje, y contempla
el mar con respeto su espléndida estatua.
