Finalizamos en este capítulo el análisis del poema de Kavafis, de 1904, Deslealtad (Απιστία).
El recuerdo, por parte de Hera, de la boda y la presencia en ella de Apolo evoca la profecía de la canción dirigida a Tetis y Peleo. En ella Apolo preveía una fortuna que resultaría ser a la vez una desgracia: la dicha de engendrar al más excelente de los héroes tendría como contrapartida su muerte pronta. Pero su visión de futuro expuso sólo uno de los dos lados, se quedó sólo en el comienzo de lo terrible, es decir, en lo bello.
Más adelante (83-86), cuando Iris, siguiendo las órdenes de Zeus va en busca de Tetis, para que convenza a su hijo de que entregue el cadáver de Héctor, al que ha injuriado y humillado, encuentra a la nereida triste por el destino de su hijo:
εὗρε δ᾿ ἐνὶ σπῆϊ γλαφυρῷ Θέτιν, ἀμφὶ δ᾿ ἄρ᾿ ἄλλαι
εἵαθ᾿ ὁμηγερέες ἅλιαι θεαί· ἣ δ᾿ἐνὶ μέσσῃς
κλαῖε μόρον οὗ παιδὸς ἀμύμονος, ὅς οἱ ἔμελλε
φθίσεσθ᾿ ἐν Τροίῃ ἐριβώλακι τηλόθι πάτρης.
En la profunda gruta halló a Tetis y a otras muchas diosas marinas que la rodeaban: la ninfa, sentada en medio de ellas, lloraba por la suerte de su hijo, que había de perecer en la fértil Troya, lejos de la patria.
Sólo nos queda ofrecer la obra de Kavafis y su traducción, a cargo de Ramón Irigoyen. Destacar en él el estado de ánimo de la nereida que va de la alegría:
ἡ Θέτις χάρηκε πολύ
Tetis sintió inmensa alegría
a la desesperación:
Κ᾿ ἡ Θέτις ξέσχιζε τὰ πορφυρά της ροῦχα, κ᾿ἔβγαζεν ἀπὸ πάνω της καὶ ξεπετοῦσε στὸ χῶμα τὰ βραχιόλια καὶ τὰ δαχτυλίδια
Y Tetis se desgarró las vestiduras de púrpura, y quitándose anillos y pulseras los tiró contra el suelo
Απιστία (1904)
Πολλὰ ἄρα Ὁμήρου ἐπαινοῦντες, ἀλλὰ τοῦτο
οὐκ ἐπαινεσόμεθα… οὐδὲ Αἰσχύλου, ὅταν φῇ ἡ
Θέτις τὸν Ἀπόλλω ἐν τοῖς αὐτῆς γάμοις ἄδοντα
«ἐνδατείσθαι τὰς ἑὰς εὐπαιδίας,
νόσων τ᾿ ἀπείρους καὶ μακραίωνας βίους.
Ξύμπαντα τ᾿ εἰπὼν θεοφιλεῖς ἐμᾶς τύχας
παιῶν᾿ ἐπευφήμησεν, εὐθυμῶν ἐμέ.
Καγὼ τὸ Φοίβου θεῖον ἀψευδὲς στόμα
ἤλπιζον εἶναι, μαντικὴ βρύον τέχνη:
Ὁ δ᾿, αὐτὸς ὕμνων,…
… αὐτός ἐστιν ὁ κτανὼν
τὸν παῖδα τὸν ἐμόν».
Πλάτων, Πολιτείας, Β’
Σὰν πάντρευαν τὴν Θέτιδα μὲ τὸν Πηλέα
σηκώθηκε ὁ Ἀπόλλων στὸ λαμπρὸ τραπέζι
τοῦ γάμου, καὶ μακάρισε τοὺς νεονύμφους
γιὰ τὸν βλαστὸ ποῦ θάβγαινε ἀπ᾿ τὴν ἕνωσι των.
Εἶπε· Ποτὲ αὐτὸν ἀρρώστια δὲν θαγγίξει
καὶ θάχει μακρυνὴ ζωή. -Αὐτὰ σὰν εἶπε, ἡ Θέτις
χάρηκε πολύ, γιατί τὰ λόγια
τοῦ Ἀπόλλωνος ποῦ γνώριζε ἀπὸ προφητεῖες
τὴν φάνηκαν ἐγγύησις γιὰ τὸ παιδί της.
Κι ὅταν μεγάλωνεν ὁ Ἀχιλλεύς, καὶ ἦταν
τῆς Θεσσαλίας ἔπαινος ἡ ἐμορφιά του,
ἡ Θέτις τοῦ θεοῦ τὰ λόγια ἐνθυμοῦνταν.
Ἀλλὰ μιὰ μέρα ἦλθαν γέροι μὲ εἰδήσεις,
κ᾿ εἶπαν τὸν σκοτωμὸ τοῦ Ἀχιλλέως στὴν Τροία.
Κ᾿ ἡ Θέτις ξέσχιζε τὰ πορφυρά της ροῦχα,
κ᾿ἔβγαζεν ἀπὸ πάνω της καὶ ξεπετοῦσε
στὸ χῶμα τὰ βραχιόλια καὶ τὰ δαχτυλίδια.
Καὶ μὲς στὸν ὀδυρμό της τὰ παληὰ θυμήθη ˚
καὶ ρώτησε τί ἔκαμνε ὁ σοφὸς Ἀπόλλων,
ποῦ γύριζεν ὁ ποιητὴς ποῦ στὰ τραπέζια
ἔξοχα ὁμιλεῖ, ποῦ γύριζε ὁ προφήτης
ὅταν τὸν υἱό της σκότωναν στὰ πρῶτα νειάτα.
Κ᾿οἱ γέροι τὴν ἀπήντησαν πῶς ὁ Ἀπόλλων
αὐτὸς ὁ ἴδιος ἐκατέβηκε στὴν Τροία,
καὶ μὲ τοὺς Τρώας σκότωσε τὸν Ἀχιλλέα.
DESLEALTAD (1904)
Aunque alabemos en Homero muchas cosas, hay algo que nunca elogiaremos…
así como el pasaje de Esquilo en que Tetis dice que Apolo cantando en sus bodas
“celebró a mi dichosa descendencia,
libre de enfermedades y de vida longeva.
Y anunciándome que los dioses eran propicios a mí sino
entonó el peán, alegrándome mucho.
Y yo creía que en la divina boca de Apolo,
no cabía la mentira, pues emitía oráculos.
Y el mismo que cantaba… es quien mató a mi hijo”.
Platón, La República II
Cuando se celebró la boda
de Tetis y Peleo en el espléndido
banquete se levantó Apolo,
para exaltar la dicha de los novios
por el retoño que había de nacer
de aquella unión. Dijo: “Jamás padecerá
enfermedades y tendrá
larga vida”. Y dicho esto,
Tetis sintió inmensa alegría, puesto que las palabras
de Apolo, experto en profecías,
le parecieron garantía para el hijo.
Y a medida que crecía Aquiles, y era
su belleza la gloria de Tesalia,
Tetis guardaba en su alma las palabras del dios.
Pero un día vinieron unos viejos con noticias.
Dijeron: “En Troya ha sido muerto Aquiles”.
Y Tetis se desgarró las vestiduras
de púrpura, y quitándose anillos y pulseras
los tiró contra el suelo. Y, entre lamentos,
se acordó del pasado. Y preguntó
qué hacía el sabio Apolo,
dónde andaba el poeta que decía
en los banquetes tantas maravillas, dónde andaba el profeta,
cuando a su hijo lo mataban en la flor de su edad.
Y los ancianos respondieron que Apolo
había descendido en persona a Troya,
y que él, con los Troyanos, mató a Aquiles.
Al año siguiente Kavafis escribe Troyanos (Τρώες) en el que el poeta nos presenta los esfuerzos de los troyanos como símbolo de todos nuestros trabajos condenados al fracaso. El poema cita los siguientes personajes de la Ilíada: Aquiles, Príamo y Hécuba y un lugar muy presente en las escenas de batalla de la epopeya homérica, como son los muros. El poeta parece que toma parte por los troyanos, a quienes compara con nosotros. Por el contrario, Aquiles se establece como paradigma de los obstáculos que surgen en nuestro camino, en nuestra lucha, un Aquiles que nos paraliza, aun cuando nos habíamos decidido a pelear en el campo de batalla de la vida. Nuestra derrota es segura (η πτώσις μας είναι βεβαία) afirma Kavafis y por nosotros lloran Príamo y Hécuba, los reyes esposos de Troya.
Apolodoro nos habla de Príamo y Hécuba en Biblioteca III, 12 1-5:
Πρίαμος δὲ Ἀρίσβην ἐκδοὺς Ὑρτάκῳ δευτέραν ἔγημεν Ἑκάβην τὴν Δύμαντος, ἢ ὥς τινές φασι Κισσέως, ἢ ὡς ἕτεροι λέγουσι Σαγγαρίου ποταμοῦ καὶ Μετώπης. γεννᾶται δὲ αὐτῇ πρῶτος μὲν Ἕκτωρ· δευτέρου δὲ γεννᾶσθαι μέλλοντος βρέφους ἔδοξεν Ἑκάβη καθ᾿ ὕπνους δαλὸν τεκεῖν διάπυρον, τοῦτον δὲ πᾶσαν ἐπινέμεσθαι τὴν πόλιν καὶ καίειν. μαθὼν δὲ Πρίαμος παρ᾿ Ἑκάβης τὸν ὄνειρον, Αἴσακον τὸν υἱὸν μετεπέμψατο·ἦν γὰρ ὀνειροκρίτης παρὰ τοῦ μητροπάτορος Μέροπος διδαχθείς. οὗτος εἰπὼν τῆς πατρίδος γενέσθαι τὸν παῖδα ἀπώλειαν, ἐκθεῖναι τὸ βρέφος ἐκέλευε. Πρίαμος δέ, ὡς ἐγεννήθη τὸ βρέφος, δίδωσιν ἐκθεῖναι οἰκέτῃ κομίσαντι εἰς Ἴδην· ὁ δὲ οἰκέτης Ἀγέλαος ὠνομάζετο. τὸ δὲ ἐκτεθὲν ὑπὸτούτου βρέφος πένθ᾿ ἡμέρας ὑπὸ ἄρκτου ἐτράφη. ὁ δὲ σῳζόμενον εὑρὼν ἀναιρεῖται, καὶ κομίσας ἐπὶ τῶν χωρίων ὡς ἴδιον παῖδα ἔτρεφεν, ὀνομάσας Πάριν.
Margarita Rodríguez de Sepúlveda traduce así en Gredos:
Príamo cedió Arisbe a Hírtaco, y tomó por segunda esposa a Hécuba, hija de Dimante, o según algunos de Ciseo y según otros del río Sangario y de Metope. Su primer hijo fue Héctor. Cuando iba a nacer el segundo, Hécuba soñó que daba a luz una antorcha encendida que se extendía por toda la ciudad y la quemaba. Al conocer Príamo el sueño de Hécuba, llamó a su hijo Ésaco, que era oniromántico por haberlo instruido su abuelo materno, Mérope. Ésaco predijo que el niño había de causar la ruina de su patria y aconsejó que lo expusieran. Cuando nació el niño, Príamo se lo entregó a un criado para que lo dejara en el Ida; el criado se llamaba Agelao. El niño, abandonado por él, fue alimentado por una osa durante cinco días. Cuando Agelao lo encontró a salvo, llevándoselo a sus campos lo crió como hijo propio y lo llamó Paris.
