Dermochelys Coriacea (tortuga laúd). Museo de Ciencias Naturales. IES F. Ribalta, Castellón
Finalizada la referencia al delfín, vamos ahora con la tortuga. En nuestro museo tenemos dos ejemplares de tortuga, uno de tortuga laúd (Dermochelys Coriacea de dermo (piel) + chelys (tortuga) y coriacea = de piel) y otro de tortuga radiada (Geochelone radiata, de geo = tierra + chelone = tortuga y radiata =radiada).
La tortuga nos recuerda a la invención de la lira, con Hermes y Apolo como protagonistas y a Quelone.
Comenzamos por esta última y Pierre Grimal nos dice de ella:
Quelone es la tortuga. Antes había sido una doncella, que residía en una casa junto a un río. Cuando la boda de Hera y Zeus, Hermes invitó no sólo a los dioses, sino incluso a todos los humanos, y hasta a los animales, a asistir a la fiesta. Sólo Quelone, despectiva se quedó en casa. Al advertir su ausencia, Hermes volvió a la tierra y arrojó al agua la casa y a la joven. Quelone fue transformada en tortuga, inseparable como ella, de su casa.
La historia nos la narra Servio en sus Comentarios a la Eneida de Virgilio y, en concreto, al verso 505 del libro I: tum foribus divae, media testudine templi (en el umbral del templo de la diosa, bajo la misma bóveda del centro, traduce Javier de Echave-Sustaeta).
Virgo quaedam nomine Chelone, linguae inpatientis fuit. Verum cum Iuppiter Iunonem sibi nuptiis iungeret, praecepit Mercurio, ut omnes deos et homines atque omnia animalia ad nuptias convocaret. Sed omnibus quos Mercurius monuerat convenientibus, sola Chelone, irridens et derogans nuptiis, nectens moras adesse contempsit. Quam cum Mercurius non venisse notavisset, denuo descendit ad terras et aedes Chelones supra fluvium positas praecipitavit in fluvium ipsamque Chelonen in animal sui nominis vertit, quam nos Latine testudinem dicimus, fecitque, ut pro poena dorso tectum, velut domum suam prona portaret: unde incurvatis aedificiis hoc nomen inpositum est.
Cierta doncella llamada Quelone fue impaciente de lengua. En verdad cuando Júpiter se uniera en nupcias a Juno, ordenó a Mercurio que convocara a la boda a todos los dioses y hombres y a todos los animales. Pero, reunidos todos los que había convocado Mercurio, sólo Quelone, burlándose y desdeñando la boda, despreció asistir alegando demoras. Cuando Mercurio se dio cuenta de que ésta no había acudido, de nuevo bajó a la tierra y precipitó al río la mansión de Quelone situada sobre el río y a la propia Quelone la convirtió en el animal de su nombre, que nosotros en latín llamamos tortuga (testudo), e hizo que como castigo llevara sobre su espalda inclinada hacia delante el techo, como su casa; de donde fue dado este nombre a los edificios curvos.
Testudo radiata Shaw o Geochelone radiata. Museo de Ciencias Naturales. IES F. Ribalta de Castellón.
Pierre Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana, nos habla así del episodio de Hermes y Apolo:
Hermes es hijo de Zeus y Maya, la más joven de las Pléyades. Nació en una caverna del monte Cileno, al sur de Arcadia. Maya lo había concebido por obra de Zeus en plena noche, mientras dormían los dioses y los hombres. Hermes vino al mundo el cuarto día del mes, y este día le quedó consagrado, su nacimiento fue normal pero ya daba muestras de una precocidad extraordinaria: consiguió desatarse de las bandas con que se envolvía a los recién nacidos y escapar hasta Tesalia, donde su hermano Apolo pastoreaba los rebaños de Admeto. Mientras Apolo, distraído con su amor por el hijo de Magnes, Himeneo, descuidaba sus deberes de pastor, Hermes le robó parte del ganado. Luego, atando una rama a la cola de cada uno de los animales (o según otras leyendas calzándoles zuevos), se los llevó atravesando Grecia, hasta una caverna de Pilos. Sólo había sido visto por un anciano llamado Bato, único testigo cuyo silencio intentó comprar. En Pilos, Hermes sacrificó dos de los animales robados, dividiéndolos en doce partes, una para cada uno de los doce dioses. Luego, después de ocultar el resto del rebaño, huyó a su gruta del Cileno. Al llegar a ella encontró en la entrada una tortuga; que vació y tesó sobre la cavidad de la concha unas cuerdas fabricadas con los intestinos de los bueyes que había sacrificado; de este modo quedó construida la primera lira.
Hermes y Maya. Detalle de ánfora ática del 500 a. C. Staatliche Antikensammlungen. Munich.
Mientras tanto, Apolo andaba buscando sus bestias por todas partes. Por fin llegó a Pilos, donde Bato le descubrió el escondite. Se decía también que Apolo había averiguado toda la historia gracias a su arte adivinatorio, observando el vuelo de las aves. Se trasladó entonces al monte Cileno y se quejó a Maya de los robos de Hermes su hijo; pero Maya le mostró al niño, envuelto en sus pañales, y le preguntó cómo era posible que profiriese contra él una acusación semejante. Entonces Apolo requirió la presencia de Zeus, el cual ordenó al niño que restituyese los animales robados, pese a sus protestas de inocencia. Sin embArgo, Apolo había visto la lira en la gruta del Cileno, y oído los sonidos que Hermes obtenía de ella. Seducido, cambió su ganado por el instrumento. Algo más tarde, Hermes, guardando los rebaños que había adquirido como se ha dicho, inventó la flauta (la siringa o flauta de Pan). Apolo quiso comprarle este nuevo instrumento musical y le ofreció en pago el cayado de oro que utilizaba para guardar las manadas de Admeto. Hermes le pidió, además, lecciones de arte adivinatoria. Apolo aceptó el trato, y de aquí que la vara de oro (el caduceo) figure entre los atributos e Hermes. Éste aprendió también a adivinar el porvenir sirviéndose de pequeños guijarros. Zeus, satisfecho de la habilidad y actividad de su último retoño, lo nombró su heraldo, consagrándolo particularmente a su servicio personal y al de los dioses infernales, Hades y Perséfone.
El niño Hermes con el ganado de Apolo en Percy Jackson’s Greek Gods.
