Relieve votivo original, en mármol pentélico, de ca 435 a. C., hallado en Eleusis
Como conclusión a la estela eleusina que se ofrece en el MET, citamos a Apolodoro quien, en su Biblioteca Mitológica I, 5, 1, nos habla también sobre Deméter y Triptólemo:
μαθοῦσα δὲ παρ᾿ Ἑρμιονέων ὅτι Πλούτων αὐτὴν ἥρπασεν, ὀργιζομένη θεοῖς κατέλιπεν οὐρανόν, εἰκασθεῖσα δὲ γυναικὶ ἧκεν εἰς Ἐλευσῖνα. καὶ πρῶτον μὲν ἐπὶ τὴν ἀπ᾿ ἐκείνης κληθεῖσαν Ἀγέλαστον ἐκάθισε πέτραν παρὰ τὸ Καλλίχορον φρέαρ καλούμενον. ἔπειτα πρὸς Κελεὸν ἐλθοῦσα τὸν βασιλεύοντα τότε Ἐλευσινίων, ἔνδον οὐσῶν γυναικῶν, καὶ λεγουσῶν τούτων παρ᾿ αὑτὰς καθέζεσθαι, γραῖά τις Ἰάμβη σκώψασα τὴν θεὸν ἐποίησε μειδιᾶσαι. διὰ τοῦτο ἐν τοῖς θεσμοφορίοις τὰς γυναῖκας σκώπτειν λέγουσιν.
ὄντος δὲ τῇ τοῦ Κελεοῦ γυναικὶ Μετανείρᾳ παιδίου, τοῦτο ἔτρεφεν ἡ Δημήτηρ παραλαβοῦσα· βουλομένη δὲ αὐτὸ ἀθάνατον ποιῆσαι, τὰς νύκτας εἰς πῦρ κατετίθει τὸ βρέφος καὶ περιῄρει τὰς θνητὰς σάρκας αὐτοῦ. Καθ᾿ ἡμέραν δὲ παραδόξως αὐξανομένου τοῦ Δημοφῶντος (τοῦτο γὰρ ἦν ὄνομα τῷ παιδί) ἐπετήρησεν ἡ Μετάνειρα (Πραξιθέα), καὶ καταλαβοῦσα εἰς πῦρ ἐγκεκρυμμένον ἀνεβόησε· διόπερ τὸ μὲν βρέφος ὑπὸ τοῦ πυρὸς ἀνηλώθη, ἡ θεὰ δὲ αὑτὴν ἐξέφηνε. Τριπτολέμῳ δὲ τῷ πρεσβυτέρῳ τῶν Μετανείρας παίδων δίφρον κατασκευάσασα πτηνῶν δρακόντων τὸν πυρὸν ἔδωκεν, ᾧ τὴν ὅλην οἰκουμένην δι᾿ οὐρανοῦ αἰρόμενος κατέσπειρε. Πανύασις δὲ Τριπτόλεμον Ἐλευσῖνος λέγει· φησὶ γὰρ Δήμητρα πρὸς αὐτὸν ἐλθεῖν. Φερεκύδης δέ φησιν αὐτὸν Ὠκεανοῦ καὶ Γῆς.
Margarita Rodríguez de Sepúlveda, en Gredos, traduce:
Informada por los hermionenses de que Plutón la había raptado, se irritó contra los dioses, abandonó el cielo y, bajo la apariencia de una mujer, llegó a Eleusis. Se sentó primero en una roca llamada por ella Agélasto (sin risa), cerca del pozo Calícoro (de la bella danza), y luego fue a casa de Céleo, entonces rey de los eleusinos; dentro, unas mujeres la invitaron a sentarse entre ellas, y una anciana, Yambe, con bromas hizo sonreír a la diosa. Dicen que por eso las mujeres bromean en las Tesmoforias.
Metanira, esposa de Céleo, tenía un hijo y Deméter se encargó de criarlo: queriendo hacerlo inmortal, por la noche lo ponía en el fuego para despojarlo de sus carnes mortales. Como Demofonte – pues éste era el nombre del niño – durante el día crecía extraordinariamente, Praxítea estuvo al acecho y, al descubrirlo sumergido en el fuego, gritó: por eso la criatura se abrasó y la diosa hubo de darse a conocer. Para Triptólemo, el mayor de los hijos de Metanira, dispuso un carro de dragones alados y le dio trigo con el que, cruzando el cielo, sembró toda la tierra habitada. Paniasis dice que Triptólemo era hijo de Eleusis, pues afirma que fue él a quien se dirigió Deméter; en cambio según Ferecides era hijo de Océano y Gea.
Otro asiduo de este blog es Higino. Su fábula 147 nos habla de Triptólemo:
TRIPTOLEMVS
Cum Ceres Proserpinam filiam suam quaereret, deuenit ad Eleusinum regem, cuius uxor Cothonea puerum Triptolemum pepererat, seque nutricem lactantem simulauit. Hanc regina libens nutricem filio suo recepit. Ceres cum uellet alumnum suum immortalem reddere, interdiu lacte diuino alebat, <noctu> clam in igne obruebat. Itaque praeterquam solebant mortales crescebant; et sic fieri cum mirarentur parentes, eam obseruauerunt. Cum Ceres eum uellet in ignem mittere, pater expauit. Illa irata Eleusinum exanimauit, at Triptolemo alumno suo aeternum beneficium tribuit. Nam fruges propagat<um> currum draconibus iunctum tradidit, quibus uehens orbem terrarum frugibus obseuit. Postquam domum rediit, <C>eleus eum pro benefacto interfici iussit. Sed re cognita, iussu Cereris Triptolemo regnum dedit, quod ex patris nomine Eleusin[um] nominauit, <Cere>rique sacrum instituit quae Thesmophoria Graece dicuntur.
TRIPTÓLEMO
Cuando Ceres buscaba a su hija Proserpina, llegó al rey Eleusis, cuya mujer Cotona había dado a luz al niño Triptólemo, y simuló que ella era una nodriza. A ésta la reina la recibió con gusto como nodriza para su hijo. Ceres, como quisiera volver inmortal al niño por ella criado, de día lo amamantaba con leche divina, de noche ocultamente lo metía en el fuego. De esta forma los mortales crecían más de que lo que solían hacerlo. Y así fue que los padres se sorprendieron, empezaron a vigilarla. Cuando Ceres quiso meterlo en el fuego, el padre se espantó. Ella, enojada, mató a Eleusis, pero a Triptólemo, el niño que estaba a su cargo, le concedió un don eterno. Porque le confió el carro para propagar los cereales, uncido a los dragones con los que él se desplazó y sembró de granos la superficie de la tierra. Una vez que regresó a su casa, Celeo ordenó matarlo acusándolo de demagogo, pero cuando se difundió la noticia, por orden de Ceres, le entregó a Triptólemo el reino, que llamó Eleusis, a causa del nombre de su padre, e instauró el culto de Ceres, que los griegos denominan Tesmoforias.
Siguiendo el recorrido por el enorme MET, pude admirar la magnífica sección de cerámica ática y también la de escultura arcaica griega, en la que destaca este “kouros” del período arcaico, fechado ca. 590-580 a.C., en mármol de Naxos, con una altura, sin plinto, de 194.6 cm; una altura de la cabeza de 30.5 cm; una longitud de cara de 22.6 cm; y una anchura de espalda de 51.6 cm.
Este kouros es una de las más antiguas estatuas de mármol de una figura humana tallada en Ática. La postura rígida, con la pierna izquierda hacia delante y los brazos a los lados, deriva del arte egipcio. La pose proporcionó una fórmula clara y simple que fue utilizada por los escultores griegos a lo largo del siglo VI a. C. En esta figura temprana, predominan las formas geométricas, casi abstractas, y los detalles anatómicos se ofrecen en bellos patrones análogos. La estatua señalaba la tumba de un joven aristócrata ateniense.
Y finalizamos el breve recorrido clásico por el MET con el bellísimo sarcófago en mármol de 86.4 x 215.9 x 92.1 cm que representa El triunfo de Dioniso y las Estaciones. Pertenece al período tardío imperial, en la época del emperador Publico Licinio Galieno (218-268); está fechado hacia 260-270
Este sarcófago de mármol romano altamente adornado y muy bien conservado llegó al Museo Metropolitano procedente de la colección de los duques de Beaufort y antiguamente se mostraba en su casa de campo, Badminton House, en Gloucestershire, Inglaterra. Una inscripción en la parte posterior inacabada del sarcófago nos informa de que se instaló allí en 1733. En contraste con la áspero y antiestética parte trasera, los laterales y la parte frontal del sarcófago están decorados con cuarenta figuras humanas y de animales talladas en alto relieve. La figura central es la del dios Dioniso sentado en una pantera, pero está un tanto eclipsada por cuatro figuras de pie, más grandes, que representan las cuatro estaciones (de izquierda a derecha, invierno, primavera, verano y otoño). Las figuras son inusuales en tanto que las estaciones son generalmente representadas como mujeres, pero aquí se muestran como jóvenes robustos. Alrededor de estas cinco figuras centrales están situadas otras figuras báquicas y objetos de culto, todos tallados en una escala más pequeña. En los extremos redondeados del sarcófago hay otros dos grupos de grandes figuras, de manera similar entremezcladas con otras menores. En el extremo izquierdo, está representada la Madre Tierra reclinada en el suelo, acompañada de un sátiro y un joven que lleva frutos. En el extremo derecho, una figura masculina con barba, probablemente para identificarse con la personificación de un dios-río, se reclina delante de dos jóvenes con alas, tal vez representando dos estaciones adicionales.
El sarcófago es un exquisito ejemplo de arte funerario romano, que muestra todo el virtuosismo del taller donde fue tallado. El mármol proviene de una cantera en el Mediterráneo oriental y fue enviado probablemente a Roma, donde se trabajó. Sólo una persona muy rica y poderosa hubiera podido encargar y comprar un sarcófago tal, y probablemente fue realizado por un miembro de una de las viejas familias aristocráticas de Roma. El tema de la obra – el triunfo de Dioniso y las estaciones – es poco probable, sin embargo, que hubiera tenido un significado especial para el fallecido , en particular porque es claro que el diseño fue copiado de un libro de patrones de un escultor.
Otro sarcófago, ahora en el Hessisches Landesmuseum en Kassel, Alemania, tiene la misma composición de Dioniso flanqueado por las cuatro estaciones, aunque el tratamiento y la talla de las figuras son muy diferentes. En el sarcófago de Badminton las figuras están talladas en alto relieve y así dotan a la tupida escena de múltiples zonas de luz y sombra, lo que permite el desvío de la mirada de una figura a otra sin esfuerzo. También hay que imaginar que ciertos detalles estaban destacados en color e incluso con dorados, haciendo de toda la composición un tour de force visual.
Muy pocos sarcófagos romanos de esta calidad han sobrevivido. Aunque el sarcófago Badminton ha perdido su cubierta, el hecho de que fuera encontrado a principios del siglo XVIII y poco después se instalara en la Sala Badminton significa que se ha conservado casi intacto y que sólo unos pocos detalles menores se han perdido.
Y hasta aquí este breve repaso, somero y un tanto sui generis, de presencia de elementos clásicos en Nueva York tomados al vuelo en una visita estival a tan sugerente ciudad.
