Estábamos analizando el poema Los Idus de marzo de Kavafis y, más en concreto, sus fuentes clásicas entre las que estaban Suetonio y Plutarco. Decíamos que el primero no cita el nombre de Artemidoro como la persona que dio una nota a César, cuando éste entraba en la Curia, mientras le decía que la leyera, sino que se lo dio un desconocido que le salió al encuentro (ab obvio quodam). El escritor latino escribía:
Ob haec simul et ob infirmam ualitudinem diu cunctatus an se contineret et quae apud senatum proposuerat agere differret, tandem Decimo Bruto adhortante, ne frequentis ac iam dudum opperientis destitueret, quinta fere hora progressus est libellumque insidiarum indicem ab obuio quodam porrectum libellis ceteris, quos sinistra manu tenebat, quasi mox lecturus commiscuit.
Todos estos presagios y el mal estado de su salud le hicieron vacilar por largo tiempo acerca de si permanecería en su casa aplazando para el día siguiente lo que había propuesto al Senado; pero exhortado por Décimo Bruto a no hacer aguardar inútilmente a los senadores que estaban reunidos desde temprano salió de casa hacia la hora quinta. En el camino un desconocido le presentó un escrito en el que le revelaba la conjuración; César le cogió y lo unió a los demás que llevaba en la mano izquierda con la intención de leerlos luego.
Sí cita a Artemidoro Plutarco en sus Vidas Paralelas, como dijimos en el anterior capítulo.
También en la tragedia Julio César (acto III, escena I) de Shakespeare aparece Artemidoro.
SCENE I. Rome. Before the Capitol; the Senate sitting.
[A crowd of people in the street leading to the Capitol, among them Artemidorus and the Soothsayer. Flourish. Enter Caesar, Brutus, Cassius, Casca, Decius, Metellus, Trebonius, Cinna, Antony, Lepidus, Popilius, Publius, and others.]
CAESAR.
The Ides of March are come.
SOOTHSAYER.
Ay, Caesar; but not gone.
ARTEMIDORUS.
Hail, Caesar! read this schedule.
DECIUS.
Trebonius doth desire you to o’er-read, at your best leisure, this his humble suit.
ARTEMIDORUS.
O Caesar, read mine first; for mine’s a suit that touches Caesar nearer: read it, great Caesar.
CAESAR.
What touches us ourself shall be last served.
ARTEMIDORUS.
Delay not, Caesar; read it instantly.
CAESAR.
What, is the fellow mad?
PUBLIUS.
Sirrah, give place.
CASSIUS.
What, urge you your petitions in the street? Come to the Capitol.
[Caesar enters the Capitol, the rest following. All the Senators rise.]
SCENA PRIMA: Roma. —El Capitolio. —El Senado en sesión
En la calle contigua al Capitolio, muchedumbre de gente; entre ella, ARTEMIDORO y el ADIVINO. Trompetería. Entran CÉSAR, BRUTO, CASIO, CASCA, DECIO, METELO, TREBONIO, CINA, ANTONIO, LÉPIDO, POPILIO, PUBLIO y otros
CESAR. — (Al ADIVINO.) ¡Ya han llegado los idus de marzo!
ADIVINO. — Sí, César; pero no han pasado aún.
ARTEMIDORO. — ¡Salve, César! Lee este escrito.
DECIO. — Trebonio desea que echéis una ojeada, en un momento libre, sobre esta humilde petición suya.
ARTEMIDORO. — ¡Oh César! Lee primero la mía, que toca más cerca a César. ¡Léela, gran César!
CÉSAR. — Lo que no atañe más que a nuestra persona, será examinado lo último.
ARTEMIDORO. — ¡No lo difieras, César! ¡Léela en seguida!
CÉSAR. — ¡Pero qué! ¿Está loco ese mozo?
PUBLIO. — ¡Deja paso, tunante!
CASIO. — ¿Qué es eso? ¿Insistís en vuestras peticiones en la calle? Venid al Capitolio.
CÉSAR entra al Capitolio. Los demás le siguen. Todos los senadores se levantan.
Finalmente aportamos un fragmento de la novela Los Idus de Marzo, de Valerio Massimo Manfredi, en el que se cita la anécdota de Artemidoro:
Artemidoro llegaba en aquel momento, sin aliento, con el corazón a punto de estallarle. No había corrido nunca así desde que, de chico, frecuentaba el gimnasio en Cnido. Antonio se estaba acercando a César. Décimo Bruto lo saludaba. La multitud se engrosaba a su paso. Artemidoro calculó el punto al que llegaría César al cabo de unos pocos pasos y se dirigió hacia allí; empleando los codos, logró llegar a primera fila y cuando lo vio cerca le puso en la mano el rollo casi a la fuerza diciendo: —¡Léelo ahora! E inmediatamente se fue, asustado por su propio gesto. El gentío aumentó hasta tal punto que César se vio empujado casi en el aire hacia la entrada de la curia. Trató de abrir varias veces el rollo, pero la multitud de postulantes, los empujones, el gentío se lo impidieron. Otros senadores se adelantaron creando una especie de pasillo a través del cual pudiese caminar tranquilamente hasta la sala. Antonio se mantuvo detrás mientras que Décimo Bruto parecía que quisiese cambiar algunas palabras con él. En ese momento apareció Gayo Trebonio y lo cogió por un brazo, reteniéndolo en el exterior para decirle algo urgente.César pasó muy cerca de ellos. Habrían podido tocarlo.
El poema de Kavafis es una llamada a la humildad del alma (a la que se dirige el poeta), a someter nuestras ambiciones. Si éstas, las ambiciones, nos dominan, como a Julio César, habrá que ser precavido. Tanto más deberá ser vigilante el alma, cuanto más avancemos en ambición.
Después Kavafis cambia de interlocutor y apela no ya al alma, sino a César mismo, prototipo de la ambición, a quien recomienda que esté atento a alguna figura que, salida de la multitud, como Artemidoro, le dé una carta y le diga que la lea al instante. Si eso ocurre, César debe detenerse, aplazar conversaciones y apartar a los aduladores; debe incluso hacer esperar al Senado. Debe leer el escrito de Artemidoro que le advierte de la conspiración que acabará con su vida.
He aquí el poema y la traducción de Ramón Irigoyen.
Μάρτιαι Ειδοί (1911)
Τα μεγαλεία να φοβάσαι, ω ψυχή.
Και τες φιλοδοξίες σου να υπερνικήσεις
αν δεν μπορείς, με δισταγμό και προφυλάξεις
να τες ακολουθείς. Και όσο εμπροστά προβαίνεις,
τόσο εξεταστική, προσεκτική να είσαι.
Κι όταν θα φθάσεις στην ακμή σου, Καίσαρ πιά
έτσι περιωνύμου ανθρώπου σχήμα όταν λάβεις,
τότε κυρίως πρόσεξε σα βγεις στον δρόμον έξω,
εξουσιαστής περίβλεπτος με συνοδεία,
αν τύχει και πλησιάσει από τον όχλο
κανένας Αρτεμίδωρος, που φέρνει γράμμα,
και λέγει βιαστικά «Διάβασε αμέσως τούτα,
είναι μεγάλα πράγματα που σ᾿ ενδιαφέρουν»,
μη λείψεις να σταθείς· μη λείψεις ν᾿αναβάλεις
κάθε ομιλίαν ή δουλειά· μη λείψεις τους διαφόρους
που χαιρετούν και προσκυνούν να τους παραμερίσεις
(τους βλέπεις πιο αργά)· ἂς περιμένει ακόμη
κ᾿ η Σύγκλητος αυτή, κ᾿ ευθύς να τα γνωρίσεις
τα σοβαρά γραφόμενα του Αρτεμιδώρου.
IDUS DE MARZO (1911)
Ten miedo a las grandezas, alma mía.
Y si tus ambiciones no las puedes
vencer, persíguelas con precauciones,
vacilante. Y cuanto más avances,
sé más escrutadora y vigilante.
Y cuando, al fin, alcances tu apogeo, César,
y adquieras la figura de hombre egregio,
vigila sobre todo entonces, al salir a la calle,
dominador insigne en tu cortejo,
si por azar de entre la multitud se te acerca
un Artemídoro, portador de un billete,
y dice apresuradamente: “Lee ahora mismo esto,
son asuntos muy graves que te atañen”,
no dejes de pararte, no dejes de aplazar
ocupaciones o entrevistas, ni de apartar
a esos que al saludarte se prosternan
(los ves más tarde); que incluso espere
el mismísimo Senado. Y, al punto, entérate
del importante escrito de Artemídoro.
