Ofrecíamos en el anterior capítulo de esta serie los versos 323 a 332 del poema Hero y Leandro de Museo y la nota al verso 325 a cargo de José Guillermo Montes Cala, en su edición de Gredos. Pues bien, seguimos con notas a versos de aquel bloque.
1. (καὶ σθένος ἦν ἀνόνητον ἀκοιμήτων παλαμάων = y de sus paralizadas manos no podía sacar fuerzas para tomar impulso = 326)
A Odiseo también le flaquearon las fuerzas en medio de las aguas, cf. Odisea V, 406, 416.
406:
καὶ τότ’ Ὀδυσσῆος λύτο γούνατα καὶ φίλον ἦτορ,
Entonces desmayaron las rodillas y el corazón de Odiseo
415-416:
μή πώς μ’ ἐκβαίνοντα βάλῃ λίθακι ποτὶ πέτρῃ
κῦμα μέγ’ ἁρπάξαν· μελέη δέ μοι ἔσσεται ὁρμή.
No sea que, cuando me disponga a salir, ingente ola me arrebate y de conmigo en el pétreo peñasco; y me salga en vano mi intento.
2 (ἀμαιμακέτου ἅλμης = 328 = de la irresistible mar salada). Como Ayante en Odisea IV, 511.
τῷ ῥ’ Αἴας τὸ πρῶτον ἐφεζόμενος μέγ’ ἀάσθη·
τὸν δ’ ἐφόρει κατὰ πόντον ἀπείρονα κυμαίνοντα.
[ὣς ὁ μὲν ἔνθ’ ἀπόλωλεν, ἐπεὶ πίεν ἁλμυρὸν ὕδωρ.]
en el cual hubo de sentarse Ayante anteriormente para recibir gran daño, cayó en el piélago y llevóse al héroe al inmenso y undoso ponto. Y allí murió, después de engullir la salobre agua del mar.
3 (λύχνον ἄπιστον = Candil traicionero = 329). En Antología Palatina VII 666 (Antípatro de Tesalónica) también se denomina “traidor” al candil y “malvado” al viento.
ΑΝΤΙΠΑΤΡΟΥ ΘΕΣΣΑΛΟΝΙΚΕΩΣ
Οὗτος ὁ Λειάνδροιο διάπλοος, οὗτος ὁ πόντου
πορθμὸς ὁ μὴ μούνῳ τῷ φιλέοντι βαρύς·
ταῦθ᾿ ῾Ηροῦς τὰ πάροιθεν ἐπαύλια, τοῦτο τὸ πύργου
λείψανον· ὁ προδότης ὧδ᾿ ἐπέκειτο λύχνος.
κοινὸς δ᾿ ἀμφοτέρους ὅδ᾿ ἔχει τάφος, εἰσέτι καὶ νῦν
κείνῳ τῷ φθονερῷ μεμφομένους ἀνέμῳ.
Hero encendiendo el faro para Leandro, óleo sobre lienzo de 29 x 31 cm., de Edward Burne-Jones. Vendido por Christie’s en 2012
Antípatro de Tesalonia; Antología Griega VII, 666:
Éste es el lugar que atravesaba Leandro, este el estrecho de mar, molesto no sólo para uno de los amantes. Aquí Hero había tenido su morada, aquí están las ruinas de la torre, aquí está la lámpara traidora, [los amantes] tienen una sepultura común para los dos, aún ahora éstos están haciendo reproches al envidioso viento.
La traducción está sacada del trabajo La moralización del Leandro de Boscán: orígenes, difusión e interpretación de una fábula, de Bienvenido Morros Mestres.
Pocos versos antes (v. 304) Museo ha llamado “cruel y traicionero” también a la señal luminosa que proviene de la torre.
… διακτορίη δέ σε πύργου
ἠθάδα σημαίνουσα φαεσφορίην ὑμεναίων
μαινομένης ὤτρυνεν ἀφειδήσαντα θαλάσσης
νηλειὴς καὶ ἄπιστος…
y el recado de la torre, que de costumbre era la señal luminosa de los himeneos, te incitaba, cruel y traicionero, a no tomar cuidado de la mar enloquecida.
4. (νείκεσε δ᾽ ἀγριόθυμον = Hero increpó con violentas palabras = 331). las quejas de Hero en Ovidio, Heroidas XIX, 21 ss.:
Aut ego cum cana de te nutrice susurro,
quaeque tuum, miror, causa moretur iter;
aut mare prospiciens odioso concita vento
corripio verbis aequora paene tuis;
aut ubi saevitiae paulum gravis unda remisit,
posse quidem, sed te nolle venire, queror;
dumque queror lacrimae per amantia lumina manant,
pollice quas tremulo conscia siccat anus.
O bien cuchicheo con mi nodriza cosas de ti y le pregunto extrañada qué causa hay que retrase tu partida, o miro al mar y casi con tus mismas palabras insulto las aguas revueltas por el odioso viento, o cuando la malvada ola abandona por un tiempo su crueldad, me lamento de que, pudiendo venir ya, no quieres, y mientras me lamento llueven lagrimas de mis ojos enamorados, que mi anciana cómplice seca con sus temblorosos dedos.
La traducción es de Ana Pérez Vega, en Gredos.
En Antología Palatina VII 666, 6 (como hemos visto) son ambos, Hero y Leandro, los que aun despues de haber muerto lanzan sus denuestos contra el malvado viento.
5. (φθιμένοιο μόρον θέσπισσε Λεάνδρου = Presagió la suerte de Leandro muerto = 332). Sobre este presagio de Hero, cf. Ovidio, Heroidas XIX, 191 s.:
Sed mihi, caeruleas quotiens obvertor ad undas,
nescio quid pavidum frigore pectus habet.
Nec minus hesternae confundor imagine noctis,
quamvis est sacris illa piata meis.
Namque sub aurora iam dormitante lucerna
somnia quo cerni tempore vera solent,
stamina de digitis cecidere sopore remissis
collaque pulvino nostra ferenda dedi.
Hic ego ventosas nantem delphina per undas
cernere non dubia sum mihi visa fide:
quem postquam bibulis illisit fluctus harenis,
unda simul miserum vitaque deseruit.
Quidquid id est, timeo; nec tu mea somnia ride
nec nisi tranquillo bracchia crede mari.
Pero a mi cada vez que me pongo frente al azul de las olas un no sé qué espantoso me sobrecoge y me hiela el pecho. No menos me preocupa la visión de ayer por la noche, aunque la he expiado con sacrificios. Era casi al amanecer, cuando ya la lámpara dormitaba, en ese momento en que aparecen los sueños verídicos; las hebras se me cayeron de entre las manos, rendidas por el sopor, y deje que en la almohada se recostase mi cuello. En esto que me pareció ver sin lugar a dudas un delfín que nadaba por las olas azotadas por el viento: el oleaje lo estrello contra la esponjosa arena, y en ese instante, a la vez que el agua, lo abandono al pobre la vida. Me da miedo, sea lo que sea; y en cuanto a ti, no te rías de mis sueños y no confíes tus brazos al mar si no está en calma.
La traducción es de Ana Pérez Vega, en Gredos.
Antología Palatina IX, 381, 5 ss.:
Ya hablamos en los capítulos VII y XL de este epigrama, que es un centón homérico, formado por entero con versos de la Ilíada y la Odisea, que hemos indicado en la traducción, que es de Jose Manuel Pabón para la Odisea y Emilio Crespo Güemes, en el caso de la Ilíada:
ΓΡΑΜΜΑΤΙΚΟΥ ΤΙΝΟΣ
᾿Ακτῇ ἐπὶ προὐχούσῃ, ἐπὶ πλατεῖ ῾Ελλησπόντῳ,
παρθένος αἰδοίη ὑπερώιον εἰσαναβᾶσα
πύργῳ ἐφεστήκει γοόωσά τε μυρομένη τε·
χρύσεον λύχνον ἔχουσα φάος περικαλλὲς ἐποίει,
κεῖνον ὀιομένη τὸν κάμμορον, εἴ ποθεν ἔλθοι
νηχόμενος, καὶ λαῖτμα τάχισθ᾿ ἁλὸς ἐκπεράασκε
νύκτα δι᾿ ἀμβροσίην, ὅτε θ᾿ εὕδουσι βροτοὶ ἄλλοι·
ῥόχθει γὰρ μέγα κῦμα ποτὶ ξερὸν ἠπείροιο.
ὅσσαι γὰρ νύκτες τε καὶ ἡμέραι ἐκγεγάασι,
παρθένος ἠίθεός τ᾿ ὀαρίζετον ἀλλήλοισιν
εἰς εὐνὴν φοιτῶντε φίλους λήθοντε τοκῆας,
οἳ Σηστὸν καὶ ῎Αβυδον ἔχον καὶ δῖαν ᾿Αρίσβην.
Sobre un cabo eminente a la orilla del ancho Helesponto, (Odisea XXIV, 82)
la pudorosa doncella había subido al piso superior (Ilíada II, 514)
sobre la torre estaba de pie, llorando y gimiendo (Ilíada VI, 373)
con lucerna de oro que daba hermosísima lumbre (Odisea XIX, 34)
pensando en aquel infeliz por si acaso volviera (Odisea II, 350)
nadando, y atraviesa a toda carrera la sima del agua (Odisea VIII, 561)
en medio de la lóbrega noche, cuando los demás mortales duermen. (Ilíada X, 83)
Rebramaba el inmenso oleaje rompiéndose en seco. (Odisea V, 402)
Ni una noche ni un día nos vienen, (Odisea XIV, 93)
ni de las ternuras que una doncella y un mozo se intercambian. (Iliada XXII, 128)
Cuando ambos acudieron al lecho a escondidas de sus padres (Ilíada XIV, 296)
y poseían Sesto, Abido, y la límpida Arisba. (Ilíada II, 836)
