Urania (1782), óleo sobre lienzo, de 37 x 46 cm., obra de Johann Heinrich von Tischbein. Neue Galerie – Museumslandschaft Hessen Kassel (Germany – Kassel)
Terminábamos nuestro anterior capítulo de esta serie sobre Cernuda clásico con una interpretación de Beatriz Ibáñez a propósito del poema Urania en el que la autora se refería a la Afrodita Urania platónica. Por eso, conviene que aportemos el fragmento de El Banquete (181b-c) platónico al que alude nuestra autora:
Ὁ μὲν οὖν τῆς Πανδήμου Ἀφροδίτης ὡς ἀληθῶς πάνδημός ἐστι καὶ ἐξεργάζεται ὅ τι ἂν τύχῃ· καὶ οὗτός ἐστιν ὃν οἱ φαῦλοι τῶν ἀνθρώπων ἐρῶσιν. ἐρῶσι δὲ οἱ τοιοῦτοι πρῶτον μὲν οὐχ ἧττον γυναικῶν ἢ παίδων, ἔπειτα ὧν καὶ ἐρῶσι τῶν σωμάτων μᾶλλον ἢ τῶν ψυχῶν, ἔπειτα ὡς ἂν δύνωνται ἀνοητοτάτων, πρὸς τὸ διαπράξασθαι μόνον βλέποντες, ἀμελοῦντες δὲ τοῦ καλῶς ἢ μή· ὅθεν δὴ ξυμβαίνει αὐτοῖς ὅ τι ἂν τύχωσι τοῦτο πράττειν, ὁμοίως μὲν ἀγαθόν, ὁμοίως δὲ τοὐναντίον. ἔστι γὰρ καὶ ἀπὸ τῆς θεοῦ νεωτέρας τε οὔσης πολὺ ἢ τῆς ἑτέρας, καὶ μετεχούσης ἐν τῇ γενέσει καὶ θήλεος καὶ ἄῤῥενος. ὁ δὲ τῆς Οὐρανίας πρῶτον μὲν οὐ μετεχούσης θήλεος ἀλλ᾽ ἄῤῥενος μόνον [καὶ ἔστιν οὗτος ὁ τῶν παίδων ἔρως] ἔπειτα πρεσβυτέρας, ὕβρεως ἀμοίρου· ὅθεν δὴ ἐπὶ τὸ ἄῤῥεν τρέπονται οἱ ἐκ τούτου τοῦ ἔρωτος ἔπιπνοι, τὸ φύσει ἐῤῥωμενέστερον καὶ νοῦν μᾶλλον ἔχον ἀγαπῶντες
Venus Pandemos (1854) de Charles Gleyre
Por tanto, el Eros de Afrodita Pandemo es, en verdad, vulgar y lleva a cabo lo que se presente. Éste es el amor con el que aman los hombres ordinarios. Tales personas aman, en primer lugar, no menos a las mujeres que a los mancebos; en segundo lugar, aman en ellos más sus cuerpos que sus almas y, finalmente, aman a los menos inteligentes posible, con vistas sólo a conseguir su propósito, despreocupándose de si la manera de hacerlo es bella o no. De donde les acontece que realizan lo que se les presente al azar, tanto si es bueno como si es lo contrario. Pues tal amor proviene de la diosa que es mucho más joven que la otra y que participa en su nacimiento de hembra y varón (1). El otro, en cambio, procede de Urania, que, en primer lugar, no participa de hembra, sino únicamente de varón (2) -y es éste el amor de los mancebos (3)-, y, en segundo lugar, es más vieja y está libre de violencia. De aquí que los inspirados por este amor se dirijan precisamente a lo masculino, al amar lo que es más fuerte por naturaleza y posee más inteligencia.
La traducción es de M. Martínez Hernández, en Gredos que aporta estas notas:
1 Es decir, Zeus y Dione.
2 Urano, que es mutilado por Crono mucho antes de que naciera Zeus, hijo de éste.
3 Esta frase se ha considerado tradicionalmente como una glosa interpolada.
Anotada esta atribución de la dedicataria del poema a la Afrodita Urania, nosotros preferimos la opción de la musa Urania, entre otras cosas por el verso 12 (atenta a la armonía de los astros) y especialmente el verso 16 (Musa la más divina de las nueve). Por ello nos centraremos en ella.
Hesíodo, en Teogonía 53 y siguientes, nos habla del nacimiento de las Musas:
Atenea junto a las Musas (ca. 1560) de Frans Floris
τὰς ἐν Πιερίῃ Κρονίδῃ τέκε πατρὶ μιγεῖσα
Μνημοσύνη, γουνοῖσιν Ἐλευθῆρος μεδέουσα,
λησμοσύνην τε κακῶν ἄμπαυμά τε μερμηράων.
ἐννέα γάρ οἱ νυκτὸς ἐμίσγετο μητίετα Ζεὺς
νόσφιν ἀπ᾽ ἀθανάτων ἱερὸν λέχος εἰσαναβαίνων·
ἀλλ᾽ ὅτε δή ῥ᾽ ἐνιαυτὸς ἔην, περὶ δ᾽ ἔτραπον ὧραι
μηνῶν φθινόντων, περὶ δ᾽ ἤματα πόλλ᾽ ἐτελέσθη,
ἣ δ᾽ ἔτεκ᾽ ἐννέα κούρας ὁμόφρονας, ᾗσιν ἀοιδὴ
μέμβλεται ἐν στήθεσσιν, ἀκηδέα θυμὸν ἐχούσαις,
τυτθὸν ἀπ᾽ ἀκροτάτης κορυφῆς νιφόεντος Ὀλύμπου.
[ἔνθα σφιν λιπαροί τε χοροὶ καὶ δώματα καλά.
πὰρ δ᾽ αὐτῇς Χάριτές τε καὶ Ἵμερος οἰκί᾽ ἔχουσιν
ἐν θαλίῃς· ἐρατὴν δὲ διὰ στόμα ὄσσαν ἱεῖσαι
μέλπονται πάντων τε νόμους καὶ ἤθεα κεδνὰ
ἀθανάτων κλείουσιν, ἐπήρατον ὄσσαν ἱεῖσαι.]
Las alumbró en Pieria, amancebada con el padre Crónida, Mnemósine, señora de las colinas de Eleuter, como olvido de males y remedio de preocupaciones. Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus subiendo a su lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vuelta las estaciones, con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueve jóvenes de iguales pensamientos, interesadas sólo por el canto y con un corazón exento de dolores en su pecho, dio a luz aquella, cerca de la más alta cumbre del nevado olimpo.
Allí forman alegres coros y habitan suntuosos palacios. Junto a ellas viven, entre fiestas, las Gracias e Hímero. Y una deliciosa voz lanzando por su boca, cantan y celebran las normas y sabias costumbres de todos los Inmortales, [lanzando al viento su encantadora voz]
Las nueve Musas en el arco del escenario del Teatro Principal de Castellón
Más adelante aporta sus nombres (75-79):
ταῦτ᾽ ἄρα Μοῦσαι ἄειδον, Ὀλύμπια δώματ᾽ ἔχουσαι,
ἐννέα θυγατέρες μεγάλου Διὸς ἐκγεγαυῖαι,
Κλειώ τ᾽ Εὐτέρπη τε Θάλειά τε Μελπομέενη τε
Τερψιχόρη τ᾽ Ἐρατώ τε Πολύμνιά τ᾽ Οὐρανίη τε
Καλλιόπη θ᾽· ἣ δὲ προφερεστάτη ἐστὶν ἁπασέων.
Esto cantaban las Musas que habitan las mansiones olímpicas, las nueve hijas nacidas del poderoso Zeus: Clio, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Caliope. Esta es la más importante de todas, pues ella asiste a los venerables reyes.
La traducción es de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Martínez Díaz, en Gredos.
Los traductores, autores también de la introducción y notas, nos ofrecen la traducción de los nombres en nota al pie:
Los nueve nombres que nos da Hesíodo significan respectivamente: La que da fama, La muy encantadora, La festiva, La que canta, La que ama el baile, La deliciosa, La de variados himnos, La celestial y La de bella voz.
Celestial, eso significa Urania (Οὐρανίη).
Más adelante añaden en su nota al pie:
En cuanto al origen del nombre Urania, Bruno Snell lo ha explicado por el adjetivo Olímpicas de v. 25, señalando que “Hesíodo significa con ello que la Poesía, como dice Homero, llega hasta el cielo hacia allí propagada por las Musas por encima del espacio y el tiempo”, pero nos parece más afortunada la explicación de Friedländer que se basa en la frase “que reina en el cielo” de v. 71.
Hasta aquí las notas al pie en la edición de Gredos.
