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Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (IX)

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Baader Hero et Léandre 1866

Hero et Léandre (1866), óleo sobre lienzo de Louis-Marie Baader. Museo de Grenoble

Seguimos con el pormenorizado repaso de Hero y Leandro, de Museo el Gramático, con la traducción y notas de José Guillermo Montes Cala, en Gredos. Lo que nosotros hacemos es aportar los textos y traducciones de las obras que el editor indica como posibles fuentes de Museo, o bien, como paralelos lingüísticos. La mayor parte de los textos pertenecen a Ovidio, Nono de Panópolis, Antología Palatina, Homero, Heliodoro de Emesa, Caritón de Afrodisias, Jenofonte de Éfeso, Apolonio de Rodas, Longo o Aquiles Tacio.

Llega el turno de los versos 42 a 54:

Δὴ γὰρ Κυπριδίη πανδήμιος ἦλθεν ἑορτή,

τὴν ἀνὰ Σηστὸν ἄγουσιν Ἀδώνιδι καὶ Κυθερείῃ.

πασσυδίῃ δ’ ἔσπευδον ἐς ἱερὸν ἦμαρ ἱκέσθαι,

ὅσσοι ναιετάασκον ἁλιστεφέων σφυρὰ νήσων, 45

οἱ μὲν ἀφ’ Αἱμονίης, οἱ δ’ εἰναλίης ἀπὸ Κύπρου·

οὐδὲ γυνή τις ἔμιμνεν ἀνὰ πτολίεθρα Κυθήρων,

οὐ Λιβάνου θυόεντος ἐνὶ πτερύγεσσι χορεύων,

οὐδὲ περικτιόνων τις ἐλείπετο τῆμος ἑορτῆς,

οὐ Φρυγίης ναέτης, οὐ γείτονος ἀστὸς Ἀβύδου, 50

οὐδέ τις ἠιθέων φιλοπάρθενος. ἦ γὰρ ἐκεῖνοι

αἰὲν ὁμαρτήσαντες, ὅπῃ φάτις ἐστὶν ἑορτῆς,

οὐ τόσον ἀθανάτοισιν ἄγειν σπεύδουσι θυηλάς,

ὅσσον ἀγειρομένων διὰ κάλλεα παρθενικάων.

 

Ya llegó, pues, la fiesta de Cipris que a todos congrega, la que en Sesto celebran en honor de Adonis y Citerea. En tropel se daban prisa por ir a la jornada festiva cuantos habitaban las costas de las islas que del mar viven: de Hemonia los unos, de la marina Chipre los otros. Ninguna mujer permanecía en las ciudades de Citera, ni danzante alguno en las laderas del aromático Líbano. Nadie de esos pagos faltaba entonces a la fiesta, ni el habitante de Frigia, ni el ciudadano de la vecina Abido, ni tampoco el mozo que gusta de mozas; pues ellos, siempre en compañía allí donde oyen rumores de fiesta, no ponen tanto tesón en hacer ofrendas a los dioses como en reunirse por mor de la belleza de las doncellas.

 

The_Birth_of_Venus_by_William-Adolphe_Bouguereau_(1879)

El nacimiento de Venus (1879), óleo sobre lienzo de 300 x 218 cm., de William-Adolphe Bouguereau. Musée d’Orsay. París

NOTAS:

  1. (Ya llegó, pues, la fiesta de Cipris). Con la descripción de una fiesta arranca propiamente la acción del poema, al igual que en otros tantos relatos e la novela erótica: Caritón, Quéreas y Calírroe I, 4 (descripción de la fiesta de Afrodita en Siracusa):

Φιλόνεικος δ̓ ἐστὶν ὁ Ἔρως καὶ χαίρει τοῖς παραδόξοις κατορθώμασιν: ἐζήτησε δὲ τοιόνδε τὸν καιρόν. Ἀφροδίτης ἑορτὴ δημοτελής, καὶ πᾶσαι σχεδὸν αἱ γυναῖκες ἀπῆλθον εἰς τὸν νεών. Τέως δὲ μὴ προϊοῦσαν τὴν Καλλιρρόην προήγαγεν ἡ μήτηρ, τοῦ Ἑρμοκράτους κελεύσαντος προσκυνῆσαι τὴν θεόν.

Pero Eros gusta de las disputas y se complace en los éxitos inesperados, y buscó la siguiente ocasión. Era la fiesta pública de Afrodita y casi todas las mujeres acudieron al templo. Su madre llevó a Calírroe, que hasta entonces no había ido, ya que su padre le había ordenado que adorase a la diosa.

Jenofonte de Éfeso, Habrócomes y Antia I, 2 ,2 (descripción de la fiesta de Ártemis en Éfeso):

Ἤγετο δὲ τῆς Ἀρτέμιδος ἐπιχώριος ἑορτὴ ἀπὸ τῆς πόλεως ἐπὶ τὸ ἱερόν: στάδιοι δέ εἰσιν ἑπτά: ἔδει δὲ πομπεύειν πάσας τὰς ἐπιχωρίους παρθένους κεκοσμημένας πολυτελῶς καὶ τοὺς ἐφήβους, ὅσοι τὴν αὐτὴν ἡλικίαν εἶχον τῷ Ἁβροκόμῃ. Ἦν δὲ αὐτὸς περὶ τὰ ἓξ καὶ δέκα ἔτη καὶ τῶν ἐφήβων προσήπτετο καὶ ἐν τῇ πομπῇ τὰ πρῶτα ἐφέρετο.

Se celebraba la fiesta tradicional de Ártemis con una procesión desde la ciudad hasta el templo: hay una distancia de siete estadios. Todas las muchachas del lugar tenían que ir en la procesión adornadas magníficamente y los efebos que tenían la misma edad que Habrócomes. El tenía unos dieciséis años y formaba parte de los efebos y en la procesión iba en primer lugar.

La traducción de Caritón y Jenfonte es de María Cruz Herrero Ingelmo, en Akal / Clásica.

Apollo_Artemis_Delos_MAN

Cratera de columnas ática de figuras rojas (ca. 450 a. C.). Pintor de Comacchio. A la izquierda, Ártemis con una jarra; en medio, Apolo con rama de laurel y una pátera practicar la libación; a la derecha la personificación del lugar, la isla de Delos. Museo Arqueológico Nacional, Madrid. Foto: Marie-Lan Nguyen (User:Jastrow)

No obstante, este motivo descriptivo ya está en Calímaco, fr. 67, 6 (la fiesta de Ártemis en Delos).

Αὐτὸς ῎Ερως ἐδίδαξεν ᾿Ακόντιον, ὁππότε καλῇ

ᾔθετο Κυδίππῃ παῖς ἐπὶ παρθενικῇ,

τέχνην οὐ γὰρ ὅγ᾿ ἔσκε πολύκροτος ὄφρα λέγο

[τοῦτο διὰ ζωῆς οὔνομα κουρίδιον.

ἦ γάρ, ἄναξ, ὁ μὲν ἦλθεν ᾿Ιουλίδος ἡ δ᾿ ἀπὸ Νάξου,

Κύνθιε, τὴν Δήλῳ σὴν ἐπὶ βουφονίην,

αἷμα τὸ μὲν γενεῆς Εὐξαντίδος, ἡ δὲ Προμηθ`[ίς,

καλοὶ νησάων ἀστέρες ἀμφότεροι.

πολλαὶ Κυδίππην ὀλ[ί]γην ἔτι μητέρες υἱοῖς

ἑδνῆστιν κεραῶν ᾔτεον ἀντὶ βοῶν·

Eros mismo enseñó a Acontio el arte, cuando el joven ardía de amor por la hermosa doncella Cidipa, pues no era astuto, que podría ganar durante toda su vida el nombre de un legítimo esposo. Para ello, señor de Cintio, llegó él de Yúlide y ella de Naxos, a tu sacrificio de bueyes en Delos; su sangre era de la familia de Euxantio y ella era descendiente de Prometo, ambos hermoso astros de las islas. Muchas madres pidieron a Cidipa, todavía una niña, como novia para sus hijos, ofreciendo cornudos bueyes como regalos.

  1. (En tropel…que del mar viven). Los vv. 44-51 guardan gran similitud con la descripción de la llegada de los huéspedes mortales a las bodas de Tetis y Peleo en Catulo, LXIV 31-49.

Quae simul optatae finito tempore luces

Aduenere, domum conuentu tota frequentat

Thessalia, oppletur laetanti regia coetu:

Dona ferunt prae se, declarant gaudia uultu.

Deseritur Cieros, linquunt Phthiotica Tempe

Crannonisque domos ac moenia Larisaea,

Pharsalum coeunt, Pharsalia tecta frequentant.

BodaTetisPeleoWtewael

Las bodas de Tetis y Peleo (1612), óleo sobre cobre de 47,3 x 53,3 x 6 cm., de Joachim Wtewael. The Clark Collection

Rura colit nemo, mollescunt colla iuuencis,

Non humilis curuis purgatur uinea rastris,

Non glebam prono conuellit uomere taurus,

Non falx attenuat frondatorum arboris umbram,

Squalida desertis robigo infertur aratris.

Ipsius at sedes, quacumque opulenta recessit

Regia, fulgenti splendent auro atque argento.

Candet ebur soliis, conlucent pocula mensae,

Tota domus gaudet regali splendida gaza.

Puluinar uero diuae geniale locatur

Sedibus in mediis, Indo quod dente politum

Tincta tegit roseo conchyli purpura fuco.

Tan pronto como llegaron esos días deseados, cumplido el plazo, Tesalia entera llena en tropel la casa, de alegre reunión se colma el palacio: llevan en sus manos regalos, muestran la alegría en su rostro. Queda desierta Cíeros, abandonan Tempe de Ptía, las casas de Cranón y las murallas de Larisa; van juntos a Farsalia, pueblan las casas de Farsalia. Nadie cultiva los campos, los cuellos de los novillos se aflojan, no se limpia la viña a ras de suelo con los curvos rastrillos, el toro no remueve los terrones con la inclinada reja del arado, la hoz de los podadores no amengua la sombra del árbol, una sucia herrumbre se cría en los arados abandonados. En cambio, la morada de Peleo, por dondequiera que se extiende el opulento palacio, resplandece con el fulgor del oro y de la plata. Brilla el marfil en los suelos, relucen las copas de la mesa, la casa entera goza con las espléndidas riquezas reales. Se coloca en medio del palacio el gran lecho nupcial de la diosa, que, limado con colmillos de la India, cubre una púrpura teñida con el rosáceo jugo de la concha.

La traducción se ha obtenido de aquí.

catulopoesia



῎Ανθρωπε, μὴ κτεῖνε Κροῖσον (X)

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diodorobiblioteca

En este capítulo finalizamos el repaso de la presencia de Creso en la Biblioteca Histórica de Diodoro Sículo. Seguimos con IX, 31:

Ὅτι Κῦρος ὁ τῶν Περσῶν βασιλεὺς παραγενηθεὶς μετὰ πάσης δυνάμεως εἰς τὰ τῆς Καππαδοκίας στενά, ἀπέστειλε κήρυκας πρὸς τὸν Κροῖσον τήν τε δυναστείαν αὐτοῦ κατασκεψομένους καὶ δηλώσοντας ὅτι Κῦρος αὐτὸν ἀφίησι τῶν πρότερον ἁμαρτημάτων καὶ Λυδίας καθίστησι σατράπην, ἂν ἐπὶ θύρας γενόμενος ὁμοίως τοῖς ἄλλοις ὁμολογῇ δοῦλος εἶναι. Πρὸς οὓς ὁ Κροῖσος ἀπεκρίθη, διότι προσηκόντως ἂν Κῦρος καὶ Πέρσαι Κροίσῳ δουλεύειν ὑπομένοιεν· ἐκείνους μὲν γὰρ τὸν ἔμπροσθεν χρόνον διατετελεκέναι Μήδοις δουλεύοντας, αὐτὸν δὲ οὐδέποτε πεποιηκέναι τὸ προσταττόμενον ὑφ’ ἑτέρου.

Ciro, rey de los persas, habiendo llegado con todo su ejército a los desfiladeros de Capadocia, envió heraldos ante Creso para explorar su poder y anunciar que Ciro le perdonaría sus primeros errores y le nombraría sátrapa de Lidia, si presentándose ante su puerta se declaraba, como los demás, su esclavo. A éstos respondió Creso que mejor Ciro y los persas deberían ser sus esclavos, pues ellos con anterioridad habían sido esclavos de los medos, mientras que él jamás había estado a las órdenes de otro.

Llega ahora IX, 31:

Ὅτι φασὶ τὸν Κροῖσον πρὸ τοῦ πρὸς Κῦρον πολέμου πέμψαι θεωροὺς εἰς Δελφοὺς ἐπερωτήσοντας, πῶς ἂν ὁ υἱὸς αὐτοῦ δύναιτο φωνὴν προέσθαι. Τὴν δὲ Πυθίαν εἰπεῖν,

Λυδὲ γένος, πολλῶν βασιλεῦ, μέγα νήπιε Κροῖσε,

μὴ βούλου πολύευκτον ἰὰν κατὰ δώματ’ ἀκούειν

παιδὸς φθεγγομένου· τὸ δέ σοι πολὺ λώιον ἀμφὶς

ἔμμεναι· αὐδήσει γὰρ ἐν ἤματι πρῶτον ἀνόλβῳ.

Ὅτι δεῖ τὴν εὐτυχίαν μετρίως φέρειν καὶ μὴ πεποιθέναι ταῖς ἀνθρωπίναις εὐπραξίαις ἐν μικρᾷ ῥοπῇ μεγάλας μεταβολὰς λαμβανούσαις.

Dicen que Creso, antes de la guerra contra Ciro, envió emisarios s Delfos para preguntar cómo podría recobrar su hijo la voz, y que la Pitia respondió:

“Hijo de Lidia, rey de muchos pueblos, Creso, grandísimo necio,

No pretendas oír en tu morada el tono anhelado de la voz de tu hijo. 

Más te vale que eso quede lejos, pues a hablar comenzará en un funesto día”.

Hay que soportar con moderación la fortuna y no poner la confianza en las prosperidades humanas que, en un abrir y cerrar de ojos, traen grandes cambios.

sacerdotisadelfoscollier

Ὅτι μετὰ τὸ γενέσθαι αἰχμάλωτον Κροῖσον καὶ τὴν πυρὰν σβεσθῆναι, ἰδὼν τὴν πόλιν διαρπαζομένην καὶ πρὸς τοῖς ἄλλοις πολὺν ἄργυρόν τε καὶ χρυσὸν διαφορούμενον, ἐπηρώτησε τὸν Κῦρον, “τί ποιοῦσιν οἱ στρατιῶται”. Τοῦ δὲ μετὰ γέλωτος ἀποκριθέντος ὡς “Τὰ σὰ χρήματα διαρπάζουσι”, “Μὰ Δία μὲν οὖν”, εἶπεν, “ἀλλὰ τὰ σά Κροίσου γὰρ ἴδιον οὐκέτι οὐθὲν ὑπάρχει.” Ὁ δὲ Κῦρος θαυμάσας τὸν λόγον εὐθὺς μετενόησε καὶ τοὺς στρατιώτας ἀνείρξας τῆς διαρπαγῆς εἰς τὸ βασιλικὸν ἀνέλαβε τὰς τῶν Σαρδιανῶν κτήσεις.

Después de convertirse en prisionero de Ciro y estando ya prendida la pira, viendo que la ciudad era víctima del pillaje y que mucha plata y oro, además de otras cosas, eran tomados, preguntó a Ciro: “¿Qué hacen los soldados?”. Y Ciro respondió riendo: “Se llevan tus riquezas”. “Pero, ¡por Zeus!”, dijo Creso, “son las tuyas, pues Creso ya no posee nada en propiedad”. Y Ciro, asombrándose de estas palabras, se arrepintió y conteniendo a sus soldados en el pillaje trasladó a su palacio las riquezas de Sardes.

Y el final de Diodoro Sículo es el capítulo 34 del libro IX de su Biblioteca Histórica:

Ὅτι Κῦρος εὐσεβῆ νομίσας εἶναι τὸν Κροῖσον διὰ τὸ καταρραγῆναι ὄμβρον καὶ σβέσαι τὴν φλόγα, καὶ διὰ μνήμης ἔχων τὴν Σόλωνος ἀπόκρισιν, μεθ’ ἑαυτοῦ περιήγετο τὸν Κροῖσον ἐντίμως. Μετέδωκε δὲ αὐτῷ καὶ τοῦ συνεδρίου, διαλαμβάνων ὑπάρχειν συνετόν, ὡς ἂν πολλοῖς καὶ πεπαιδευμένοις καὶ σοφοῖς ἀνδράσι συμβεβιωκότα.

Ciro, pensando que Creso era piadoso porque había caído un torrente de lluvia y había apagado la hoguera, y acordándose de la respuesta de Solón, llevó consigo a Creso con todos los honores. Lo admitió en su consejo, pensando que era prudente porque había vivido con muchos hombres educados y sabios.

 

Y llegamos ya al objetivo de nuestra serie. Queda tan lejano el capítulo primero que convendría recordar las palabras con las que se iniciaba esta serie sobre Creso. Éstas eran:

Ya dijimos que volveríamos a Aulo Gelio y sus Noctes Atticae. Ahora lo hacemos para ofrecer un episodio que Aulo Gelio toma del historiador Heródoto, relativo a la mudez de un hijo del rey lidio Creso. “Soldado, no mates a Creso”, es la traducción del título de nuestros artículos. No desvelamos ahora quien las pronuncia, pero lo primero que debemos hacer es ubicar al personaje.

reconstruccion templo artemisa

Templo de Artemisa en Éfeso, cuya construcción inició Creso de Lidia

Y, finalmente, tras repasar las fuentes que se ocupan de Creso, a saber, Plutarco (Sobre la malevolencia de Heródoto, 18 y Solón, 27), Heródoto (Historias I, capítulos 6-22, 26-55, 69-93), Baquílides (Oda Tercera a Hierón de Siracusa), Jenofonte (Ciropedia VII, 2, 1-29 y VIII, 2, 15-23), Claudio Eliano, Fragmento 67 (23-24) de Περὶ θείων ἐναργειῶν (Sobre las manifestaciones divinas) en la edición de Jacoby, Diodoro Sículo (Biblioteca Histórica IX, 2, 27, 31, 33 y 34) y la Suda (entradas kappa 2497, 2498 y 2500) – no están todas, pues nos ha faltado Ctesias de Cnido, pero creo que han sido suficientes para ofrecer una visión sobre el rey de Lidia -, llegamos al objetivo primero de nuestra serie.

Decíamos que todo empezó con un Aulo Gelio y sus Noches Áticas, y en concreto el capítulo IX del libro V, que aquí tenemos:

Historia de Croesi filio sumpta ex Herodoti libris.

1 Filius Croesi regis, cum iam fari per aetatem posset, infans erat et, cum iam multum adolevisset, item nihil fari quibat. 2 Mutus adeo et elinguis diu habitus est. Cum in patrem eius bello magno victum et urbe, in qua erat, capta hostis gladio educto regem esse ignorans invaderet, diduxit adulescens os clamare nitens eoque nisu atque impetu spiritus vitium nodumque linguae rupit planeque et articulate elocutus est clamans in hostem, ne rex Croesus occideretur. 3 Tum et hostis gladium reduxit, et rex vita donatus est, et adulescens loqui prorsum deinceps incepit. 4 Herodotus in historiis huius memoriae scriptor est, eiusque verba sunt, quae prima dixisse filium Croesi refert: ῎Ανθρωπε, μὴ κτεῖνε Κροῖσον. 5 Sed et quispiam Samius athleta, – nomen illi fuit ᾿Εχεκλοῦς – cum antea non loquens fuisset, ob similem dicitur causam loqui coepisse. 6 Nam cum in sacro certamine sortitio inter ipsos et adversarios non bona fide fieret et sortem nominis falsam subici animadvertisset, repente in eum, qui id faciebat, videre sese, quid faceret, magnum inclamavit. Atque is oris vinculo solutus per omne inde vitae tempus non turbide neque adhaese locutus est.

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¿Un Flipper clásico? (III)

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Proseguimos con algunas fuentes clásicas sobre los delfines. Nosotros ya dedicamos en nuestro anterior blog, que sigue en barbecho en la red, allá por el 2007, una serie a los delfines con motivo de la aparición en los exámenes de Latín II de selectividad de un texto de Plinio el Viejo sobre estos graciosos y simpáticos animalitos. El texto era una fusión de los capítulos 20 y 24 del libro IX de la Historia Natural, ambos referidos al delfín, en concreto a la especie delphinus delphis, que habita en el Mediterráneo y cuyo tamaño oscila entre los 2’5 y los 4 metros de longitud. Éstos son los fragmentos:

20 Velocissimum omnium animalium, non solum marinorum, est delphinus, ocior volucre, acrior telo, ac nisi multum infra rostrum os illi foret medio paene in ventre, nullus piscium celeritatem eius evaderet.(…)

24. Delphinus non homini tantum amicum animal, verum et musicae arti, mulcetur symphoniae cantu, set praecipue hydrauli sono.

Y esto lo que apareció en el examen de las PAU de aquel junio de 2007:

Velocissimus omnium animalium, non solum marinorum, est delphinus, ocior volucre, acrior telo, ac, nisi multum infra rostrum os illi esset medio paene in ventre, nullus piscium celeritatem eius evaderet. (…). Delphinus non homini tantum amicus est, verum et musicae arti.

La traducción del fragmento que hace Josefa Cantó, en Cátedra Letras Universales es ésta:

“El delfín es el más veloz de todos los animales, no sólo de los marinos; es más rápido que un pájaro, más agudo que un dardo y si no tuviese la boca mucho más abajo que el hocico, casi en mitad del vientre, ningún pez escaparía a su rapidez. El delfín no es sólo un animal amigo del hombre, sino que además se amansa con la música, (con el canto armónico y sobre todo con el sonido del órgano hidráulico).

LagoLucrino

Lago Lucrino

En el capítulo 25, del mismo libro IX, Plinio refiere esta historia:

Divo Augusto principe Lucrinum lacum invectus pauperis cuiusdam puerum ex Baiano Puteolos in ludum litterarium itantem, cum meridiano immorans appellatum eum simonis nomine saepius fragmentis panis, quem ob iter ferebat, adlexisset, miro amore dilexit. pigeret referre, ni res Maecenatis et Fabiani et Flavii Alfii multorumque esset litteris mandata. Quocumque diei tempore inclamatus a puero, quamvis occultus atque abditus, ex imo advolabat pastusque e manu praebebat ascensuro dorsum, pinnae aculeos velut vagina condens, receptumque Puteolos per magnum aequor in ludum ferebat simili modo revehens pluribus annis, donec morbo extincto puero subinde ad consuetum locum ventitans tristis et maerenti similis ipse quoque, quod nemo dubitaret, desiderio expiravit.

Durante el reinado del divino Augusto, un delfín que había entrado en el lago Lucrino tomó mucho cariño a un niño pobre que desde Bayas iba a Puteólos a la escuela, porque se detenía a mediodía, lo llamaba con el nombre de Simón y a menudo lo atraía con trozos de pan que llevaba para el camino – no contaría esta historia si no estuviese recogida en las obras de Mecenas, Fabiano, Flavio Alfio y muchos otros -; en cualquier momento del día en que lo llamase el niño, aunque estuviese oculto y escondido, el delfín acudía desde las profundidades y, después de comer de su mano, le ofrecía el lomo para que montase, escondiendo los aguijones de su aleta dorsal como en una vaina, y una vez arriba lo llevaba a Puteólos a la escuela a través del mar inmenso y lo devolvía de la misma forma, durante varios años; cuando, a causa de una enfermedad, murió el niño, el delfín volvió una y otra vez al lugar acostumbrado, triste, semejante a quien ha perdido a un ser querido, hasta que murió de nostalgia, sin que a nadie le cupiese duda del motivo.

Puteoli_mapa

Notas al pie en la edición de Cátedra a este capítulo:

Simón: es un juego de palabras; el nombre propio con el que el niño se dirige al delfín tiene que ver con el adjetivo simus (chato), puesto que el hocico era uno de sus rasgos más relevantes.

El Lucrino está situado cerca de la costa de la Campania y era lugar de veraneo en la Antigüedad; Bayas era otro lugar de veraneo situado entre Cumas y Puteolum (hoy Pozzuoli).

En los capítulos 26 a 33 Plinio sigue relatándonos historias de delfines.

Recuperando algún otro texto clásico que nos habla sobre los delfines y que usamos en aquel año 2007; he aquí la sorprendente (¿o no?) fábula 75 (305, en la edición de Chambry) de Esopo, titulada El mono y el delfín. En ella, encontramos una reacción violenta de un delfín ante las mentiras de un mono al que ha rescatado. Pese a que no adjudicaríamos a un delfín tal reacción, no es de extrañar en las fábulas este comportamiento extremo, que castiga las mezquindades de los animales, que deben ser siempre referidas a los seres humanos. Éste es el texto griego

ΔΕΛΦΙΣ ΚΑΙ ΠΙΘΗΚΟΣ

῎Εθος ἐστὶ τοῖς πλέουσιν ἐπάγεσθαι κύνας Μελιταίους καὶ πιθήκους πρὸς παραμυθίαν τοῦ πλοῦ. Καὶ δή τις πλεῖν μέλλων πίθηκον συνανήνεγκε. Γενομένων δὲ αὐτῶν κατὰ τὸ Σούνιον (ἐστὶ δὲ τοῦτο ᾿Αθηναίων ἀκρωτήριον) συνέβη χειμῶνα σφοδρὸν γενέσθαι. Περιτραπείσης δὲ τῆς νηὸς καὶ πάντων διακολυμβώντων καὶ ὁ πίθηκος ἐνήχετο. Δελφὶς δὲ θεασάμενος αὐτὸν καὶ οἰόμενος ἄνθρωπον εἶναι ὑπεξελθὼν διεκόμιζεν. ῾Ως δὲ ἐγένετο κατὰ τὸν Πειραιᾶ, τὸν τῶν ᾿Αθηναίων λιμένα, ἐπυνθάνετο τοῦ πιθήκου, εἰ τὸ γένος ᾿Αθηναῖός ἐστι. Τοῦ δὲ εἰπόντος καὶ λαμπρῶν γε ἐνταῦθα τετυχηκέναι γονέων, ἐκ δευτέρου ἠρώτα αὐτόν, εἰ ἐπίσταται τὸν Πειραιᾶ. Καὶ ὃς ὑπολαβὼν αὐτὸν ἄνθρωπον λέγειν ἔφασκε καὶ φίλον αὐτοῦ εἶναι καὶ συνήθη. Καὶ ὁ δελφὶς ἀγανακτήσας κατὰ τῆς αὐτοῦ ψευδολογίας βαπτίζων αὐτὸν ἀπέπνιξεν.

πρὸς ἄνδρα ψευδολόγον.

fabulasgredos

Y ahora nuestra traducción, que no pretende ser literal:

El delfín y el mono

Es costumbre de los que viajan por mar llevar consigo perrillos de malta y monos para entretenerse durante la travesía. Y uno que iba a emprender viaje por mar llevaba consigo un mono. Cuando estaban a la altura de Sunion (que es un promontorio del Ática) sucedió que se desencadenó una violenta tempestad. Habiendo zozobrado la nave y salvándose todos a nado, también el mono nadaba. Y un delfín, viéndolo, y creyendo que se trataba de un hombre, salió a su encuentro y lo transportó (en sus lomos). Cuando estuvo en el Pireo, el puerto de Atenas, preguntó al mono si era ateniense de linaje. Al responder aquél que sí y que tenía allí parientes ilustres, le volvió a preguntar si conocía a Pireo. Y el mono suponiendo que se refería a un hombre, dijo que era amigo íntimo suyo. Y el delfín, irritado por sus mentiras, lo hundió en el agua y lo ahogó.

(La fábula está dirigida) al hombre mentiroso.

Fabula-el-Mono-y-el-Delfin


Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (X)

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Tate; (c) Tate; Supplied by The Public Catalogue Foundation

Tate; (c) Tate; Supplied by The Public Catalogue Foundation

The parting of Hero and Leander (1827), óleo y hoja de metal sobre lienzo de 118 x 118 cm, de William Etty. Tate Gallery de Londres

Y proseguimos nuestro recorrido por el poema Hero y Leandro de Museo el Gramático llegando ya a los versos 55- 66.

 

Ἡ δὲ θεῆς ἀνὰ νηὸν ἐπῴχετο παρθένος Ἡρὼ 55

μαρμαρυγὴν χαρίεσσαν ἀπαστράπτουσα προσώπου

οἷά τε λευκοπάρῃος ἐπαντέλλουσα Σελήνη.

ἄκρα δὲ χιονέης φοινίσσετο κύκλα παρειῆς

ὡς ῥόδον ἐκ καλύκων διδυμόχροον. ἦ τάχα φαίης

Ἡροῦς ἐν μελέεσσι ῥόδων λειμῶνα φανῆναι·60

χροιὴ γὰρ μελέων ἐρυθαίνετο, νισσομένης δὲ

καὶ ῥόδα λευκοχίτωνος ὑπὸ σφυρὰ λάμπετο κούρης.

πολλαὶ δ’ ἐκ μελέων χάριτες ῥέον. οἱ δὲ παλαιοὶ

τρεῖς Χάριτας ψεύσαντο πεφυκέναι· εἷς δέ τις Ἡροῦς

ὀφθαλμὸς γελόων ἑκατὸν Χαρίτεσσι τεθήλει. 65

ἀτρεκέως ἱέρειαν ἐπάξιον εὕρατο Κύπρις.

 

Por el templo de la diosa caminaba la virgen Hero, y el grato fulgor del relámpago despedía de su rostro, como la luna de albas mejillas cuando se levanta. Por sus bordes redondos purpureaban sus mejillas de nieve, como la rosa que del cáliz brota bicolor. Dirías tal vez que en los miembros de Hero asomaba un prado de rosas, pues la piel de sus miembros teñíase del color del rubor. Y al pasar la muchacha de blanco lucíanle también rosas debajo de sus tobillos. Gracias sin cuento fluían de sus miembros. Que mentira es de gentes de antaño de que tres son las Gracias habidas. Un solo ojo de Hero riente en Gracias a ciento abundaba. ¡Bien supo hallar Cipris sacerdotisa que la mereciera!

 

tresgraciasrubens

Las tres Gracias (1630 – 1635), óleo sobre tabla de madera de roble de 220,5 x 182 cm de Peter Paulus Rubens. Museo del Prado, Madrid

  1. (Como la luna de albas mejillas…) Comienza aquí, con la detallada écfrasis de la belleza de Hero, una larga serie de paralelos con Aquiles Tacio, Leucipa y Clitofonte I, 4, un pasaje de inspiración platónica y ciertamente emblemático de la teoría erótica antigua. También el rostro de Leucipa fue a los ojos de Clitofonte como un relámpago, lo cual le hace comparar a la heroína con Selene:

ἐν μέσοις δὲ ἦν γυνὴ μεγάλη καὶ πλουσία τῇ στολῇ. Ὡς δὲ ἐνέτεινα τοὺς ὀφθαλμοὺς ἐπ᾿ αὐτήν, ἐν ἀριστερᾷ παρθένος ἐκφαίνεταί μοι, καὶ καταστράπτει μου τοὺς ὀφθαλμοὺς τῷ προσώπῳ. Ὡς δὲ ἐνέτεινα τοὺς ὀφθαλμοὺς ἐπ᾿ αὐτήν, ἐν ἀριστερᾷ παρθένος ἐκφαίνεταί μοι, καὶ καταστράπτει μου τοὺς ὀφθαλμοὺς τῷ προσώπῳ. Τοιαύτην εἶδον ἐγώ ποτε ἐπὶ ταύρῳ γεγραμμένην Σελήνην: ὄμμα γοργὸν ἐν ἡδονῇ: κόμη ξανθή, τὸ ξανθὸν οὖλον: ὀφρὺς μέλαινα, τὸ μέλαν ἄκρατον: λευκὴ παρειά, τὸ λευκὸν ἐς μέσον ἐφοινίσσετο καὶ ἐμιμεῖτο πορφύραν, οἵαν εἰς τὸν ἐλέφαντα Λυδία βάπτει γυνή: τὸ στόμα ῥόδων ἄνθος ἦν, ὅταν ἄρχηται τὸ ῥόδον ἀνοίγειν τῶν φύλλων τὰ χείλη. Ὡς δὲ εἶδον, εὐθὺς ἀπωλώλειν: κάλλος γὰρ ὀξύτερον τιτρώσκει βέλους καὶ διὰ τῶν ὀφθαλμῶν ἐς τὴν ψυχὴν καταρρεῖ: ὀφθαλμὸς γὰρ ὁδὸς ἐρωτικῷ τραύματι.

Πάντα δέ με εἶχεν ὁμοῦ, ἔπαινος, ἔκπληξις, τρόμος, αἰδώς, ἀναίδεια: ἐπῄνουν τὸ μέγεθος, ἐκπεπλήγμην τὸ κάλλος, ἔτρεμον τὴν καρδίαν, ἔβλεπον ἀναιδῶς, ᾐδούμην ἁλῶναι: τοὺς δὲ ὀφθαλμοὺς ἀφέλκειν μὲν ἀπὸ τῆς κόρης ἐβιαζόμην, οἱ δὲ οὐκ ἤθελον, ἀλλ᾿ ἀνθεῖλκον ἑαυτοὺς ἐκεῖ τῷ τοῦ κάλλους ἑλκόμενοι πείσματι, καὶ τέλος ἐνίκησαν.

Lawrence Alma-Tadema mujer griega

A Greek woman (mujer griega, 1869), óleo sobre lienzo de 47 x 66 cm. de Sir Lawrence Alma-Tadema. Colección privada

En medio venía una señora alta y con un rico atuendo. Y al fijar en ella la mirada, a su izquierda se me muestra una mocita cuyo rostro fue un relámpago a mis ojos. Como ella yo vi en una ocasión pintada a Selene sobre un toro: una mirada placenteramente inquietante; una melena rubia, de un rubio ensortijado; negras cejas, del negro más puro; mejilla blanca, con un blanco que hacia su centro enrojecía e imitaba el color de la púrpura en que bañan el marfil las mujeres de Lidia, y la boca era una rosa cuando la rosa comienza a abrir los labios de sus pétalos. Nada más verla, al punto estuve perdido, pues la belleza hiere más profundamente que un dardo y se desliza por los ojos hasta el alma, ya que el ojo es la vía para la herida amorosa. Y toda clase de impresiones me dominaban a la vez: admiración, pasmo, temblor, vergüenza, desvergüenza. Admiraba su estatura, me pasmaba de su belleza, me palpitaba el corazón, la miraba con impudor, me daba vergüenza de ser sorprendido así. Me forzaba a desprender mis ojos de la muchacha, pero ellos no querían: al contrario, se aferraban allí, arrastrados por la seducción de la belleza, y triunfaron al final.

La traducción es de Máximo Brioso Sánchez, en Gredos.

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La comparación expresa con la luna ya se encuentra en Ovidio, Heroidas XVIII, 71 y siguientes:

Quantum, cum fulges radiis argentea puris,

concedunt flammis sidera cuncta tuis,

tanto formosis formosior omnibus illa est;

si dubitas, caecum, Cynthia, lumen habes.’

haec ego vel certe non his diversa locutus

per mihi cedentes sponte ferebar aquas.

unda repercussae radiabat imagine lunae

et nitor in tacita nocte diurnus erat.

“Cuanto ceden a tu fulgor los astros todos cuando brillas plateada con rayos resplandecientes, tanto entre todas las hermosas es ella la más hermosa. Si lo dudas, Cintia, es que tienes ciegos los ojos” Diciendo yo esto, o algo similar a esto, me conducía de noche a través de unas ondas que cedían a mi impulso. El mar resplandecía por la imagen de la luna en él reflejada, y claridad del día había en la noche callada.

La traducción es de Francisca Moya del Baño, en Alma Mater (CSIC).

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  1. (Debajo de sus tobillos). Podemos compararlo con Nono, Dionisíacas X, 189 s.

ἐκ μελέων δ᾽ ὅλον εἶαρ ἐφαίνετο: νισσομένου δὲ

ἐκ ποδὸς ἀργυφέοιο ῥόδων ἐρυθαίνετο λειμών:

εἰ δὲ βοογλήνων φαέων εὐφεγγέι κύκλῳ

ὀφθαλμοὺς ἐλέλιζεν, ὅλη σελάγιζε Σελήνη.

τὸν μὲν ἔχων Διόνυσος ὁμέψιον, ἁβρὸν ἀθύρων,

εἴρετο θαμβαλέην προχέων ἐπὶ κάλλεϊ φωνὴν

ὡς βροτός, ἀθανάτην δὲ δολοπλόκος ἔκρυφε μορφήν:

 

De su rosada boca brotaba una voz de dulce acento, y la primavera toda surgía de entre sus miembros; a causa de su plateado pie ambulante, el prado enrojecía de rosas; y si tornaba sus ojos con su muy brillante círculo de resplandores como ojos de buey; Selene toda brillaba. Dioniso lo tenía como compañero de juegos, y con él se divertía tiernamente; le hablaba como mortal, con una voz admirada por su belleza y, urdidor de astucias, ocultaba su inmortal naturaleza.

 Este texto pertenece a la historia de Ámpelo (que significa “cepa de vid”), joven amado por Dioniso, hijo de un sátiro y una ninfa. Ocupa el final de este canto X de las Dionisíacas y los dos siguientes.

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῎Ανθρωπε, μὴ κτεῖνε Κροῖσον (y XI)

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Frontispicio de las Noches Áticas de Aulo Gelio en la edición de Gronovius (1688)

Dejábamos el anterior capítulo con el texto latino del capítulo 9 del libro V de las Noches Áticas de Aulo Gelio, en el que se refiere una anécdota de uno de los hijos de Creso, de quien no sabemos el nombre, y que era mudo. Ya sabemos que el otro hijo, muerto en una cacería e joven, era Atis.

Aquí tenemos la traducción hecha con la ayuda de la versión catalana del sacerdote Cebrià Montserrat en la Fundación Bernat Metge:

Anécdota referente a un hijo mudo de Creso, tomada de los libros de Heródoto.

Un hijo del rey Creso, cuando ya tenía, por edad, capacidad de hablar, seguía sin hacerlo y, habiendo llegado ya a la plena adolescencia, no podía articular una sola palabra. Durante mucho tiempo, pues, pasó por mudo e incapaz de hablar. Cuando su padre fue derrotado en una gran batalla y fue tomada la ciudad en la que se encontraba, viendo el joven príncipe que un soldado enemigo lo embestía con la espada desenvainada, ignorando que fuera el rey, abrió la boca afanándose por hablar y aquel esfuerzo y empuje impetuoso deshizo el nudo que le trababa la lengua y comenzó a hablar pronunciando palabras claras y bien articuladas, para que el soldado no matara a Creso. Entonces el enemigo bajó la espada, el rey quedó con vida y el joven comenzó a hablar en adelante sin interrupción. Heródoto narra este hecho en su Historia e inserta las siguientes palabras que, según él dice, fueron las primeras que pronunció el hijo de Creso: “Hombre, no mates a Creso”.

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Se cuenta también de un atleta samio, de nombre Equecles, que no habiendo sido antes capaz de hablar, por una causa similar empezó a hablar. Habiendo notado, en efecto, que en una lucha de carácter sagrado no se hacía de buena fe el sorteo entre ellos mismos (los samios) y sus adversarios y que se cambiaba el nombre de uno de los favoritos, atacó de repente al que sacaba las suertes, haciéndole saber a grandes gritos que se daba cuenta de lo que hacía. Y liberado de la atadura que tenía en la lengua se expresó todo el resto de su vida sin entorpecimiento ni tartamudeo.

Evidentemente, esta anécdota nos lleva, como indica Aulo Gelio, a Heródoto, y en concreto a sus Historias, I, 85:

κατ᾽ αὐτὸν δὲ Κροῖσον τάδε ἐγίνετο. ἦν οἱ παῖς, τοῦ καὶ πρότερον ἐπεμνήσθην, τὰ μὲν ἄλλα ἐπιεικής, ἄφωνος δέ. ἐν τῇ ὦν παρελθούσῃ εὐεστοῖ ὁ Κροῖσος τὸ πᾶν ἐς αὐτὸν ἐπεποιήκεε, ἄλλα τε ἐπιφραζόμενος, καὶ δὴ καὶ ἐς Δελφοὺς περὶ αὐτοῦ ἐπεπόμφεε χρησομένους. ἡ δὲ Πυθίη οἱ εἶπε τάδε.

Λυδὲ γένος, πολλῶν βασιλεῦ, μέγα νήπιε Κροῖσε,

μὴ βούλου πολύευκτον ἰὴν ἀνὰ δώματ᾽ ἀκούειν

παιδὸς φθεγγομένου. τὸ δέ σοι πολὺ λώιον ἀμφὶς

ἔμμεναι· αὐδήσει γὰρ ἐν ἤματι πρῶτον ἀνόλβῳ.

ἁλισκομένου δὴ τοῦ τείχεος, ἤιε γὰρ τῶν τις Περσέων ἀλλογνώσας Κροῖσον ὡς ἀποκτενέων, Κροῖσος μέν νυν ὁρέων ἐπιόντα ὑπὸ τῆς παρεούσης συμφορῆς παρημελήκεε, οὐδὲ τί οἱ διέφερε πληγέντι ἀποθανεῖν· ὁ δὲ παῖς οὗτος ὁ ἄφωνος ὡς εἶδε ἐπιόντα τὸν Πέρσην, ὑπὸ δέους τε καὶ κακοῦ ἔῤῥηξε φωνήν, εἶπε δὲ “ὤνθρώπε, μὴ κτεῖνε Κροῖσον.” οὗτος μὲν δὴ τοῦτο πρῶτον ἐφθέγξατο, μετὰ δὲ τοῦτο ἤδη ἐφώνεε τὸν πάντα χρόνον τῆς ζόης.

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Estátero de oro, con representación de un león y una cabra, acuñado en tiempos de Creso.

Y en cuanto al propio Creso, he aquí lo que le ocurrió. Tenía un hijo —al que ya he hecho alusión con anterioridad, dotado de todas las cualidades, pero mudo. Pues bien, durante su ya pretérito poderío. Creso lo había intentado todo por él y, entre otras soluciones que había considerado, había enviado a consultar el oráculo de Delfos sobre su caso. Y la Pitia le contesto lo siguiente:

Hijo de Lidia, rey de muchos pueblos, Creso, grandísimo necio,

No pretendas oír en tu morada el tono anhelado

De la voz de tu hijo. Más te vale que eso quede lejos,

Pues a hablar comenzara en un funesto día.

Efectivamente, al ser tomada la plaza, un persa, sin reconocer a Creso, se iba hacia el con ánimo de darle muerte. Por su parte Creso, en medio de su presente desastre, al ver que se le echaba encima, no había tomado precaución alguna ni le importaba lo mas mínimo morir bajo sus golpes; sin embargo, su hijo, el mudo en cuestión, al ver atacar al persa, presa de angustiosa zozobra, rompió a hablar y exclamó: “ !Soldado, no mates a Creso!”. Esas fueron, pues, sus primeras palabras y, en lo sucesivo, ya pudo hablar durante toda su vida.

Valerio Máximo, en el libro I, 8 de sus Factorvm et dictorvm memorabilivm libri novem, ext. 4, se refiere al atleta samio citado:

Hoc modo fortuna saeviens uocem ademit, illo propitia donavit. Echecles Samius athleta mutus, cum ei victoriae, quam adeptus erat, titulus et praemium eriperetur, indignatione accensus vocalis evasit.

De este modo la fortuna, enfurecida, le (se refiere a la mujer del ateniense Nausímenes que contempló el estupro de su hijo e hija y enmudeció) quitó la voz, a este otro, propicia, se la dio. Equecles, el samio, un atleta mudo, cuando le era arrebatado el título y premio de la victoria, que había alcanzado, enardecido por la indignación, habló.

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Otra alusión al hijo mudo de Creso la hallamos en Cicerón, De divinatione I, 53, 121:

Idemque mittit et signa nobis eius generis qualia permulta historia tradidit, quale scriptum illud videmus: si luna paulo ante solis ortum defecisset in signo Leonis, fore ut armis Dareus et Persae ab Alexandro et Macedonibus [proelio] vincerentur Dareusque moreretur; et si puella nata biceps esset, seditionem in populo fore, corruptelam et adulterium domi; et si mulier leonem peperisse visa esset, fore, ut ab exteris gentibus vinceretur ea res publica, in qua id contigisset. Eiusdem generis etiam illud est quod scribit Herodotus, Croesi filium, cum esset infans, locutum; quo ostento regnum patris et domum funditus concidisse. Caput arsisse Servio Tullio dormienti quae historia non prodidit? Ut igitur qui se tradidit quieti praeparato animo cum bonis, cogitationibus, tum rebus ad tranquillitatem adcommodatis, certa et vera cernit in somnis, sic castus animus purusque vigilantis et ad astrorum et ad avium reliquorumque signorum et ad extorum veritatem est paratior.

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Él (el espíritu divino) es, pues, quien nos manda las diferentes señales de que hablan todas las historias, en la que vemos que si la Luna desaparece poco antes de que salga el Sol, en la constelación de León, era señal de que Darío y los persas serían vencidos por Alejandro y los macedonios, y hasta de qué moriría Darío; o bien, si nacía en alguna parte una niña con dos cabezas, el pueblo estaba amenazado de sedición y la familia de mancha y adulterio. Si una mujer soñaba que daba a luz un león, la república en que esto ocurría debía caer bajo el dominio extranjero. De este género es lo que nos refiere Heródoto: el hijo de Creso, niño mudo, había hablado, y el prodigio anunciaba la total ruina del reino de su padre y de su familia. ¿Qué historia no habla de la cabeza de Servio Tullio, coronada de llamas durante su sueño? Pero así como el que se entrega al descanso distingue claramente la verdad de sus sueños si su espíritu está tranquilo y si le ha nutrido con buenos pensamientos, así también la pureza e inocencia del alma es la mejor preparación para observar los astros, las aves y demás señales, como para el descubrimiento de la verdad.

Traducción de Francisco Navarro y Calvo y Luis David de los Arcos, obtenida de aquí.

Y así finalizamos esta serie, iniciada para dar cuenta de la anécdota de un hijo mudo de Creso, que nos ha servido finalmente para hacer un repaso de las fuentes clásicas grecolatinas sobre la interesante figura del rey de Lidia., del cual hay más información en este lugar.

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Solon before Croesus / Solón ante Creso (ca. 1650-1652), óleo sobre lienzo de 61 x 89 cm., de Nikolaus Knüfer. J. Paul Getty Museum, Los Ángeles


¿Un Flipper clásico? (IV)

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Siguiendo con nuestra serie sobre delfines, vamos con un autor que ofrece numerosas anécdotas de estos cetáceos: Claudio Eliano. En el libro I, capítulo 18, de su Historia de los animales, también conocido como De natura animalium, nos habla del instinto maternal del delfín hembra:

Θαυμάζουσιν ἄνθρωποι τὰς γυναῖκας ὡς ἄγαν φιλοτέκνους· ὁρῶ δὲ ὅτι καὶ τεθνεώτων υἱῶν ἢ θυγατέρων ἔζησαν μητέρες, καὶ τῷ χρόνῳ τοῦ πάθους εἰλήφασι λήθην τῆς λύπης μεμαρασμένης. δελφὶς δὲ ἄρα θῆλυς φιλοτεκνότατος ἐς τὰ ἔσχατα ζῴων ἐστί. Τίκτει μὲν γὰρ δύο **· ὅταν δὲ ἁλιεὺς · τρώσῃ τὸν παῖδα αὐτῆς τῇ τριαίνῃ · τῇ ἀκίδι βάλῃ **.

Se admiran los hombres del amor que las mujeres sienten por sus hijos; mas yo veo que madres, cuyos hijos o hijas murieron, continúan viviendo y, con el tiempo, se olvidan de sus sufrimientos, desaparecido ya el dolor. Por el contrario, el delfín hembra excede a todos los animales en el amor a su prole. Pare dos *** y cuando el pescador hiere a un hijo suyo con el arpón o le alcanza con la punta de un dardo ***.

 ῾Η μὲν ἀκὶς τὰ ἄνω τέτρηται, καὶ ἐνῆπται σχοῖνος μακρὰ αὐτῇ, οἱ δὲ ὄγκοι ἐσδύντες ἔχονται τοῦ θηρός. Καὶ ἕως μὲν ἔτι ῥώμης ὁ δελφὶς ὁ τραυματίας μετείληχε, χαλὰ ὁ θηρατὴς τὴν σχοῖνον, ἵνα μή ποτε ἄρα ὑπὸ τῆς βίας ἀπορρήξῃ αὐτήν, καὶ γένηταί οἱ δύο κακώ, ἔχων τε ἀπέλθῃ τὴν ἀκίδα ὁ δελφὶς καὶ ἀθηρίᾳ περιπέσῃ αὐτός· ὅταν δὲ αἴσθηται καμόντα καί πως παρειμένον ἐκ τοῦ τραύματος, ἡσυχῆ παρ᾿ αὐτὴν ἄγει τὴν ναῦν, καὶ ἔχει τὴν ἄγραν.

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El dardo en la parte superior tiene un agujero y una larga cuerda lo traspasa, mientras que la punta, hundiéndose, hace presa en el cetáceo. Y mientras el delfín herido conserva su vigor, el pescador afloja la cuerda para que aquél no pueda romperla a causa de su violencia y para que a él mismo no le sobrevengan dos infortunios, a saber, que el delfín se marche con el dardo y que él quede burlado en su propósito; cuando advierte el pescador que el cetáceo se cansa y está algo debilitado por la herida, lleva la barca despacio cerca y saca a tierra su presa.

ἡ δὲ μήτηρ οὐκ ὀρρωδεῖ τὸ πραχθέν, οὐδὲ ἀναστέλλεται δείσασα, ἀλλ᾿ ἀπορρήτῳ φύσει τῷ πόθῳ τοῦ παιδὸς ἕπεται· καὶ δείματα ὁπόσα ἐθέλεις εἰ ἐπάγοις, ἣ δὲ οὐκ ἐκπλήττεται, τὸν παῖδα οὐχ ὑπομένουσα ἀπολιπεῖν ἐν ταῖς φοναῖς ὄντα, ἀλλὰ καὶ ἐκ χειρὸς αὐτὴν πατάξαι πάρεστιν· οὕτως ὁμόσε χωρεῖ τοῖς βάλλουσιν, ὥσπερ οὖν ἀμυνουμένη. καὶ ἐκ τούτων συναλίσκεται τῷ παιδί, σωθῆναι παρὸν καὶ ἀπελθεῖν αὐτήν.

Pero la madre no se asusta ante lo sucedido ni escapa amedrentada, sino que, por un misterioso instinto, sigue anhelante a su hijo. Y por más terrores que uno quiera poner frente a ella, no se asustará ni consentirá en abandonar a su hijo, que está en trance de muerte, sino que hasta es posible cogerla con la mano, ¡a tan poca distancia se pone de los pescadores, como si quisiera rechazarlos! Sucede, por fin, que los hombres la capturan juntamente con su hijo, siendo notorio que pudo salvarse con la huida

Εἰ δὲ ἄμφω τὰ ἔκγονα αὐτῇ παρείη, καὶ νοήσειε τετρῶσθαι τὸν ἕτερον καὶ ἄγεσθαι, ὡς προεῖπον, διώκει τὸν ὁλόληρον καὶ ἀπελαύνει τήν τε οὐρὰν ἐπισείουσα καὶ δάκνουσα τῷ στόματι, καὶ φυσὰ φύσημά τι ἄσημον μέν, ἧ δύναται, σύνθημα δὲ τῆς φυγῆς ἐνδιδοῦσα σωτήριον. καὶ ὃ μὲν ἀπαλλάττεται, μέ-νει δὲ αὐτὴ ἔστ᾿ ἂν αἱρεθῇ, καὶ συναποθνήσκει τῷ ἑαλωκότι.

Y si están con ella las dos crías y advierte que una de las dos ha sido herida y que se la llevan, como dije antes, persigue al que está ileso y le empuja moviendo su cola y dándole mordiscos; y, lo mejor que puede, da un resoplido indistinto, que es la contraseña salvadora para huir. El hijo se pone a salvo, pero ella se queda hasta que es capturada y muere juntamente con el otro hijo cautivo.

 

La traducción es de José María Díaz-Regañón López, en Gredos.

 

De nuevo, en esta miniserie sobre delfines, acudimos a Claudio Eliano, quien, en su Historia de los animales, libro II, capítulo 6, refiere la historia de un delfín y un muchacho de Poroselene (isla y ciudad entre Lesbos y Asia Menor).

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Τὴν τῶν δελφίνων φιλομουσίαν καὶ τὸ τῶν αὐτῶν ἐρωτικόν, τὸ μὲν ᾄδουσι Κορίνθιοι, καὶ ὁμολογοῦσιν αὐτοῖς Λέσβιοι, τὸ δὲ ᾿Ιῆται· Τὰ μὲν ᾿Αρίονος τοῦ Μηθυμναίου ἐκεῖνοι, τά γε μὴν ἐν τῇ ᾿Ιῳ ὑπὲρ τοῦ παιδὸς τοῦ καλοῦ καὶ τῆς νήξεως αὐτοῦ καὶ τοῦ δελφῖνος οἱ ἕτεροι. λέγει δὲ καὶ Βυζάντιος ἀνήρ, Λεωνίδης ὄνομα, ἰδεῖν αὐτὸς παρὰ τὴν Αἰολίδα πλέων ἐν τῇ καλουμένῃ Ποροσελήνῃ πόλει δελφῖνα ἠθάδα καὶ ἐν λιμένι τῷ ἐκείνων οἰκοῦντα καὶ ὥσπερ οὖν ἰδιοξένοις χρώμενον τοῖς ἐκεῖθι.

Los corintios, y con ellos los lesbios, celebran el amor a la música de los delfines, y los habitantes de Íos, su condición afectuosa. Los lesbios cuentan la historia de Arión de Metimna, pero los habitantes de Íos cuentan lo concerniente al hermoso muchacho de la isla, a su diversión natatoria y al delfín. Un individuo de Bizancio llamado Leónidas cuenta que, mientras navegaba costeando la Eólide, vio con sus propios ojos, en la ciudad llamada Poroselene, un delfín domesticado que vivía en la playa y que se comportaba con los naturales como si fueran amigos personales.

Καὶ ἐπί γε τούτῳ ὁ αὐτὸς λέγει πρεσβῦτίν τινα καὶ γέροντα δὲ συνοικοῦντα αὐτῇ ἐκθρέψαι τόνδε τὸν τρόφιμον δελέατά οἱ προτείνοντας καὶ μάλα γε ἐφολκά. Καὶ μέντοι καὶ ὁμότροφός οἱ ἦν ὁ τῶν πρεσβυτῶν υἱός, καὶ ἐτιθηνοῦντο ἄμφω τὸν δελφῖνα καὶ τὸν παῖδα τὸν σφέτερον, καί πως ἐκ τῆς συντροφίας ἐλαθέτην ἐς ἔρωτα ἀλλήλων ὑπελθόντε ὅ τε ἄνθρωπος καὶ τὸ ζῷον, καί, τοῦτο δὴ τὸ ᾀδόμενον, ὑπέρσεμνος  ἀντέρως ἐτιμᾶτο ἐν τοῖς προειρημένοις. ῾Ο τοίνυν δελφὶς ὡς μὲν πατρίδα ἐφίλει τὴν Ποροσελήνην, ὡς δὲ ἴδιον οἶκον ἠγάπα τὸν λιμένα, καὶ δὴ καὶ τὰ τροφεῖα τοῖς θρεψαμένοις ἀπεδίδου.

 Y refiere que una pareja de ancianos alimentaba a este hijo adoptivo ofreciéndole los más apetitosos bocados. Además, el hijo de los ancianos era criado juntamente con el delfín y el matrimonio cuidaba de ambos, y, en cierta manera, a causa de la convivencia el muchacho y el cetáceo poco a poco llegaron a amarse el uno al otro sin darse cuenta y, como se repite vulgarmente, «una mutua y augustísima corriente amorosa creció” entre ellos. Resultó, pues, que el delfín amaba ya a Poroselene como a su patria y cogió tanto apego al puerto como a su propio hogar y, lo que es más, devolvía a los que habían cuidado de él el pago del alimento que le habían procurado.

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Inanis loquacitas (I)

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No sé a Ustedes, pero a mí me parece que hay gente que habla mucho, demasiado. Los podemos oír mientras vamos en tren, autobús o metro, o bien sentados en un banco de un parque, o incluso de un templo; nos amenizan el viaje o la espera dando rienda suelta a una verborrea frívola, vacua, narrando sus, a veces, insulsas vicisitudes; otras personas hablan mucho, pero no dicen nada: se enfrascan en conversaciones, o disertaciones, que ocupan mucho tiempo, pero, al final de su exposición, te preguntas: ¿y qué nos dicho en verdad esta persona?.

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Un tercer grupo, muy abundante en nuestro país, es el de aquellos que hablan a tontas y a locas, sin informarse, prejuzgando, juzgando y condenando actitudes de otros, sin aplicar el triple filtro socrático, mientras son incapaces de aplicar una mínima dosis de autocrítica a sus propias actitudes. Son los que ven la mota en ojo ajeno y no la viga en el propio: lo leemos en Lucas 6, 41-42:

τί δὲ βλέπεις τὸ κάρφος τὸ ἐν τῶ ὀφθαλμῶ τοῦ ἀδελφοῦ σου, τὴν δὲ δοκὸν τὴν ἐν τῶ ἰδίῳ ὀφθαλμῶ οὐ κατανοεῖς; πῶς δύνασαι λέγειν τῶ ἀδελφῶ σου, ἀδελφέ, ἄφες ἐκβάλω τὸ κάρφος τὸ ἐν τῶ ὀφθαλμῶ σου, αὐτὸς τὴν ἐν τῶ ὀφθαλμῶ σοῦ δοκὸν οὐ βλέπων; ὑποκριτά, ἔκβαλε πρῶτον τὴν δοκὸν ἐκ τοῦ ὀφθαλμοῦ σοῦ, καὶ τότε διαβλέψεις τὸ κάρφος τὸ ἐν τῶ ὀφθαλμῶ τοῦ ἀδελφοῦ σου ἐκβαλεῖν

¿Por qué te fijas en la mota que lleva tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacarte la mota de tu ojo, cuando no ves la viga del tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás distinguir para sacar la mota del ojo de tu hermano.

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En el país de la picaresca, del enchufe, de la corrupción a pequeña escala nos ponemos las manos en la cabeza por la corrupción (ahora en época de crisis y postcrisis, no en la de vacas flacas) de otros, generalizamos, metemos a todos en el mismo saco, no aplicamos la presunción de inocencia, hundimos la reputación (y la vida) de personas, que luego se demuestra que son inocentes y le damos a la sin hueso con una ligereza que asusta. La misma chafardería (palabra procedente del catalán xafardejar y ésta de safareig (lavadero-, por ser lugar habitual para los chismorreos y cotilleos, cuando era costumbre lavar allí la ropa; procedente, a su vez, del árabe vulgar ṣahrîǧ¸ “charco”, probablemente de origen iranio) es aplicable a la gente que gusta y se recrea en hablar de intimidades del prójimo.

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Espacios dados a esta verborrea son las tertulias políticas, en las que se repiten argumentos glosando la actualidad, o en bodrios que cuesta entender sean seguidos por una cuota de televidentes tan amplia como la ¿tertulia? o ¿debate? de Gran Hermano o la, para mí, surrealista presencia en la parrilla de televisión de programas como Sálvame Deluxe. Creo que son los mejores ejemplos de esta inanis loquacitas.

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Se atribuye a Zenón de Citio, fundador de la escuela estoica, la frase nos han sido dadas dos orejas, pero sólo una boca, para que podamos oír más y hablar menos. Literalmente lo hallamos así en Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos VII, 1 (Zenón), 23:

Πρὸς τὸ φλυαροῦν μειράκιον, «Διὰ τοῦτο,» εἶπε, «δύο ὦτα ἔχομεν, στόμα δὲ ἕν, ἵνα πλείονα μὲν ἀκούωμεν, ἥττονα δὲ λέγωμεν.»

A un joven que hablaba demasiado, le dijo: “Tenemos dos orejas, y una boca para oír mucho y hablar poco”.

Y en el 24, Diógenes añade:

Ἐν συμποσίῳ κατακείμενος σιγῇ τὴν αἰτίαν ἠρωτήθη· ἔφη οὖν τῷ ἐγκαλέσαντι ἀπαγγεῖλαι πρὸς τὸν βασιλέα ὅτι παρῆν τις σιωπᾶν ἐπιστάμενος.

Hallándose una vez en un convite sin hablar ni palabra alguna, y preguntándole la causa de su silencio, respondió: “Dirás al rey que hay uno aquí que sabe callar”.

La traducción es de José Ortiz y Sainz, en Gredos.

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Busto de mármol de Zenón de Citio de la colección Farnese. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles

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Parece que Zenón tenía justa fijación en la oportunidad al hablar, porque en el 21 dice también:

Νεανίσκου πολλὰ λαλοῦντος ἔφη, «Τὰ ὦτά σου εἰς τὴν γλῶτταν συνερρύηκεν.»

A un joven que hablaba mucho, le dijo: “Tus orejas se han confundido ya con la lengua”.

José Ortiz dice en nota al pie:

Como si dijéramos: “Tu lengua habla ya tanto cuanto tus orejas oyen, puesto que éstas oyen muchas voces a un tiempo”.

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Para ilustrar esta necia locuacidad viene, de nuevo, en nuestro auxilio Aulo Gelio y sus Noches Áticas, en este caso el capítulo XV del libro I, que ofreceremos con traducción castellana, basada en la catalana del sacerdote Cebrià Montserrat, en la Fundación Bernat Metge.

Quam inportunum vitium plenumque odii sit futtilis inanisque loquacitas et quam multis in locis a principibus utriusque linguae viris detestatione iusta culpata sit.

[1] Qui sunt leves et futtiles et inportuni locutores quique nullo rerum pondere innixi verbis uvidis et lapsantibus diffluunt, eorum orationem bene existimatum est in ore nasci, non in pectore; linguam autem debere aiunt non esse liberam nec vagam, sed vinclis de pectore imo ac de corde aptis moveri et quasi gubernari. [2] Sed enim videas quosdam scatere verbis sine ullo iudicii negotio cum securitate multa et profunda, ut loquentes plerumque videantur loqui sese nescire.

De cómo es de impertinente y enojosa una vana y frívola locuacidad, y de cómo en muchos lugares ha sido reprobada por insignes autores griegos y latinos, en una justa detestación.

[1] A propósito de aquéllos que hablan ligeramente y frívolamente y de una manera inoportuna, y de aquéllos que, sin sopesar las cosas, dejan ir palabras insípidas y resbaladizas, se ha dicho con razón que sus palabras les manan de la boca, no del corazón. Se ha dicho que la lengua no tiene que ser libre y ociosa, sino que tiene que moverse y casi ser gobernada por vínculos que viene del fondo del pecho y el corazón. [2] Mira, en efecto, cómo a muchos las palabras les fluyen de forma abundante sin nada de sentido, a pesar del aplomo y firmeza con que hablan, de donde se deriva que muchos hablan como si olvidaran a menudo que lo están haciendo.

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Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XI)

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Ofrecíamos en el anterior capítulo el texto de Nono, Dionisíacas X, 189 y siguientes, donde hallábamos el verso ἐκ ποδὸς ἀργυφέοιο ῥόδων ἐρυθαίνετο λειμών (a causa de su plateado pie ambulante, el prado enrojecía de rosas) relacionado con el verso 62 del Hero y Leandro de Museo: καὶ ῥόδα λευκοχίτωνος ὑπὸ σφυρὰ λάμπετο κούρης (Y al pasar la muchacha de blanco lucíanle también rosas debajo de sus tobillos).

Con esta mención de los tobillos de Hero, el poeta parece querer hacerse eco del conocido precepto de Aftonio, Ejercicios de retórica 37, pues con la mención de los tobillos de Hero, el poeta parece querer hacerse eco del conocido precepto de este retórico de Antioquía, respecto a la écfrasis de personas, a saber: que toda descripción debe ir de la cabeza a los pies. Los Προγυμνάσματα de Aftonio son una compilación de ejercicios que abarcaban los distintos géneros de la composición retórica.

Ἔκφρασίς ἐστὶ λόγος περιηγηματικὸς ὑπ᾿ ὄψιν ἄγων ἐναργῶς τὸ δηλούμενον. ᾿Εκφραστέον δὲ πρόσωπά τε, καὶ πράγματα, καιρούς τε καὶ τόπους, ἄλωγα ζῶα καὶ πρὸς τούτοις φυτά· πρόσωπα μέν, ὥσπερ ῞Ομηρος·

Γυρὸς ἔην ὤμοισι, μελάγχροος, οὐλοκάρηνος.

Πραγματα δέ, ὡς ναυμαχίας ἢ πεζομαχίας, ὥσπερ ὁ συγγραφέυς· καιρούς δέ, ὡς ἔαρ ἢ θέρος, φράζων ὁπόσα παρ᾿ αὐτὰ τῶν ἀνθέων προέρχεται· τόπους δέ, ὡς αὐτὸς ὁ Θουκυδίδης τὸν λιμένα τῶν Θεσπρωτῶν εἶπε Χειμέριον, καθάπερ ἔχει σχήματος. ἐκφράζοντας δὲ δεῖ πρόσωπα μὲν ἀπὸ τῶν πρώτων ἐπὶ τὰ τελευταῖα ἰέναι τουτέστιν ἀπὸ κεφαλῆς ἐπὶ πόδας· πράγματα δὲ ἀπὸ τῶν πρὸ αὐτῶν τε καὶ ἐν αὐτοῖς καὶ ὅσα ἐκ τούτων ἐκβαίνειν φιλεῖ· καιροὺς δὲ καὶ τόπους ἐκ τῶν περιεχόντων καὶ ἐν αὐτοῖς ὑπαρχόντων. Τῶν δὲ ἐκ φράσεων αἱ μέν εἰσιν ἁπλαῖ, αἱ δὲ συνεζευγμέναι. Καὶ ἁπλαῖ μέν, ὡς αἱ πεζομαχίας ἢ ναυμαχίας διεξερχόμεναι· συνεζευγμέναι δέ, ὡς αἱ πράγματα καὶ καιροὺς ἅμα συνάπτουσαι, ὥσπερ ὁ Θουκυδίδης τὴν ἐν Σικελίᾳ νυκτομαχίαν ἐκφράζει· μετὰ γὰρ τῆς μάχης ὅπως ἐπράττετο καὶ νυκτὸς ὅπως εἶχεν ὡρίσατο. ᾿Εκφράζοντας δὲ δεῖ τόν τε χαρακτῆρα ἀνειμένον ἐκφέρειν, καὶ διαφόροις ποικίλλειν τοῖς σχήμασι, καὶ ὅλως ἀπομιμεῖσθαι τὰ ἐκφραζόμενα πραγματα.

 

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Aquí tenemos la traducción del número 37:

Una descripción es una composición que expone en detalle y presenta ante los ojos de manera manifiesta el objeto mostrado. Se han de describir personajes y hechos, circunstancias y lugares, animales y, además, árboles. Personajes, como hace Homero:

Era redondeado de hombros, de piel morena, de cabello rizado; (1)

hechos, como combates navales y terrestres, tal como hizo el historiador (2), circunstancias, como primavera y verano, manifestando cuántas flores nacen durante ellas; lugares, como el propio Tucidides llamó “Quimerion” al puerto de los tesprotos, según el aspecto que presenta (3). Es necesario que quienes describen personajes vayan desde el principio hasta el final, esto es, de la cabeza a los pies; si acciones, que empiecen por las anteriores, luego las contemporáneas y, después cuantas suelen producirse como consecuencia de éstas; si circunstancias y lugares, que partan de los elementos que los rodean y que se dan en ellos.

De las descripciones, unas son simples, otras compuestas. Simples, como las que narran combates terrestres y navales; compuestas, como las que combinan a un tiempo hechos y circunstancias, tal como Tucidides describe el combate nocturno de Sicilia, pues además de describir cómo se desarrollaba el combate precisó también cómo tenía lugar por la noche.

Es necesario que quienes describen presenten un estilo suelto (4) y que lo adornen con las diferentes figuras, y, en una palabra, que reproduzcan fielmente los objetos que describen.

 La traducción es de Mª Dolores Reche Martínez, en Gredos.

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Mapa topográfico de Corfú, antigua Corcira (copyright: Eric Gaba (Sting – fr:Sting)

Notas:

1 Homero, Odisea XIX, 246.

2 Es decir, Tucídides, I, 29; 62, etc.

῾Ως δὲ ὁ κῆρύξ τε ἀπήγγειλεν οὐδὲν εἰρηναῖον παρὰ τῶν Κορινθίων καὶ αἱ νῆες αὐτοῖς ἐπεπλήρωντο οὖσαι ὀγδοήκοντα (τεσσαράκοντα γὰρ Ἐπίδαμνον ἐπολιόρκουν), ἀνταναγαγόμενοι καὶ παραταξάμενοι ἐναυμάχησαν· καὶ ἐνίκησαν οἱ Κερκυραῖοι παρὰ πολὺ καὶ ναῦς πέντε καὶ δέκα διέφθειραν τῶν Κορινθίων.

Y una vez que el heraldo no les trajo ninguna palabra de paz de parte de los corintios, y que sus naves, que eran ochenta (pues había cuarenta y tres bloqueando Epidamno) tuvieron la tripulación completa, se hicieron a la mar, dispusieron las naves en línea de combate y trabaron batalla; y vencieron completamente los corcirenses, echando a pique quince naves corintias.

 La traducción es de Francisco Rodríguez Adrados, en Editorial Hernando.

 

3 Tucídides, I 46. Se trataba de un cabo y, como tal, era batido por las olas en invierno; de ahi su nombre Cheimérion = “Invernal”, “Tempestuoso.

᾿Επειδὴ δὲ προσέμειξαν τῆι κατὰ Κέρκυραν ἠπείρωι ἀπὸ Λευκάδος πλέοντες, ὁρμίζονται ἐς Ξειμέριον τῆς Θεσπρωτίδος γῆς. ἔστι δὲ λιμήν, καὶ πόλις ὑπὲρ αὐτοῦ κεῖται ἀπὸ θαλάσσης ἐν τῇ Ἐλαιάτιδι τῆς Θεσπρωτίδος Ἐφύρη. ἐξίησι δὲ παρ’ αὐτὴν Ἀχερουσία λίμνη ἐς θάλασσαν· διὰ δὲ τῆς Θεσπρωτίδος Ἀχέρων ποταμὸς ῥέων ἐσβάλλει ἐς αὐτήν, ἀφ’ οὗ καὶ τὴν ἐπωνυμίαν ἔχει. ῥεῖ δὲ καὶ Θύαμις ποταμός, ὁρίζων τὴν Θεσπρωτίδα καὶ Κεστρίνην, ὧν ἐντὸς ἡ ἄκρα ἀνέχει τὸ Ξειμέριον

Y una vez que viniendo de Léucade llegaron a la costa meridional que está enfrente de Corcira, anclaron en Quimerion, en Tesprotia. Se trata de un puerto encima del cual hay una ciudad llamada Efire, situada lejos del mar, en la región del puerto de Elea, en Tesprotia. Cerca de ella desemboca en el mar la laguna Aquerusia; el río Aqueronte, que corre a través de Tesprotia, desemboca en ella, y le da nombre; también corre allí el río Tiamis, que limita Tesprotia y Cestrina, y entre uno y otro río se eleva el cabo Quimerion.

 La traducción es de Francisco Rodríguez Adrados, en Editorial Hernando.

Acheroussia Lake and Acheron River, during the Antiquity

Lago Aquerusia y río Aqueronte  en la Antigüedad

 The original uploader was Harrygouvas at Greek Wikipedia – Ιδρυμα Μουσείο Τεχνών και Επιστημών Πρέβεζας, Χαράλαμπος Γκούβας. Licensed under CC BY-SA 3

4 Gr. Aneiménon (ἀνειμένον). Se trata del estilo libre de periodos y razonamientos, caracterizado por su sencillez Commentarium in Aphthonii Progymnasmata de J. Sardiano, editado por H. Rabe, en Leipzig, 1928, página 223, 21-22).

5. (Que mentira es de gentes de antaño de que tres son las Gracias habidas). Estos versos 63-64 se refieren, desde luego, al célebre pasaje hesiódico de Teogonía v. 907.

τρεῖς δέ οἱ Εὐρυνόμη Χάριτας τέκε καλλιπαρῄους,

Ὠκεανοῦ κούρη, πολυήρατον εἶδος ἔχουσα,

Ἀγλαΐην τε καὶ Εὐφροσύνην Θαλίην τ᾽ ἐρατεινήν·

Eurínome, hija del Océano, de encantadora belleza, le dio las tres Gracias de hermosas mejillas, Aglaya, Eufrósine y la deliciosa Talía.

 La traducción es de Aurelio Pérez Jiménez, en Gredos.

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Las tres Gracias, escultura en bronce de Juan Bautista Adsuara Ramos. Museo de Bellas Artes de Castellón.



¿Un Flipper clásico? (V)

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Iniciamos en el capítulo anterior de esta serie sobre delfines en fuentes clásicas el texto de Claudio Eliano, Historia de los animales, libro II, capítulo 6, en la que refiere la historia de un delfín y un muchacho de Poroselene. Seguimos con ella.

Καὶ τούτων γε ἐκεῖνος ἦν ὁ τρόπος. Τέλειος ὢν τῆς ἀπὸ χειρὸς τροφῆς ἐδεῖτο ἥκιστα, ἤδη γε μὴν καὶ περαιτέρω προνέων καὶ περινηχόμενος καὶ σκοπῶν ἄγρας ἐναλίους τὰ μὲν ἑαυτῷ δεῖπνον εἶχε, τὰ δὲ τοῖς οἰκείοις ἀπέφερεν· οἵ δὲ ᾔδεσαν τοῦτο καὶ μέντοι καὶ ἀνέμενον τὸν ἐξ αὐτοῦ φόρον ἀσμένως. Καὶ μία μὲν ἦν ἥδε ἡ πρόσοδος, ἐκείνη δὲ ἄλλη. ῎Ονομα τῷ δελφῖνι ὡς τῷ παιδὶ οἱ θρεψάμενοι ἔθεντο· Καὶ ὁ παῖς τῇ συντροφίᾳ θαρρῶν, τοῦτο αὐτὸν ἐπί τινος προβλῆτος στὰς τόπου ἐκάλει, καὶ ἅμα τῇ κλήσει καὶ ἐκολάκευεν·

Y he aquí cómo lo hacía. Cuando se hizo grande y ya no necesitaba coger el alimento de la mano, sino que podía atreverse a alejarse nadando y a rodear y perseguir a las presas del mar, capturaba unas para alimentarse, pero otras se las llevaba a sus amigos, y éstos estaban enterados de ello y se complacían en esperar la parte que les traía. Ésta era una ganancia. La otra, la siguiente: los padres adoptivos pusieron al delfín como al muchacho un nombre y éste, con la confianza que otorga la común crianza, colocado de pie sobre un promontorio, lo llamaba por su nombre y al llamarlo empleaba tiernas palabras.

 ὃ δέ, εἴτε πρὸς εἰρεσίαν ἡμιλλᾶτό τινα, εἴτ᾿ ἐκυβίστα τῶν ἄλλων ὅσοι περὶ τὸν χῶρον ἐπλανῶντο ἀγελαῖοι κατασκιρτῶν, εἴτ᾿ ἐθήρα ἐπειγούσης τῆς γαστρὸς αὐτόν, ἐπανῄει καὶ μάλα γε ὤκιστα δίκην ἐλαυνομένης νεὼς πολλῷ τῷ ῥοθίῳ, καὶ πλησίον τῶν παιδικῶν γενόμενος συμπαίστης τε ἦν καὶ συνεσκίρτα, καὶ πῇ μὲν τῷ παιδὶ παρενήχετο, πῇ δὲ ὁ δελφὶς οἷα προκαλούμενος εἶτα μέντοι ἐς τὴν ἅμιλλαν τὴν πρὸς αὑτὸν τὰ παιδικὰ ὑπῆγε. καὶ τὸ ἔτι θαῦμα, ἀπέστη καὶ τῆς πρώτης ποτὲ καὶ δὴ καὶ ὑπενήξατο αὐτῷ, οἷα νικώμενος ἡδέως δήπου. Ταῦτα τοίνυν ἐκεκήρυκτο, καὶ τοῖς πλέουσιν ὅραμα ἐδόκει σὺν καὶ τοῖς ἄλλοις ὅσα ἡ πόλις ἀγαθὰ εἶχε, καὶ τοῖς πρεσβύταις καὶ τῷ μειρακίῳ πρόσοδος ἦν.

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El delfín, ya estuviera entablando una porfía con un navío provisto de remos, o buceando y saltando con desprecio de todos los demás peces, que, en bandadas, merodeaban por el lugar, o estuviera cazando porque se lo pedía el apetito, salía a la superficie con toda rapidez como un navío que avanza levantando grandes olas y, acercándose a su amado, jugueteaba y se zambullía con él. Unas veces nadaba a su vera, otras veces parecía como si el delfín quisiera desafiar e incluso animar a su amado a competir con él. Y lo que es más admirable, a veces renunciaba a ser el primero en la competición y se quedaba rezagado como si sintiera placer en resultar derrotado. Todos estos sucesos fueron divulgados clamorosamente, y a todos los que arribaban a la isla les parecía éste el espectáculo más estupendo de cuantos podía ofrecer la ciudad. Y para los viejos y el muchacho todo esto constituía una fuente de ingresos.

La traducción es de José María Díaz-Regañón López, Madrid, en Gredos.

Eliano, de nuevo, refiere una historia de amor entre un delfín y un muchacho de Jaso que ya reportaba Plutarco en el capítulo 36 del De sollertia animalium (Sobre la inteligencia de los animales):

῎Ερωτα δελφῖνος ἐν ᾿Ιασῷ ἐς μειράκιον καλὸν πάλαι ᾀδόμενον ἄμοιρον μνήμης τῆς ἐξ ἐμοῦ ἀπολιπεῖν οὔ μοι δοκεῖ, καὶ διὰ ταῦτα εἰρήσεται.

Τὸ γυμνάσιον τὸ τῶν ᾿Ιασέων ἐπίκειται τῇ θαλάσσῃ, καὶ οἵ γε ἔφηβοι μετὰ τοὺς δρόμους καὶ τὰς κονίστρας κατιόντες ἐνταῦθα ἀπολοῦνται κατὰ τι ἔθος ἀρχαῖον. Διανηχομένων οὖν αὐτῶν ἑνὸς τοῦ τὴν ὥραν ἐκπρεπεστάτου ἐρἀ δελφὶς ἔρωτα δριμύτατον. Καὶ τὰ μὲν πρῶτα πλησίον γενόμενος ἐφόβησέ τε καὶ ἐξέπληξεν αὐτόν, εἶτα μέντοι τῇ συνηθείᾳ φιλίαν τινὰ καὶ εὔ-νοιαν ἐς ἑαυτὸν ἐκ τοῦ παιδὸς ἰσχυρἀν ἐπηγάγετο. ᾿Αθύρειν γοῦν μετ᾿ ἀλλήλων ὑπήρξαντο, καὶ πῆ μὲν ἡμιλλάσθην παρανηχομένω τε καὶ ἐρίζοντε, πῆ δὲ ὁ παῖς ἀναβαίνων ὡς πῶλον ἱππότης, ὑπονηχομένου τοῦ ἐραστοῦ γαῦρος ἐφέρετο.

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No me parece lícito dejar en el olvido el amor que, en Jaso, dispensaba un delfín a un hermoso muchacho y que, desde antiguo, se viene celebrando. Debo, por lo tanto, recordarlo.

El gimnasio de la ciudad está situado a orillas del mar. Los efebos se dirigen a él y, según una costumbre antigua, se bañan allí después de practicar sus carreras y de luchar en la arena. Un delfín amaba con amor apasionado a uno de los nadadores de belleza sobresaliente. Al principio, al acercarse al muchacho, sentía éste temor y sobresalto, pero después, con la costumbre, el muchacho llegó a sentir un cálido sentimiento de amistad y simpatía hacia el delfín. Comenzaron a jugar el uno con el otro y, unas veces, competían nadando el uno junto al otro y, otras veces, montándose el muchacho, como un jinete en su caballo, era conducido ufano a lomos de su amante.

 Καὶ ἦν τοῖς ᾿Ιασεῦσι καὶ τοῖς ξένοις τὸ πραττόμενον ἀξιόζηλον. Προῄει μὲν γὰρ τὰ παιδικὰ ὁ δελφὶς φέρων ἐπὶ πλεῖστον τῆς θαλάσσης καὶ ἐς ὅσον τῷ παιδὶ εἶχεν ὀχουμένῳ καλῶς· Εἶτα ὑπέστρεφεν καὶ ἦγε τοῦ αἰγιαλοῦ πλησίον, καὶ ἀλλήλων διαλυόμενοι ὃ μὲν ἐς τὸ πέλαγος, ὃ δὲ ἐς τὰ οἰκεῖα ἐπανῄεσαν. ᾿Απήντα δὲ ὁ δελφὶς ἐς τὸν καιρὸν τῆς τῶν γυμνασίων ἀφέσεως, ὅ τε παῖς ἥδετο τῇ προσδοκίᾳ τῇ τοῦ φίλου καὶ τῇ σὺν αὐτῷ παιδιά, καὶ πρὸς τῷ κάλλει τῷ φυσικῷ περίβλεπτος ἦν, οἷα δήπου μὴ μόνον τοῖς ἀνθρώποις, ἀλλὰ καὶ τοῖς ἀλόγοις δοκῶν ὡραιότατος.

Y el pueblo de Jaso y los extranjeros se llenaban de admiración ante el suceso. Porque el delfín bogaba en un largo trecho del mar con su amante en el lomo y el tiempo que al jinete le apetecía. Luego daba la vuelta y lo dejaba cerca de la playa y, despidiéndose el uno del otro, el delfín se adelantaba en el mar y el muchacho iba a su casa. El delfín aparecía a la hora en que cesaban las actividades gimnásticas y el muchacho se alegraba de encontrar a su amigo que lo estaba esperando y de jugar con él, y, además de su natural belleza, suscitaba la admiración de todos, el que no sólo a los hombres, sino también a los irracionales apréciales el muchacho de extraordinaria amabilidad.

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Inanis loquacitas (II)

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En el anterior capítulo, y a modo de introducción, constatamos la, en nuestra opinión, abundancia de personas que abusan de la palabrería, la verborrea, la chafardería y la vana locuacidad, para poner a caldo a conocidos o vecinos, narrar sus insustanciales aventuras o prejuzgar, juzgar y condenar (tres en uno) al prójimo, sin pararse a pensar en las consecuencias de sus palabras, en la productividad, calidad, conveniencia u oportunidad de su dispersa e inane cháchara.

A glosar, ilustrar y completar esta observación nuestra (que puede ser equivocada y no compartida por nuestros lectores) coadyuva Aulo Gelio y sus Noches Áticas, con el capítulo XV del libro I, cuyo título es, ya de por sí, una declaración de intenciones:

Quam inportunum vitium plenumque odii sit futtilis inanisque loquacitas et quam multis in locis a principibus utriusque linguae viris detestatione iusta culpata sit.

De cómo es de impertinente y enojosa una vana y frívola locuacidad, y de cómo en muchos lugares ha sido reprobada por insignes autores griegos y latinos, en una justa detestación.

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Tras ofrecer los párrafos 1 y 2, con traducción castellana, basada en la catalana del sacerdote Cebrià Montserrat, en la Fundación Bernat Metge, vamos con el resto del texto

[3] Ulixen contra Homerus, virum sapienti facundia praeditum, vocem mittere ait non ex ore, sed ex pectore, quod scilicet non ad sonum magis habitumque vocis quam ad sententiarum penitus conceptarum altitudinem pertineret, petulantiaeque verborum coercendae vallum esse oppositum dentium luculente dixit, ut loquendi temeritas non cordis tantum custodia atque vigilia cohibeatur, sed et quibusdam quasi excubiis in ore positis saepiatur.

 [3] Por el contrario, Homero dice de Ulises, varón de señalada elocuencia, que las palabras le surgían no de los labios sino del corazón, por cuanto él se fijaba más en la recóndita profundidad de los conceptos que en el tono de la expresión de la voz; y dice, con mucho acierto, que los dientes son como una traba con que la naturaleza ha querido refrenar las osadías de la lengua, para que la irreflexión en el hablar fuera contenida no sólo por el miramiento y vigilancia interiores, sino también por una especie de pretil situado dentro de la misma boca.

 

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[4] Homerica, de quibus supra dixi, haec sunt:

Ἀλλ’ ὁτε δή ῥ’ ὄπα τε μεγάλην ἐκ στήθεος ἵει, (Ilíada III, 221; V, 22; XIX, 492)

et:

Τέκνον ἐμὸν, ποῖόν σε ἔπος φύγεν ἕρκος ὀδόντων. (Odisea I, 64; V, 22; XIX, 492).

[4] Las palabras de Homero que antes mencionaba son éstas:

“Pero cuando lanzaba del pecho su sonora voz”

y

“¿Qué palabra te ha huido del cerco de tus dientes?”

 

[5] M. Tullii quoque verba posui, quibus stultam et inanem dicendi copiam graviter et vere detestatus est:

[6]. “Dummodo” inquit “hoc constet neque infantiam eius, qui rem norit, sed eam explicare dicendo non queat, neque inscientiam illius, cui res non subpetat, verba non desint, esse laudandam: quorum si alterum sit optandum, malim equidem indisertam prudentiam quam stultam loquacitatem. (Cicerón, De oratore III, 35, 142)

[5] Quiero transcribir también unas palabras de M. Tulio en las cuales censura severamente la estulta y vacía abundancia de palabras: [6] “Con la condición de que no se tiene que alabar la sequedad de quienes no pueden expresar lo que saben, ni la necedad de los ignorantes que se expresan con facilidad. Si yo tuviera que escoger entre estos dos defectos preferiría, sin duda, una inculta prudencia a una necia locuacidad”.

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[7] Item in libro de oratore primo verba haec posuit: “Quid enim est tam furiosum quam verborum vel optimorum atque ornatissimorum sonitus inanis nulla subiecta sententia nec scientia?” [8] Cumprimis autem M. Cato atrocissimus huiusce vitii insectator est. [9] Namque in oratione, quae inscripta est si se Caelius tribunus plebis appellasset: “numquam” inquit “tacet, quem morbus tenet loquendi tamquam veternosum bibendi atque dormiendi. Quod si non coveniatis, cum convocari iubet, ita cupidus orationis conducat, qui auscultet. Itaque auditis, non auscultatis, tamquam pharmacopolam. Nam eius verba audiuntur; verum se nemo committit, si aeger est.”

[7] En el libro primero Del orador  puso estas palabras: ¿Queréis locura más grande que el vano rumor de unas palabras, aunque sean de las más escogidas y rotundas, sin ningún tipo de expresión ni sentido?”. (De oratore I, 12, 15)

[8] Más que nadie, M. Catón se las tuvo con mucha dureza con este defecto. [9] En su discurso titulado Si Celio se llamó tribuno del pueblo: “No calla nunca, dice, aquél que tiene la inclinación de hablar, tal como el hidrópico no para de beber, ni el dormilón de dormir; porque si no acudís cuando él grita que se acuda, el deseoso de hablar es capaz de alquilar personas que le escuchen. Y de esta manera, lo oís, no lo escucháis, como se oye al sacamuelas. Porque se escuchan sus palabras, pero nadie se fía cuando está enfermo”

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Aquiles golpeando a Tersites (siglo II d. C.). Relieve del sarcófago de Aurelia Botania Demetria, conservado en el Museo Arqueológico de Antalya (Turquía)

[10] Idem Cato in eadem oratione eidem M. Caelio tribuno plebi vilitatem obprobrans non loquendi tantum, verum etiam tacendi: “frusto” inquit “panis conduci potest, vel uti taceat vel uti loquatur.” [11] Neque non merito Homerus unum ex omnibus Thersitam ἀμετροεπῆ et ἀκριτόμυθον appellat verbaque illius multa et ἄκοσμα strepentium sine modo graculorum similia esse dicit. Quid enim est aliud ἐκολῴα?

[10] El propio Catón en el discurso arriba mencionado, reprochando la villanía de M. Celio, tribuno del pueblo, no sólo en el hablar, sino también en el callar, dice: “Con un bocado de pan se le puede comprar, o bien para que calle o bien para que hable”. [11] Con mucho acierto Homero llama a Tersites “desmesurado charlatán” e “impertinente por excelencia”, y compara su desagradable habladuría al escandaloso gorjeo de los arrendajos. ¿Qué otro sentido tiene, en efecto, la palabra ἐκολῴα?

El verbo  aparece en Ilíada II, 212, en el episodio de Tersites y su enfrentamiento con Odiseo; significa en griego “alborotar”; en el mismo verso aparece ἀμετροεπής; la palabra ἄκοσμα aparece en Ilíada II, 213 y en Ilíada II, 246 podemos leer el vocativo ἀκριτόμυθε.

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Marco Celio fue tribuno de la plebe en el 184 a. C. De él, además de lo que apunta Aulo Gelio, Catón decía:

“Se apea de su caballo percherón, luego da pasitos de danza, luego dispensa ridiculeces”. En otro pasaje: “Además canta cuando se le antojó, a veces representa versos griegos, cuanta chistes, cambia las voces, da pasitos de danza”.

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Ulises golpeando a Tersites


Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XII)

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En esta serie sobre Hero y Leandro, iniciada con motivo de la audición en el programa El mundo de la fonografía de Radio Clásica del poema sinfónico Ero e Leandro de Alfredo Catalani, con la Orquesta Sinfónica de Roma y Francesco La Vecchia, estamos repasando las fuentes sobre esta pareja mitológica. Tras ver su presencia en Ovidio, Virgilio o la Antología Palatina, estamos haciendo un promenorizado repaso a Hero y Leandro, de Museo. Llegamos a los versos 67-83 de nuestra bella obra, que estamos recorriendo de la mano de la traducción y las valiosísimas notas de José Guillermo Montes Cala, en su edición de Gredos. No ofrecemos todas las notas, sino una amplia selección, a la que nosotros añadimos los textos originales y la traducción de los autores y obras que cita Montes Cala.

 

Ὣς ἡ μὲν περὶ πολλὸν ἀριστεύουσα γυναικῶν,

Κύπριδος ἀρήτειρα, νέη διεφαίνετο Κύπρις.

δύσατο δ’ ἠιθέων ἁπαλὰς φρένας οὐδέ τις αὐτῶν

ἦεν, ὃς οὐ μενέαινεν ἔχειν ὁμοδέμνιον Ἡρώ. 70

ἡ δ’ ἄρα, καλλιθέμεθλον ὅπῃ κατὰ νηὸν ἀλᾶτο,

ἑσπόμενον νόον εἶχε καὶ ὄμματα καὶ φρένας ἀνδρῶν.

καί τις ἐν ἠιθέοισιν ἐθαύμασε καὶ φάτο μῦθον

«καὶ Σπάρτης ἐπέβην, Λακεδαίμονος ἔδρακον ἄστρον,

ἧχι μόθον καὶ ἄεθλον ἀκούομεν ἀγλαϊάων 75

τοίην δ’ οὔ ποτ’ ὄπωπα νέην ἰδανήν θ’ ἁπαλήν τε.

ἦ τάχα Κύπρις ἔχει Χαρίτων μίαν ὁπλοτεράων.

παπταίνων ἐμόγησα, κόρον δ’ οὐχ εὗρον ὀπωπῆς.

αὐτίκα τεθναίην λεχέων ἐπιβήμενος Ἡροῦς.

οὐκ ἂν ἐγὼ κατ’ Ὄλυμπον ἐφιμείρω θεὸς εἶναι 80

ἡμετέρην παράκοιτιν ἔχων ἐνὶ δώμασιν Ἡρώ.

εἰ δέ μοι οὐκ ἐπέοικε τεὴν ἱέρειαν ἀφάσσειν,

τοίην μοι, Κυθέρεια, νέην παράκοιτιν ὀπάσσαις.»

(c) Bridgend County Borough Council; Supplied by The Public Catalogue Foundation

(c) Bridgend County Borough Council; Supplied by The Public Catalogue Foundation

Hero and Leander (1925), óleo sobre lienzo de 58,5 x 58,5 cm., de Christopher Williams. Collection: Bridgend County Borough Council

 

Así ella, con creces entre las mujeres primera y de Cipris sacerdotisa, cual Cipris rediviva se dejaba ver. Metióse en las tiernas entrañas de los jóvenes y no había varón que no muriera de ganas por compartir con Hero su lecho. Y por cualquier lugar del templo de bellos cimientos que pasara, tras de sí tenía la mente y los ojos y los corazones de los hombres. Y cierto mozo quedó pasmado y habló de este modo: “También a Esparta fui y vi la ciudad del lacedemonio, donde oímos hablar de una reñida competición de bellezas; mas como ella no he visto jamás tan tierna y vistosa: quizá Cipris sea dueña de una de las más jóvenes Gracias. Acecharla fue mi quebranto, mas de mirarla colmo no hallé. ¡Muera al instante, si al lecho de Hero hubiera yo subido! No querría yo ser un dios en el Olimpo, siempre que Hero fuera la esposa que tuviera en casa. Mas si no me está bien ni tocar a tu sacerdotisa, concédeme, Citerea, una esposa joven como ella”.

 

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Venus marina o anadyomene (1838), óleo sobre lienzo de 65 x 55 cm., de Théodore Chassériau. Museo del Louvre. París

  1. (Con creces entre las mujeres primera). También Antia en Jenofonte de Éfeso, Habrócomes y Antia I, 2, 5, destaca entre la nutrida fila de muchachas que forma el cortejo procesional en la fiesta de Ártemis.

Ἦρχε δὲ τῆς τῶν παρθένων τάξεως Ἀνθία, θυγάτηρ Μεγαμήδους καὶ Εὐίππης, ἐγχωρίων. Ἦν δὲ τὸ κάλλος τῆς Ἀνθίας οἷον θαυμάσαι καὶ πολὺ τὰς ἄλλας ὑπερεβάλλετο παρθένους. Ἔτη μὲν τεσσαρεσκαίδεκα ἐγεγόνει, ἤνθει δὲ αὐτῆς τὸ σῶμα ἐπ᾽ εὐμορφίαι, καὶ ὁ τοῦ σχήματος κόσμος πολὺς εἰς ὥραν συνεβάλλετο· κόμη ξανθή, ἡ πολλὴ καθειμένη, ὀλίγη πεπλεγμένη, πρὸς τὴν τῶν ἀνέμων φορὰν κινουμένη· ὀφθαλμοὶ γοργοί, φαιδροὶ μὲν ὡς κόρης, φοβεροὶ δὲ ὡς σώφρονος· ἐσθὴς χιτὼν ἁλουργής, ζωστὸς εἰς γόνυ, μέχρι βραχιόνων καθειμένος, νεβρὶς περικειμένη, γωρυτὸς ἀνημμένος, τόξα [ὅπλα], ἄκοντες φερόμενοι, κύνες ἑπόμενοι

Iba al frente de la fila de las muchachas Antia, hija de Megamedes y Evipe, ambos ciudadanos de Éfeso. Era la belleza de Antia digna de admiración y sobrepasaba en mucho a las demás muchachas. Tenía catorce años y su cuerpo estaba en la flor de la belleza, y el adorno de su figura contribuía aún más a su gracia. Cabellos rubios, en su mayor parte sueltos, sólo en parte trenzados, movidos al impulso de la brisa. Ojos ardientes, luminosos como de muchacha, pero también intimidadores, como de mujer virtuosa. Su vestido era una túnica purpúrea, ceñida a su cuerpo hasta las rodillas y que caía sobre los brazos, una piel de ciervo que la envolvía y un carcaj que colgaba de su hombro. Llevaba arco y flechas y la seguían unos perros.

Traducción de Julia Mendoza, en Gredos.

efesiacas

  1. (Ganas de compartir con Hero su lecho). Motivo homérico: cf. Odisea XVIII 213 (cf. I, 366), referente a los deseos de los pretendientes de Penélope,

Odisea XVIII 213:

πάντες δ’ ἠρήσαντο παραὶ λεχέεσσι κλιθῆναι. = Odisea I, 366,

oportunamente recordado en Caritón, V, 5, 9.

Εἰσῆλθεν οὖν εἰς τὸ δικαστήριον, οἵαν ὁ θεῖος ποιητὴς τὴν Ἑλένην ἐπιστῆναί φησι τοῖς ἀμφὶ Πρίαμον καὶ Πάνθοον ἠδὲ Θυμοίτην δημογέρουσιν: ὀφθεῖσα δὲ θάμβος ἐποίησε καὶ σιωπήν, πάντες δ᾿ἠρήσαντο παραὶ λεχέεσσι κλιθῆναι: καὶ εἴγε Μιθριδάτην ἔδει πρῶτον εἰπεῖν, οὐκ ἂν ἔσχε φωνήν. Ὥσπερ γὰρ ἐπί τι τραῦμα παλαιὸν τὴν ἐρωτικὴν ἐπιθυμίαν σφοδροτέραν αὖθις ἐλάμβανε πληγήν.

Así pues entró en el tribunal cual el divino dice que Helena se presentó ante los ancianos que estaban alrededor de Príamo, Pántoo y Zimoetes, su contemplación produjo asombro y silencio y todos desearon poder acostarse en su lecho, y si verdaderamente Mitrídates hubiera tenido que hablar en primer lugar, no hubiera tenido voz. Como ante un objeto maravilloso de amor experimentó de nuevo más violentamente la herida de su antigua pasión.

 Traducción de María Cruz Herrero Ingelmo, en Akal / Clásica.

El Banquete de platón

  1. (Y cierto mozó quedó pasmado). Es la reacción lógica de quien se acerca a lo bello: cf. Platón, Banquete 206d:

Τὰ δὲ ἐν τῷ ἀναρμόστῳ ἀδύνατον γενέσθαι. ᾿Ανάρμοστον δ᾽ ἐστὶ τὸ αἰσχρὸν παντὶ τῷ θείῳ, τὸ δὲ καλὸν ἁρμόττον. Μοῖρα οὖν καὶ Εἰλείθυια ἡ Καλλονή ἐστι τῇ γενέσει. Διὰ ταῦτα ὅταν μὲν καλῷ προσπελάζῃ τὸ κυοῦν, ἵλεών τε γίγνεται καὶ εὐφραινόμενον διαχεῖται καὶ τίκτει τε καὶ γεννᾷ· ὅταν δὲ αἰσχρῷ, σκυθρωπόν τε καὶ λυπούμενον συσπειρᾶται καὶ ἀποτρέπεται καὶ ἀνείλλεται καὶ οὐ γεννᾷ, ἀλλὰ ἴσχον τὸ κύημα χαλεπῶς φέρει. ῞Οθεν δὴ τῷ κυοῦντί τε καὶ ἤδη σπαργῶντι πολλὴ ἡ πτοίησις γέγονε [206e] περὶ τὸ καλὸν διὰ τὸ μεγάλης ὠδῖνος ἀπολύειν τὸν ἔχοντα.

Pero es imposible que este proceso llegue a producirse en lo que es incompatible, e incompatible es lo feo con todo lo divino, mientras que lo bello es, en cambio, compatible. Así, pues, la Belleza es la Moira y la Ilitía del nacimiento. Por esta razón, cuando lo que tiene impulso creador se acerca a lo bello, se vuelve propicio y se derrama contento, procrea y engendra; pero cuando se acerca a lo feo, ceñudo y afligido se contrae en sí mismo, se aparta, se encoge y no enegendra, sino que retiene el fruto de su fecundidad y lo soporta penosamente. De ahí, precisamente, que al que está fecundado y ya abultado le sobrevenga el fuerte arrebato por lo bello, porque libera al que lo posee de los grandes dolores del parto.

 

La traducción es de Marcos Martínez Hernández, en Gredos, quien aporta en nota al pie sobre Ilitía:

Ilitía es la diosa que presidía los alumbramientos, en los que estaban presentes una o varias Moiras que asignaban al recién nacido el lote que le correspondía en vida. La Belleza personificada asume, aquí, los papeles de ambas en toda clase de parto, material y espiritual.

Ilitia

Trípode ático de figuras negras, atribuido al pintor C;  ca 570 – 565 a. C. Musée du Louvre, París. 

Lado A: Atenea nace de la cabeza de Zeus, sentado en un trono. A cada lado de Zeus hay una pareja de Ilitías que levantan sus brazos para liberar a Atenea.


¿Un Flipper clásico? (y VI)

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Concluimos con este capítulo el texto de Claudio Eliano que refiere una historia de amor entre un delfín y un muchacho de Jaso. Y no sólo este texto sino la serie sobre delfines en textos clásicos.

 

Οὐ μέντοι μετὰ μακρὸν καὶ οὗτος ὁ ἀντέρως ἡττήθη τοῦ φθόνου. ῎Ετυχε γοῦν ὁ παῖς πλείω γυμναςάμενος, καὶ καμὼν ἑαυτὸν τῷ ὀχοῦντι κατὰ τὴν γαστέρα ἐπιβάλλει, καί πως ἔτυχεν ἡ τοῦ ζῴου ἄκανθα ἡ κατὰ τοῦ νώτου ὀρθὴ οὖσα, καὶ τῷ ὡραίῳ τὸν ὀμφαλὸν κεντεῖ. Εἶτά τινες φλέβες ὑπορρήγνυνται, καὶ αἵματος ἔπειτα ῥοὴ πολλή, καὶ ὁ παῖς ἐνταῦθα ἀποθνήσκει.

Mas no pasó mucho tiempo sin que este mutuo afecto sucumbiese a causa de la envidia (de los cielos). En efecto, el niño, que había hecho ejercicios demasiado violentos, agotado de cansancio, se echó boca abajo sobre su cabalgadura y, como la espina que el animal tiene en el lomo estaba erecta, rasgó ésta el ombligo del lindo muchacho. Se le rompieron algunas venas, la sangre comenzó a fluir copiosamente y la criatura murió allí mismo.

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 ῞Οπερ οὖν ὁ δελφὶς συναισθόμενος ἐκ τοῦ βάρους (ἐπέκειτο γὰρ οὐ συνήθως κοῦφος, ἅτε μὴ τῷ πνεύματι ἑαυτὸν ἐλαφρίζων) καὶ θεαςάμενος πορφυροῦν ἐκ τοῦ αἵματος τὸ πέλαγος, τὸ πραχθὲν συνῆκεν καὶ ἐπιβιῶναι τοῖς παιδικοῖς οὐκ ἐτόλμησε. Πολλῇ τοίνυν τῇ ῥύμῃ χρησάμενος, ὥσπερ οὖν ῥόθιον σκάφος, εἶτα ἑαυτὸν ἐς τοὺς αἰγιαλοὺς ἑκὼν ἐξέβρασε, καὶ τὸν νεκρὸν συνεξήνεγκε, καὶ ἔκειντο ἄμφω ὃ μὲν τεθνεώς, ὃ δὲ ψυχορραγῶν.

Dándose cuenta el delfín de lo sucedido por el peso (que lo sentía inusualmente aumentado, ya que la truncada respiración no podía aligerarlo) y viendo la superficie del agua enrojecida de sangre, se cercioró de lo ocurrido y no quiso sobrevivir a su amante. Y, así, con todo el ímpetu de un navío que se desliza a través de rugientes olas, se dirigió a la playa, en donde quedó voluntariamente varado, llevando en su lomo el cuerpo muerto. Y allí yacían los dos: el muchacho muerto y el delfín exhalando el último aliento.

 

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Λάιος δὲ ἐπὶ Xρυσίππῳ, ὦ καλὲ Εὐριπίδη, τοῦτο οὐκ ἔδρασε, καίτοι τοῦ τῶν ἀρρένων ἔρωτος, ὡς λέγεις αὐτὸς καὶ ἡ φήμη διδάσκει, ῾Ελλήνων πρώτιστος ἄρξας.

Pero Layo, amigo Eurípides, no se comportó así con Crisipo, si bien fue el primero entre los helenos, como tú dices y la fama pregona, en introducir el amor entre efebos.

 ᾿Αμειβόμενοι δὲ ᾿Ιασεῖς τὴν φιλίαν ἐκείνων τὴν ἰσχυράν, ἀπέφηναν τάφον κοινὸν ὡραίου μειρακίου καὶ δελφῖνος ἐρωτικοῦ, καὶ στήλην ἐπέστησαν. Καλὸς παῖς ἱππεύων ἐπὶ δελφῖνος ἦν. Καὶ νόμισμα δὲ ἀργύρου καὶ χαλκοῦ εἰργάσαντο, καὶ ἐνέθλασαν σημεῖον τὸ ἀμφοῖν πάθος, καὶ μνήμῃ παρέδοσαν ἔργον τοῦ τοσούτου θεοῦ τιμῶντες οἱ ἐκεῖθι.

Las gentes de Jaso, para recompensar la profunda amistad entre los dos, construyeron una tumba común para el agraciado muchacho y para el amoroso delfín y pusieron sobre ella una estela. Y en ella estaba representado un precioso niño cabalgando sobre un delfín. Acuñaron también una moneda de plata y bronce, en la que grabaron el infortunio de ambos y, al conmemorar así lo sucedido, rendían también homenaje a la intervención de dios tan poderoso.

niñosobredelfin

 Πυνθάνομαι δὲ καὶ ἐν τῇ ᾿Αλεξάνδρου πόλει κατὰ τὸν Πτολεμαῖον τὸν δεύτερον ἐρασθῆναι δελφῖνα ἔρωτα παραπλήσιον καὶ ἐν Δικαιαρχίᾳ τῆς ᾿Ιταλίας. ἅπερ οὖν εἰ ῾Ηρόδοτος ἔγνω, οὐκ ἂν ἐμοὶ δοκεῖν ἐθαύμασε τῶν ἐπ᾿ ᾿Αρίονι τῷ Μηθυμναίῳ ἣττον αὐτά.

Me he enterado de que también en Alejandría, durante el reinado de Tolomeo II, un delfín se enamoró de manera parecida, y lo mismo sucedió en Dicearquía de Italia. Lo cual, de haberlo conocido Heródoto, creo que no lo hubiera admirado menos que lo sucedido a Arión de Metimna.

Y concluiremos la serie con el texto que la suscitó. Y, de nuevo, es Aulo Gelio quien nos lo proporciona. Se trata del capítulo VIII del Libro VI de sus Noctes Atticae. Helo aquí:

Res ultra fidem tradita super amatore delphino et puero amato.

Delphinos venerios esse et amasios non modo historiae veteres, sed recentes quoque memoriae declarant. Nam et sub Caesaris Augusti imperio in Puteolano mari, ut Apion scriptum reliquit, et aliquot saeculis ante apud Naupactum, ut Theophrastus tradidit, amores flagrantissimi delphinorum cogniti compertique sunt. Neque hi amaverunt, quod sunt ipsi, genus, sed pueros forma liberali in naviculis forte aut in vadis litorum conspectos miris et humanis modis arserunt.

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 Historia inimaginable sobre el amor de un delfín y de un niño amado

Que los delfines pueden amar y ser amados, no sólo lo ponen de manifiesto las historias antiguas, sino también recuerdos de nuestros días. De hecho, no sólo sobre César Augusto, al mar de Puteólos, como Apión dejó escrito, y unos cuantos siglos antes, junto a Naupacto, según narró Teofrasto, fueron conocidos y comprobados entre los delfines algunos amantes encendidos de pasión. Y éstos no amaron animales de su misma especie, sino que fue por muchachos de una belleza singular, contemplados por ellos casualmente sobre las embarcaciones o en los bajos de las costas, de quienes se enamoraron de forma sorprendente y humana.

 Verba subscripsi ᾿Απίωνος, eruditi viri, ex Aegyptiacorum libro quinto, quibus delphini amantis et pueri non abhorrentis consuetudines, lusus, gestationes, aurigationes refert eaque omnia sese ipsum multosque alios vidisse dicit:

Αὐτὸς δ’ αὖ εἶδον περὶ Δικαιαρχίας <παιδός> Ὑάκινθος ἐκαλεῖτο—πόθοις ἐπτοημένον δελφῖνα. Προσσαίνει τὴν φωνὴν αὐτοῦ τὴν ψυχὴν πτερούμενος ἐντὸς τάς τε ἀκάνθας ὑποστέλλων, μή τι τοῦ ποθουμένου χρωτὸς ἀμύξῃ φειδόμενος, ἱππηδόν <τε> περιβεβηκότα μέχρι διακοσίων ἀνῆγε σταδίων. Ἐξεχεῖτο ἡ Ῥώμη καὶ πᾶσα Ἰταλία τῆς Ἀφροδίτης ξυνορῶντες ἡνιοχούμενον ἰχθύν.

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He transcrito las palabras de Apión, hombre erudito, sacadas del libro quinto de sus Egipcíacas, en las cuales describe los hábitos, los juegos, los paseos y las carreras de un delfín amante y de un muchacho que no lo desdeñaba, y dice que todo eso lo vio él mismo y muchos otros lo vieron. “Yo mismo vi cerca de Dicearquía un delfín henchido de pasión por un muchacho llamado Jacinto. A su voz, acudía moviendo la cola, mientras la pasión le daba alas, ocultando incluso las aletas para evitar arañar aquella piel estimada, lo hacía cabalgar como un caballo y se lo llevaba hasta una distancia de doscientos estadios. Se reunía Roma y toda Italia, para contemplar un cetáceo llevado por las riendas de Afrodita.

 Ad hoc adicit rem non minus mirandam. “Postea” inquit “idem ille puer δελφινερώμενος morbo adfectus obit suum diem. At ille amans, ubi saepe ad litus solitum adnavit et puer, qui in primo vado adventum eius opperiri consueverat, nusquam fuit, desiderio tabuit exanimatusque est et in litore iacens inventus ab his, qui rem cognoverant, in sui pueri sepulcro humatus est.”

Añade a eso un caso no menos maravilloso. “Más tarde”, dice, “este mismo niño amado por el delfín afectado por una enfermedad perdió la vida. Y el animal enamorado, como volvió varias veces nadando a la ribera habitual y no apareció por ninguna parte el niño, que solía esperar junto al agua su llegada, se consumió de deseo, exhaló el último aliento, fue hallado yaciente en la playa y fue enterrado por quienes conocía la historia en la misma tumba que el niño amado”.

Y con esta curiosa y bella historia de amor entre un niño y un delfín, que, incluso en la muerte, quedaron unidos. Y también nuestra serie a la que hemos dado el nombre de un televisivo delfín de finales de los años 60 del pasado siglo, Flipper.


Inanis loquacitas (III)

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tersites

Estamos repasando el capítulo XV del Libro I de las Noches Áticas, de Aulo Gelio, sobre la vana y enojosa locuacidad. Gelio se refiere a la charlatanería de Tersites, que Homero nos narra en Ilíada II.

Pues bien, sobre Tersites nos dice Pierre Grimal en su Diccionario de mitología griega y romana, que, por sus orígenes, es un héroe etolio, nieto de Portaón y Éurite, y uno de los hijos de Agrio. Tiene como hermanos a Onquesto, Prótoo, Celeutor, Licopeo y Melanipo, y con ellos expulsó a su tío Eneo del trono de Calidón cuando el anciano era incapaz de defenderse. Pero Tersites es principalmente célebre por el papel poco lucido que le atribuye la Ilíada en la guerra de Troya. Según la Ilíada, Tersites es el más feo y cobarde de todos los griegos que participan en la campaña. Es cojo y patizambo, jorobado, y su cabello es escaso. Cuando Agamenón pone a prueba a los soldados ofreciéndoles levantar el sitio, Tersites es uno de los primeros que aceptan esta solución, y figura como uno de los cabecillas de la sedición que está a punto de estallar. Ulises lo castiga con un gran bastonazo, y él se desploma entre las burlas de los soldados.

Se contaba también – aunque este relato no figura en la Ilíada – que había participado en la cacería del jabalí de Calidón, a la vista del cual había huido, atemorizado. Las epopeyas cíclicas nos informan de que Tersites debió su muerte a su malignidad. Cuando Pentesilea, la bella amazona, sucumbió a manos de Aquiles, que se enamoró de ella al verla morir, Tersites se burló de este amor del héroe y, con la punta de su lanza, arrancó los ojos de la joven. Indignado ante este crimen, Aquiles mató a Tersites a puñetazos. Luego fue a Lesbos a purificarse de este homicidio.

Hasta aquí Grimal. Lo cual nos hace evidente que la parlería o charlatanería se une a otras características negativas del personaje: feo, cobarde, cojo, patizambo, jorobado, calvo, y encima charlatán.

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[12] Eupolidis quoque versus de id genus hominibus consignatissime factus est:

Λαλεῖν ἄριστος, ἀδυνατώτατος λέγειν

[12] El verso de Éupolis dirigido a este género de hombre es bastante expresivo:

“Muy fácil de palabra, pero incapaz de decir nada”.

[13] quod Sallustius noster imitari volens sic scribit: “loquax” inquit “magis quam facundus.”

[13] Queriendo imitar lo cual nuestro Salustio escribió: “más hablador que elocuente”.

 

El de Éupolis es el fragmento 95 de la comedia Δῆμοι (Demos) de la selección de Theodorus Kock, Comicorum Atticorum Fragmenta Volumen I Antiquae Comoediae Fragmenta, Leipzig, 1880. En la página 281 de este enlace.

En Plutarco, Alcibíades, 13 leemos:

ἐπεὶ δ᾽ ἀφῆκεν αὑτὸν εἰς τὴν πολιτείαν ἔτι μειράκιον ὤν, τοὺς μὲν ἄλλους εὐθὺς ἐταπείνωσε δημαγωγούς, ἀγῶνα δ᾽ εἶχε πρός τε Φαίακα τὸν Ἐρασιστράτου καὶ Νικίαν τὸν Νικηράτου, τὸν μὲν ἤδη καθ᾽ ἡλικίανπροήκοντα καὶ στρατηγὸν ἄριστον εἶναι δοκοῦντα, Φαίακα δ᾽ ἀρχόμενον, ὥσπερ αὐτός, αὐξάνεσθαι τότε καὶ γνωρίμων ὄντα πατέρων, ἐλαττούμενον δὲ τοῖς τε ἄλλοις καὶ περὶ τὸν λόγον. ἐντευκτικὸς γὰρ ἰδίᾳ καὶ πιθανὸς ἐδόκει μᾶλλον ἢ φέρειν ἀγῶνας ἐν δήμῳ δυνατός. ἦν γάρ, ὡς Εὔπολίς φησι, λαλεῖν ἄριστος, ἀδυνατώτατος λέγειν.

XIII.- Era aún muy joven cuando se dio a los negocios de gobierno, y aunque al punto oscureció a todos los demás concurrentes, tuvo que contender con Féax, hijo de Erasístrato, y con Nicias, hijo de Nicerato, de los cuales éste le precedía en edad y tenía opinión de buen general; y Féax, que procedía de padres ilustres, y como él empezaba a tener adelantamientos, le era inferior entre otras calidades en la de la elocuencia: parecía más propio para conciliar y persuadir en el trato privado, que para sostener los debates en las juntas: siendo, como dice Éupolis, Diestro en parlar; mas en decir muy torpe.

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En cuanto al texto de Salustio, se trata del fragmento 43 del Libro IV de C. Sallusti Crispi Historiarum reliquiae en la edición de Bertold Maurenbrecher en la editorial Teubner de Leipzig en 1891. Lo hallamos en la página 173 de este enlace.

Allí podemos leer: M. Lollius Palicanus, humili loco Picens, loquax magis quam facundus.

El texto lo hallamos también en Quintiliano, Instituciones Oratorias IV, 2, 2:

Non enim solam volunt esse illam negotii, de quo apud iudices quaeritur, expositionem, sed personae, ut M. Lollius Palicanus, humili loco Picens, loquax magis quam facundus; loci, ut oppidum est in Hellesponto Lampsacum, iudices; temporis ut vere nouo, gelidus canis cum montibus humor liquitur; causarum, quibus historici frequentissime utuntur, cum exponunt, unde bellum, seditio, pestilentia.

No quieren que haya una explicación de los hechos del caso que se trata ante los jueces, sino de la persona implicada, como en “Marco Lollio Palicano (fue cuestor en el año 79 a. C., tribuno de la plebe en el 71 a. C. pretor en el 69, y confiaba ser cónsul en el 67 y 65 a. C., pero le ganó el puesto Gayo Pisón; apoyó a Pompeyo y a las víctimas de Verres), un picentino de origen humilde, un hombre dotado de locuacidad más que la elocuencia” o del lugar donde se ha producido un incidente como en “Lámpsaco, jueces, es una ciudad situada en el Helesponto”, o de la hora en que se produjo algo como en “al llegar la primavera, cuando el hielo se derrite en los nevados montes” (= Virgilio, Geórgicas I, 43), o de las causas de un suceso, que los historiadores son tan aficionados a usar, cuando explican el origen de una guerra, una rebelión o una peste.

Marco Lolio Pelicano aparece en Cicerón, Cartas a Ático I, 1, 1:

De Aufidio et Palicano non puto te exspectare dum scribam.

Supongo que no esperarás que te hable de Aufidio y de Palicano.

quintiliano


Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XIII)

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Seguimos con las notas de José Guillermo Montes Cala, en su edición de Gredos a los versos 67-83 del poema Hero y Leandro de Museo el Gramático. En el anterior capítulo glosábamos el verso 73 καί τις ἐν ἠιθέοισιν ἐθαύμασε (y cierto mozo quedó pasmado) viendo que es la reacción lógica de quien se acerca a lo bello.

Una reacción similar ya es descrita en Jenofonte de Éfeso, Habrócomes y Antia I, 12, 1, ante la llegada de los héroes a Rodas:

Κατήγετο δὲ ἡ ναῦς εἰς Ῥόδον καὶ ἐξέβαινον οἱ ναῦται, ἐξήιει δὲ ὁ Ἁβροκόμης ἔχων μετὰ χεῖρα τὴν Ἀνθίαν· συνήιεσαν δὲ πάντες οἱ Ῥόδιοι, τὸ κάλλος τῶν παίδων καταπεπληγότες, καὶ οὐκ ἔστιν ὅστις τῶν ἰδόντων παρῆλθε σιωπῶν· ἀλλ᾽ οἱ μὲν ἔλεγον ἐπιδημίαν [ἐκ τῶν] θεῶν, οἱ δὲ προσεκύνουν καὶ προσεπιτνοῦντο. Ταχὺ δὲ δι᾽ ὅλης τῆς πόλεως διεπεφοιτήκει τὸ ὄνομα Ἁβροκόμου καὶ Ἀνθίας.

La nave arribó a Rodas y los marineros desembarcaron, y salió Habrócomes con Antia de su mano. Acudieron todos los rodios impresiondos por la belleza de la muchacha y no hubo nadie de los que los veían que pasase a su lado en silencio, sino que unos decían que se trataba de la llegada de unos dioses favorables, otros se arrodillaban ante ellos y les dirigían plegarias. Rápidamente se había extendido por toda la ciudad el nombre de Habrócomes y Antia.

La traducción es de María Cruz Herrero Ingelmo, en Akal/Clásica

El discurso de un personaje innominado como portavoz del sentir de una colectividad pertenece a la más rancia tradición épica: cf, por ejemplo, Ilíada II, 271 ss.:

οἳ δὲ καὶ ἀχνύμενοί περ ἐπ’ αὐτῷ ἡδὺ γέλασσαν·

ὧδε δέ τις εἴπεσκεν ἰδὼν ἐς πλησίον ἄλλον·

ὢ πόποι ἦ δὴ μυρί’ Ὀδυσσεὺς ἐσθλὰ ἔοργε

βουλάς τ’ ἐξάρχων ἀγαθὰς πόλεμόν τε κορύσσων·

νῦν δὲ τόδε μέγ’ ἄριστον ἐν Ἀργείοισιν ἔρεξεν,

ὃς τὸν λωβητῆρα ἐπεσβόλον ἔσχ’ ἀγοράων.

οὔ θήν μιν πάλιν αὖτις ἀνήσει θυμὸς ἀγήνωρ

νεικείειν βασιλῆας ὀνειδείοις ἐπέεσσιν.

 

Ellos, aunque afligidos, rieron con gusto y no faltó quien dijera a su vecino:

-¡Oh dioses! Muchas cosas buenas hizo Odiseo, ya dando consejos saludables, ya preparando la guerra; pero esto es lo mejor que ha realizado entre los argivos: hacer callar al insolente charlatán, cuyo ánimo osado no le impulsará en lo sucesivo a zaherir con injuriosas palabras a los reyes.

La traducción es de Luis Segalá, en Espasa Calpe.

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Vamos con el verso 78:

  1. (Acecharla fue mi quebranto, mas de mirarla colmo no hallé) También los héroes novelescos Habrócomes y Clitofonte responden con una paradoja semejante ante la contemplación de la amada: cf. Habrócomes y Antia I, 3, 1:

Ὡς οὖν ἐτετέλεστο ἡ πομπή, ἦλθον δὲ εἰς τὸ ἱερὸν θύσοντες ἅπαν τὸ πλῆθος καὶ ὁ τῆς πομπῆς κόσμος ἐλέλυτο, ἤιεσαν δὲ ἐς ταὐτὸν ἄνδρες καὶ γυναῖκες, ἔφηβοι καὶ παρθένοι, ἐνταῦθα ὁρῶσιν ἀλλήλους, καὶ ἁλίσκεται Ἀνθία ὑπὸ τοῦ Ἁβροκόμου, ἡττᾶται δὲ ὑπὸ Ἔρωτος Ἁβροκόμης καὶ ἐνεώρα τε συνεχέστερον τῇ κόρῃ καὶ ἀπαλλαγῆναι τῆς ὄψεως ἐθέλων οὐκ ἐδύνατο· κατεῖχε δὲ αὐτὸν ἐγκείμενος ὁ θεός.

Cuando terminó la procesión, fue al templo a hacer sacrificios toda la multitud, y el orden de la procesión se quedó desecho, y entraron al mismo tiempo hombres y mujeres, efebos y muchachas, entonces se vieron el uno al otro y Antia se sintió conquistada por Habrócomes y Habrócomes fue vencido por Eros. Miraba fijamente sin interrupción a la muchacha y aunque quería apartar su mirada no podía: lo dominaba el dios y lo acosaba.

 La traducción es de María Cruz Herrero Ingelmo, en Akal/Clásica

y Aquiles Tacio, Leucipa y Clitofonte II, 3, 3:

Τοῦ δὲ πότου προϊόντος ἤδη καὶ ἀναισχύντως ἐς αὐτὴν ἑώρων. Ἔρως δὲ καὶ Διόνυσος, δύο βίαιοι θεοί, ψυχὴν κατασχόντες, ἐκμαίνουσιν εἰς ἀναισχυντίαν, ὁ μὲν κάων αὐτὴν τῷ συνήθει πυρί, ὁ δὲ τὸν οἶνον ὑπέκκαυμα φέρων: οἶνος γὰρ ἔρωτος τροφή. Ἤδη δὲ καὶ αὐτὴ περιεργότερον εἰς ἐμὲ βλέπειν ἐθρασύνετο. Καὶ ταῦτα μὲν ἡμῖν ἡμερῶν ἐπράττετο δέκα: καὶ πλέον τῶν ὀμμάτων ἐκερδαίνομεν ἢ ἐτολμῶμεν οὐδέν.

Según se iba bebiendo, yo miraba hacia ella ya con más descaro. Amor y Dioniso, dos dioses violentos, cuando se apoderan de un alma la enloquecen hasta la desvergüenza, el uno abrasándola con el fuego que acostumbra, el otro aportando el vino como yesca, al ser el vino alimento del amor. Y también ella se atrevía ya a mirarme con mayor indiscreción. Y así se nos pasaron diez días, sin que tuviéramos más provecho que el de los ojos ni nos atreviéramos a dar ningún paso.

La traducción es de Máximo Brioso Sánchez, en Gredos.

  1. (¡Muriera al instante, si al lecho de Hero hubiera yo subido!) Ya Anquises expresa un deseo similar en Himno homérico a Afrodita 153 s.:

εἰ μὲν θνητή τ’ ἐσσι, γυνὴ δέ σε γείνατο μήτηρ,

Ὀτρεὺς δ’ ἐστὶ πατὴρ ὀνομακλυτός, ὡς ἀγορεύεις,

ἀθανάτου δὲ ἕκητι διακτόρου ἐνθάδ’ ἱκάνεις

Ἑρμέω, ἐμὴ δ’ ἄλοχος κεκλήσεαι ἤματα πάντα:

οὔ τις ἔπειτα θεῶν οὔτε θνητῶν ἀνθρώπων

ἐνθάδε με σχήσει, πρὶν σῇ φιλότητι μιγῆναι

αὐτίκα νῦν: οὐδ’ εἴ κεν ἑκηβόλος αὐτὸς Ἀπόλλων

τόξου ἀπ’ ἀργυρέου προί̈ῃ βέλεα στονόεντα.

βουλοίμην κεν ἔπειτα, γύναι ἐικυῖα θεῇσι,

σῆς εὐνῆς ἐπιβὰς δῦναι δόμον Ἄιδος εἴσω.

longo-dafnis-y-cloe-aquiles-tacio-leucipa-y-clitofonte

Si eres mortal y fue mujer la madre que te dio a luz y eres hija del ilustre Otreo, como sostienes, si has venido aquí por voluntad de Hermes, el mensajero inmortal, serás llamada mi esposa todos los días; ahora ningún dios ni ningún mortal podrá detenerme antes que me haya unido a ti, ahora enseguida; ni aunque el mismo arquero Apolo lanzara flechas dolorosas con su arco de plata. Yo quisiera, mujer semejante a las diosas, subir a tu lecho y hundirme luego en la mansión de Hades.

Cf. también Nono, Dionisíacas IV 146 ss.:

αὐχένα γυμνὸν ἴδοιμι καὶ ἑζομένοιο πιέσσω

δάκτυλον ὡς ἀέκουσα, καὶ ἡμετέρου διὰ κόλπου

τεθναίην ὅτε μοῦνον ἀφειδέα χεῖρα χαλάσσας

ἀμφοτέρων θλίψειεν ἐλεύθερον ἄντυγα μαζῶν,

χείλεσιν ἡμετέροισι μεμυκότα χείλεα πήξας,

τέρπων ἀκροτάτοισι φιλήμασιν·: ἠίθεον δὲ

εἰσέτι πηχύνουσα καὶ εἰς Ἀχέροντα περήσω

αὐτομάτη, γλυκερὸν δὲ πολυκλαύτῳ παρὰ Λήθῃ

λέξω καὶ φθιμένοισιν ἐμὸν μόρον, ὥς κεν ἐγείρω

οἶκτον ὁμοῦ καὶ ζῆλον ἀθελγέι Περσεφονείῃ:

¡Ay, ojalá viera su nuca descubierta, y estrechara sus dedos, como sin quererlo, cuando se sienta! Moriría, tenlo por seguro, si él dejara pasear su mano despreocupada a través de mi pecho, para apretar la libre curva de mis dos senos, y apoyara sus cerrados labios en punta, hechizándome con sus besos. Una vez haya tenido entre mis brazos al mancebo, incluso al Aqueronte marcharé con gusto y junto al Leteo, de muchos lloros, a los muertos contaré mi dulce suerte, para despertar en la implacable Perséfone compasión y celos a la par.

El episodio narra la pasión que siente Harmonía por Cadmo.

nonodionisiacas

  1. (Concédeme, Citerea, una esposa joven como ella). Cf. Odisea VI, 244 s. donde Nausícaa expresa un anhelo similar con respecto a Odiseo:

«κλῦτέ μοι, ἀμφίπολοι λευκώλενοι, ὄφρα τι εἴπω.

οὐ πάντων ἀέκητι θεῶν, οἳ Ὄλυμπον ἔχουσι,

Φαιήκεσσ’ ὅδ’ ἀνὴρ ἐπιμείξεται ἀντιθέοισι·

πρόσθεν μὲν γὰρ δή μοι ἀεικέλιος δέατ’ εἶναι,

νῦν δὲ θεοῖσιν ἔοικε, τοὶ οὐρανὸν εὐρὺν ἔχουσιν.

αἲ γὰρ ἐμοὶ τοιόσδε πόσις κεκλημένος εἴη

ἐνθάδε ναιετάων, καί οἱ ἅδοι αὐτόθι μίμνειν.

ἀλλὰ δότ’, ἀμφίπολοι, ξείνῳ βρῶσίν τε πόσιν τε.»

-Oid, esclavas de níveos brazos, lo que os voy a decir: no sin la voluntad de los dioses que habitan en el Olimpo, viene ese hombre a los deiformes feacios. Al principio se me ofreció como un fulano despreciable, pero ahora se asemeja a los dioses que poseen el anchuroso cielo. ¡Ojalá a tal varón pudiera llamársele marido, viviendo acá: ojalá le pluguiere quedarse con nosotros! Mas, oh esclavas, dadle de comer y de beber al forastero.

 La traducción es de Luis Segalà.

SegalaOdisea


¿Y ahora qué?

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Esquema Jenofonte, Helénicas, II, 2, 10

El puño cerrado de Grisela y su evidente rostro de alegría me hacía pensar que el texto de la Opción B del examen de Griego II de las PAU, celebrado hoy de 17’45 a 19’15, era asequible y conocido, en el amplio contexto de la selección de las Helénicas de Jenofonte. En efecto, en el examen que hicimos el 25 de mayo puse ese texto (II, 2, 10), pregunté por el análisis de πολιορκούμενοι y ἠπόρουν, les pedía que indicaran y marcaran las oraciones subordinadas del texto, que dijeran derivados de γῆν y νεῶν y en la pregunta de cultura podían elegir entre Espacios y monumentos de la Atenas Clásica o La Historiografía

Además, finalizada la traducción del texto, nos dedicamos a traducir modelos de exámenes con textos que yo entendía asequibles, significativos y susceptibles de salir. Pues bien, el quinto modelo era:

Situación desesperada de los atenienses en el bloqueo del Pireo.

οἱ δ᾿ Ἀθηναῖοι πολιορκούμενοι κατὰ γῆν καὶ κατὰ θάλατταν ἠπόρουν τί χρὴ ποιεῖν, οὔτε νεῶν οὔτε συμμάχων αὐτοῖς ὄντων οὔτε σίτου· ἐνόμιζον δὲ οὐδεμίαν εἶναι σωτηρίαν (Jenofonte, Helénicas II, 2, 10)

  1. Traducción
  2. Morfología y sintaxis
  3. Analiza morfológicamente ἠπόρουν y ὄντων.
  4. Analiza y explica la construcción οὔτε νεῶν οὔτε συμμάχων αὐτοῖς ὄντων οὔτε σίτου
  5. Etimología: Indica dos derivados de cada uno de los étimos griegos γῆν y ποιεῖν.
  6. Cultura: Instituciones de la Atenas clásica.

Cómo se puede apreciar, entre los dos exámenes tenemos el que ha salido hoy en las PAU, excepción hecha de que en la etimología preguntaban en las PAU por derivados de αὐτοῖς.

Sólo puedo corroborar que el texto de la Opción B, Jenofonte, me ha parecido asequible, por su muy moderada complejidad sintáctica y morfológica, por el título que daba pistas o por el “regalo” de la nota, informando que ἠπόρουν es de ἀπορέω; aunque alguna de mis alumnas, desoyendo mis consejos sobre cómo afrontar el examen (respirar hondo antes de empezar, leerlo todo con cuidado, especialmente el título y las notas, leer el texto para ver si nos suena, etc.), se han pasado largo tiempo buscando aquello que la nota le indicaba. ¿Nervios, no hacer caso a los consejos del profesor, no seguir unas mínimas pautas de lectura?

Muy asequibles sin duda también las palabras de la etimología (γῆν y αὐτοῖς) y con bastante juego para alumnas que, en bastantes casos, también han cursado Historia del Arte, el tema de cultura: Espacios y monumentos de la Atenas Clásica, que había salido en tres ocasiones: septiembre de 2009 en la Opción A, junio de 2013 en la A y junio de 2014 en la B.

La traducción del texto, que tenía 26 palabras (un número muy apropiado), a cargo de Orlando Guntiñas, en Gredos, es:

Los atenienses sitiados por tierra y por mar no sabía qué hacer, pues no tenían, naves, aliados ni alimentos; pensaban que no había salvación ninguna.

makra_tixi

Estoy convencido que el corrector dará igualmente por buenas traducciones alternativas como:

  • No sabían que tenían que hacer / No sabían que era necesario hacer
  • Porque no tenían ni naves, ni aliados ni trigo (grano, alimento)
  • No habiendo para ellos ni naves, ni aliados ni trigo (grano, alimento)
  • Y pensaban que no había ninguna salvación / salvación alguna

Morfológicamente no había demasiada complejidad:

Dos participios:

  • uno apositivo de οἱ δ᾿ Ἀθηναῖοι, presente y pasivo, concertando con él en nominativo plural masculino
  • otro absoluto, ὄντων, núcleo verbal de la construcción absoluta de genitivo, con sus sujetos νεῶν, συμμάχων y σίτου y lógicamente en genitivo plural masculino, de presente del verbo copulativo

Tres formas verbales personales:

  • ἠπόρουν: 3ª persona del plural del indicativo de imperfecto activo de ἀπορέω.
  • χρὴ: 3ª persona del singular del indicativo de presente con valor impersonal.
  • ἐνόμιζον: 3ª persona del plural del indicativo de imperfecto activo de νομίζω.

El resto, sin problemas.

periplos

Sintácticamente hay:

  • una oración subordinada sustantiva interrogativa indirecta, en función de CD, que depende de ἠπόρουν, dentro de la cual hay otra subordinada sustantiva de infinitivo, en función de sujeto, que depende de χρὴ, cuyo CD es el interrogativo τί que introduce la primera oración.
  • Un genitivo absoluto: οὔτε νεῶν οὔτε συμμάχων αὐτοῖς ὄντων οὔτε σίτου, con su núcleo verbal ὄντων y tres sujetos νεῶν, συμμάχων y σίτου; se añade a ello el dativo posesivo, en estrecha conexión con ὄντων, αὐτοῖς.
  • Otra subordinada sustantiva de infinitivo, en función de CD, que depende de ἐνόμιζον, con εἶναι como núcleo verbal y cuyo sujeto es οὐδεμίαν σωτηρίαν.

En definitiva y en nuestra modesta opinión, un texto asequible, de extensión correcta, de complejidad moderada, significativo en la narración de Jenofonte, al que no podemos poner ninguna pega. Enhorabuena a los que lo han elegido.

antologia

La Opción A, que tenía el mismo número de palabras, 26, ofrecía el párrafo del Epitafio de Lisias.

πὲρ δὲ τῆς ἀρετῆς οὐ φιλοψυχήσαντες, καὶ μᾶλλον τοὺς παρ᾽ αὑτοῖς νόμους αἰσχυνόμενοι ἢ τὸν πρὸς τοὺς πολεμίους κίνδυνον φοβούμενοι, ἔστησαν μὲν τρόπαιον ὑπὲρ τῆς Ἑλλάδος.

La traducción de Manuel Fernández-Galiano, en Alma Mater es:

Despreciando sus vidas en aras del valor y sintiendo más respeto por sus leyes que temor ante el ataque de los enemigos erigieron un trofeo para bien de la Hélade.

Tres participios apositivos concertados con un elíptico οἱ ῞Ελληνες: φιλοψυχήσαντες, αἰσχυνόμενοι y φοβούμενοι, en nominativo plural masculino, uno activo y dos medios.

Un aoristo primero transitivo activo de ἵστημι (ἔστησαν) que se encuentra fácilmente en el diccionario VOX.

En nota se indicaba la correlación μᾶλλον … ἢ.

Tal vez lo más complicado sea ver el valor reflexivo del pronombre αὑτοῖς que se desprende del espíritu áspero, ya que aquí el autor prefiere esta forma a ἑαυτοῖς.

En morfología pedían el análisis de φοβούμενοι y ἔστησαν, asequible, según lo dicho.

En sintaxis solicitaban la función sintáctica de los participios del texto.

En etimología derivados de πολεμίους y φοβούμενοι. Tal vez la primera palabra da poco juego (polémico, polemizar, polemarco, polémica).

Como cultura La Oratoria, lógico en un texto de un orador.

selectividadforges

Hecho nuestro acostumbrado análisis del examen de Griego II de las PAU, nos preguntamos: ¿y ahora qué?

¿Qué traduciremos el curso próximo? ¿Habrá selectividad? ¿Habrá reválida? ¿Incluirá ésta el griego? ¿Qué les digo a mis alumnos de Griego II el 8 de septiembre? ¿Elijo yo los textos? ¿Hago de mi capa un sayo? ¿Quién nos informa? ¿Podré confeccionar este verano, con ayuda de alguno de los 104 textos de Jenofonte, Apolodoro y Platón que figuran en la Antología elaborada por nuestros colegas cántabros, mi propia antología de textos griegos que vayan desde Homero a San Lucas, pasando por Platón, Jenofonte, Apolodoro, Esopo, Lisias, etc.? ¿Podremos dedicar más tiempo a literatura, mitología, lectura de textos en traducción, vida cotidiana?

¿Va a haber alguna indicación? Lo dudo, porque estamos ya en junio y hay elecciones. Por eso, la pregunta que me surge es ¿y ahora qué?

y-ahora-que



Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XIV)

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joseguillermomontescala

José Guillermo Montes Cala, traductor y autor de la introducción y notas a Hero y Leandro, de Museo, en Gredos

Llegamos a los versos 84-98 de nuestra bella obra, Hero y Leandro, de Museo el Gramático, que estamos glosando con la traducción y notas de José Guillermo Montes Cala, en su edición de Gredos.

 

τοῖα μὲν ἠιθέων τις ἐφώνεεν. ἄλλοτε δ’ ἄλλος

ἕλκος ὑποκλέπτων ἐπεμήνατο κάλλεϊκούρης. 85

Αἰνοπαθὲς Λείανδρε, σὺ δ’, ὡς ἴδες εὐκλέα κούρην,

οὐκ ἔθελες κρυφίοισι κατατρύχειν φρένα κέντροις,

ἀλλὰ πυριβλήτοισι δαμεὶς ἀδόκητον ὀιστοῖς

οὐκ ἔθελες ζώειν περικαλλέος ἄμμορος Ἡροῦς.

σὺν βλεφάρων δ’ ἀκτῖσιν ἀέξετο πυρσὸς Ἐρώτων 90

καὶ κραδίη πάφλαζεν ἀνικήτου πυρὸς ὁρμῇ.

κάλλος γὰρ περίπυστον ἀμωμήτοιο γυναικὸς

ὀξύτερον μερόπεσσι πέλει πτερόεντος ὀιστοῦ.

ὀφθαλμὸς δ’ ὁδός ἐστιν· ἀπ’ ὀφθαλμοῖο βολάων

κάλλος ὀλισθαίνει καὶ ἐπὶ φρένας ἀνδρὸς ὁδεύει. 95

εἷλε δέ μιν τότε θάμβος, ἀναιδείη, τρόμος, αἰδώς.

ἔτρεμε μὲν κραδίην, αἰδὼς δέ μιν εἶχεν ἁλῶναι

θάμβεε δ’ εἶδος ἄριστον, ἔρως δ’ ἀπενόσφισεν αἰδῶ.

 

Así dijo cierto mozo. Cada cual por su lado escondía su herida y volvíase loco por la belleza de la muchacha. Tú, doliente Leandro, nada más ver a la renombrada muchacha, no querías abrumar tu pecho con furtivos aguijones, mas al asalto domado por flechas de fuego, no querías vivir privado de la muy bella Hero. Con los rayos de sus ojos se avivaba la antorcha de los amores, y el corazón te bullía por empuje de un invencible fuego. Pues la belleza cambiante de una mujer impecable a los mortales resulta más punzante que alada saeta. Y el ojo es su senda: del ojo lanzada la belleza resbala y hasta las entrañas del varón senderea. Domináronle entonces pasmo, descaro, temblor, pudor. Temblaba su corazón, mas lo contenἰa el pudor de verse prisionero. Pasmábale su porte inmejorable y amor le apartó del pudor.

 

Maquetaci—n Akal Cl‡sica

  1. Acerca de la herida secreta del amor, cf. Antología Palatina XII 134, 1 (Calímaco):

ΚΑΛΛΙΜΑXΟΥ

Ελκος ἔχων ξεῖνος ἐλάνθανεν· ὡς ἀνιηρὸν

πνεῦμα διὰ στηθέων εἶδες; ἀνηγάγετο,

τὸ τρίτον ἡνίκ᾿ ἔπινε, τὰ δὲ ῥόδα φυλλοβολεῦντα

τὠνδρὸς ἀπὸ στεφάνων πἀντἐγένοντο χαμαί·

ὤπτηται μέγα δή τι, μὰ δαίμονας· οὐκ ἀπὸ ῥυσμοῦ

εἰκάζω, φωρὸς δ᾿ ἴχνια φὼρ ἔμαθον.

Ignora ese hombre que lleva una herida. ¿No viste

con cuánto dolor, al hacer la tercera

libación, suspiraba su pecho? ¿Ni cómo las rosas

de su guirnalda todas quedaron por el suelo?

Grande es su penar, y no es cosa que yo me imagine;

soy un ladrón que sigue de otro ladrón las huellas.

La traducción es de Manuel Fernández-Galiano, en Gredos.

calimaco

Calímaco

También Apolonio de Rodas, Argonáuticas III, 296 ss:

Τόφρα δ᾽ Ἔρως πολιοῖο δι᾽ ἠέρος ἷξεν ἄφαντος,

τετρηχὼς οἷόν τε νέαις ἐπὶ φορβάσιν οἶστρος

τέλλεται, ὅν τε μύωπα βοῶν κλείουσι νομῆες.

ὦκα δ᾽ ὑπὸ φλιὴν προδόμῳ ἔνι τόξα τανύσσας,

ἰοδόκης ἀβλῆτα πολύστονον ἐξέλετ᾽ ἰόν.

ἐκ δ᾽ ὅγε καρπαλίμοισι λαθὼν ποσὶν οὐδὸν ἄμειψεν

ὀξέα δενδίλλων· αὐτῷ δ᾽ ὑπὸ βαιὸς ἐλυσθείς

Αἰσονίδῃ, γλυφίδας μέσσῃ ἐνικάτθετο νευρῇ,

ἰθὺς δ᾽ ἀμφοτέρῃσι διασχόμενος παλάμῃσιν

ἧκ᾽ ἐπὶ Μηδείῃ. τὴν δ᾽ ἀμφασίη λάβε θυμόν·

αὐτὸς δ᾽ ὑψορόφοιο παλιμπετὲς ἐκ μεγάροιο

καγχαλόων ἤιξε, βέλος δ᾽ ἐνεδαίετο κούρῃ

νέρθεν ὑπὸ κραδίῃ φλογὶ εἴκελον. ἀντία δ᾽ αἰεί

βάλλεν ἐπ᾽ Αἰσονίδην ἀμαρύγματα, καί οἱ ἄηντο

στηθέων ἐκ πυκιναὶ καμάτῳ φρένες, οὐδέ τιν᾽ ἄλλην

μνῆστιν ἔχεν, γλυκερῇ δὲ κατείβετο θυμὸν ἀνίῃ·

ὡς δὲ γυνὴ μαλερῷ περὶ κάρφεα χεύατο δαλῷ

χερνῆτις, τῇπερ ταλασήια ἔργα μέμηλεν,

ὥς κεν ὑπωρόφιον νύκτωρ σέλας ἐντύναιτο,

ἄγχι μάλ᾽ _ἐγρομένη· τὸ δ᾽ ἀθέσφατον ἐξ ὀλίγοιο

δαλοῦ ἀνεγρόμενον σὺν κάρφεα πάντ᾽ ἀμαθύνει –

τοῖος ὑπὸ κραδίῃ εἰλυμένος αἴθετο λάθρῃ

οὖλος ἔρως, ἁπαλὰς δὲ μετετρωπᾶτο παρειάς

ἐς χλόον, ἄλλοτ᾽ ἔρευθος, ἀκηδείῃσι νόοιο.

argonautasalianza

Mientras tanto Eros llegó a través de una clara bruma invisible, tumultuoso, como se lanza sobre las jóvenes reses el tábano, al que los pastores de bueyes llaman moscón. Rápidamente junto a la parte inferior de las jambas del vestíbulo extendió su arco y escogió de su carcaj un resonante dardo aún no lanzado. Desde allí cruzó con sus ágiles pies el umbral, sin que nadie le viera, mirando a uno y otro lado agudamente. Diminuto y oculto a los pies del propio Jasón, ajustó las muescas de la flecha al centro de la cuerda y, tendiéndola directo con ambas manos, disparó sobre Medea. El corazón de la joven se quedó atónito.

El dios, en vuelo de regreso, desde la sala de alto techo salió riendo, y la flecha prendía en el interior de la doncella, en su corazón, semejante a una llama. Frente a él, una y otra vez lanzaba fulgentes miradas hacia Jasón, y como por un vendaval era arrastrada su sutil razón fuera de su pecho con la pasión, y ningún otro cuidado tenía; su corazón se inundaba de una dulce tristeza. Como se aplica con su ardiente tizón en torno a las briznas de paja la pobre tejedora, a la que ocupan sus labores de lana, para obtener una luz en su noche casera, mientras vela en soledad, y la luz repentina surgida del pequeño tizón pulveriza todas las briznas de paja; de tal modo el destructor Esos, encubierto en su corazón, ardía a escondidas y remudaba sus suaves mejillas hacia la palidez y hacia el rubor alternativamente con los vaivenes de su pensamiento embelesado.

La traducción es de Carlos García Gual, en Alianza Editorial (1265).

teocritoidilios

O Teócrito, Idilios XI (Los Cíclopes), 15:

Πολλάκι ταὶ ὄιες ποτὶ ταὐλίον αὐταὶ ἀπῆνθον

χλωρᾶς ἐκ βοτάνας: ὁ δὲ τὰν Γαλάτειαν ἀείδων

αὐτόθ᾽ ἐπ᾽ ἀιόνος κατετάκετο φυκιοέσσας

ἐξ ἀοῦς, ἔχθιστον ἔχων ὑποκάρδιον ἕλκος

Κύπριδος ἐκ μεγάλας, τό οἱ ἥπατι πᾶξε βέλεμνον.

A menudo, sus ovejas volvían desde los verdes pastos por ellas mismas al redil, mientras él cantando a Galatea se consumía allí sobre la playa llena de algas desde la aurora, con una terrible herida en su corazón producida por la gran Cipris, dardo que le alcanzó en su pasión.

XXX, 10:

῎Ωιαι τῶ χαλεπῶ καἰνομόρω τῶδε νοσήματος:

τετορταῖος ἔχει, παιδὸς ἔρως, μῆνά με δεύτερον,

μᾶκος μὲν μετρίω γ᾽, ἀλλ᾽ ὁπόσον τῶ πέδα περρέχε

τᾶς γᾶς τοῦτο χάρις: ταῖς δὲ παραύαις γλυκὺ μειδίαι.

καὶ νῦν μὲν τὸ κακὸν ταῖς μὲν ἔχει, ταῖσι δέ μ᾽ οὐκέτι,

τάχα δ᾽ οὐδ᾽ ὅσον ὕπνω ᾿πιτύχην ἔσσετ᾽ ἐρωία:

ἐχθὲς γὰρ παριὼν ἔδρακε λέπτ᾽ ἄμμε δι᾽ ὀφρύγων

αἰδεσθεὶς ποτίδην ἀντίος, ἠρεύθετο δὲ χρόα.

ἔμεθεν δὲ πλέον τᾶς κραδίας ὥ᾽ ρος ἐδράξατο,

εἰς οἶκον δ᾽ ἀπέβαν ἕλκος ἔχων καὶ τὸ κέαρ δακών.

¡Ay, qé mal destructivo y tormentoso ¡ Ya hace dos meses, como la cuartana, el amor de un muchacho me posee: es bello sin medida y la gracia lo envuelve todo de la cabeza a los pies y una dulce sonrisa tiene sobre las mejillas. Ahora el mal me posee ciertos días y ciertos me deja, pero pronto no tendré tregua ni para el sueño. Ayer cuando pasaba me lanzó una mirada fugaz entre sus cejas, con vergüenza para mirarme de frente y se sonrojaba. Y el amor aún más me tomó el corazón, y me fui a casa con una herida que mordía el hígado.

ANTOLOGIA-PALATINA-LIBROS-V-Y-XII

También encontramos la figura de la herida de amor en Antología Palatina V, 124, 4 (Filodemo):

ΦΙΛΟΔΗΜΟΥ

Οὔπω σοι καλύκων γυμνὸν θέρος, οὐδὲ μελαίνει

βότρυς ὁ παρθενίους πρωτοβολῶν χάριτας.

ἀλλ᾿ ἤδη θοὰ τόξα νέοι θήγουσιν ῎Ερωτες,

Λυσιδίκη, καὶ πῦρ τύφεται ἐγκρύφιον.

φεύγωμεν, δυσέρωτες, ἕως βέλος οὐκ ἐπὶ νευρῇ·

μάντις ἐγὼ μεγάλης αὐτίκα πυρκαϊῆς.

Todavía no está desnudo de su cubierta tu vegetación veraniega, ni ennegrecen

Tus racimos de uva para producir los primeros rayos de los encantos de una joven doncella.

Pero ya los jóvenes Amores afilan sus puntiagudos arcos,

Lisídice, y un fuego secreto arde sin llama.

Huyamos, amantes infortunados, mientras el dardo está fuera de la cuerda;

Yo soy el profeta de una gran e inminente llama de amor.

erotes

Erotes cabalgando sobre aves, detalle del mosaico de Océano y Neptuno, procedente de Útica. Período tardío romano. Museo del Bardo, Túnez


Inanis loquacitas (IV)

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charlatanes_-george_bernard_shaw

Continuamos con el repaso del capítulo XV del Libro I de las Noches Áticas de Aulo Gelio a propósito de la inane locuacidad que “adorna” a determinadas personas. En efecto, no les vendría mal a todas estas cotorras contemporáneas que rajan que da gusto leer las acertadas palabras de muchos escritores clásicos ponderando la virtud de la mesura en el uso de la lengua.

[14] Quapropter Hesiodus, poetarum prudentissimus, linguam non vulgandam, sed recondendam esse dicit proinde ut thesaurum, eiusque esse in promendo gratiam plurimam, si modesta et parca et modulata sit:

Γλώσσης τοι θησαυρός ἐν ἀνθρώποισιν ἄριστος

φειδωλῆς· πλείστη δὲ χάρις κατὰ μέτρον ἰούσης.

(se trata de dos versos de Hesíodo, Trabajos y Días, 719-720)

[14] Es por eso que Hesíodo, el más sabio de los poetas, dice que la lengua no tiene que ser manoseada, sino reservada como si fuera un tesoro, y que, de ser exhibida, su mejor adorno será una modulación sobria y mesurada.

“El mejor tesoro en los hombres una lengua

parca; el mayor encanto, la que guarda la medida”.

 

trabajosydias

[15] Epicharmium quoque illud non inscite se habet:

Οὐ λέγειν δεινὸς, ἀλλὰ σιγᾷν ἀδύνατος.

[16] ex quo hoc profecto sumptum est: “qui cum loqui non posset, tacere non potuit.”.

[17] Favorinum ego audivi dicere versus istos Euripidi:

Ἀχαλίνων στομάτων

Ἀνόμου τ’ ἀφροσύνας

Τὸ τέλος δυστυχία·

non de his tantum factos accipi debere, qui impia aut inlicita dicerent, sed vel maxime de hominibus quoque posse dici stulta et inmodica blaterantibus, quorum lingua tam prodiga infrenisque sit, ut fluat semper et aestuet conluvione verborum taeterrima, quod genus homines a Graecis significantissimo vocabulo κατάγλωσσοι appellantur.

[15] Tenemos, además, un bello dicho de Epicarmo:

“No eres hábil en hablar, pero eres incapaz de callar”.

[16] De donde deriva, con seguridad, esta otra: “el cual aunque no pudiera hablar, no podía callar”.

date:475 B.C.

date:475 B.C.

[17] Oí decir a Favorino que no debía entenderse que estos versos de Eurípides:

“De las bocas sin freno y de la demencia desmedida, su fin: el infortunio”.

debían aplicarse no sólo a quienes hablan de forma impía o ilícita, sino muy especialmente a los charlatanes estultos e impertinentes, de lengua pródiga y desenfrenada siempre a punto para moverse y arrojar un aguacero repulsivo de palabras. Este tipo de hombres son llamados por los griegos κατάγλωσσοι (charlatanes).

El dicho de Epicarmo es el fragmento 272 de la selección publicada en Berlín por George Kaibel en 1899, como podemos leer en la página 141 de este enlace.

sternbachgnomologium

En la edición de Kaibel se nos dice que en la página 20 de la edición del Gnomologium Vaticanum de Leo Sternbach en París leemos:

Δημόκριτος θεασάμενός τινα πολλὰ μὲν ἀπαίδευτα δὲ διαλεγόμενον “οὗτος”, ἔφη, “οὐ λέγειν μοι δοκεῖ δυνατὸς ἀλλὰ σιωπᾶν ἀδύνατος”.

Demócrito al ver a uno dialogando de forma inepta, dijo: “Éste me parece que no es hábil en hablar, pero es incapaz de callar”.

Hypnos.-Las-Bacantes Segobriga

Las Bacantes, representación a cargo del grupo Hypnos en Segóbriga (2007)

Los versos de Eurípides que declama Favorino y Aulo Gelio oye son Bacantes, 386-388, y pertenecen al inicio de la antistrofa del Estásimo Primero (370-433):

Ἀχαλίνων στομάτων

Ἀνόμου τ’ ἀφροσύνας

Τὸ τέλος δυστυχία·

“¡De bocas desenfrenadas, de la demencia sin norma, el fin es el infortunio!” (Traducción de Carlos García Gual, en Gredos.

La continuación a estos versos, 389-402, es interesante por su contenido y la ofrecemos también

ὁ δὲ τᾶς ἡσυχίας

βίοτος καὶ τὸ φρονεῖν

ἀσάλευτόν τε μένει καὶ

συνέχει δώματα· πόρσω

γὰρ ὅμως αἰθέρα ναίον-

τες ὁρῶσιν τὰ βροτῶν οὐρανίδαι.

τὸ σοφὸν δ᾽ οὐ σοφία

τό τε μὴ θνητὰ φρονεῖν.

βραχὺς αἰών· ἐπὶ τούτῳ

δέ τις ἂν μεγάλα διώκων

τὰ παρόντ᾽ οὐχὶ φέροι. μαι-

νομένων οἵδε τρόποι καὶ

κακοβούλων παρ᾽ ἔμοι-

γε φωτῶν

García Gual traduce así:

Pero la vida serena y la moderación de pensamiento conserva una estable firmeza sostiene reunido un hogar. Pues, aunque lejos, habitantes del éter, los dioses celestes ven las cosas de los hombres. La ciencia de los sabios no es la sabiduría. Ni tampoco lo es el meditar sobre lo inhumano. ¡Breve es la vida! Por eso, ¿quién puede cosechar el presente, si persigue lo infinito? Ésas son actitudes, en mi opinión, de mortales enloquecidos.

 

bacantessaguntolanaveargo

Las Bacantes, representación en Sagunto (2013) a cargo del grupo La nave Argo

[18] Valerium Probum, grammaticum inlustrem, ex familiari eius, docto viro, comperi Sallustianum illud: “satis eloquentiae, sapientiae parum”, brevi antequam vita decederet, sic legere coepisse et sic a Sallustio relictum affirmavisse: “satis loquentiae, sapientiae parum”, quod “loquentia” novatori verborum Sallustio maxime congrueret, “eloquentia” cum insipientia minime conveniret.

[18] De Valerio Probo, gramático ilustre, supe, por un íntimo suyo, docto varón, que, poco antes de morir, citó aquella sentencia de Salustio que dice: “Mucha elocuencia, poca doctrina”, de esta manera: “Mucha locuacidad, poca doctrina” y afirmaba que así lo había escrito Salustio, por cuanto como la palabra “loquentia” se ajustaba más al estilo innovador de Salustio y, por otra parte, “eloquentia” no resultaba bastante contrapuesto a “sapientia” (insipientia).

valerioprobo

La cita de Salustio aparece en el retrato de Catilina, Sobre la conjuración de Catilina, V, 4.

[4] Animus audax, subdolus, varius, cuius rei lubet simulator ac dissimulator, alieni adpetens, sui profusus, ardens in cupiditatibus; satis eloquentiae, sapientiae parum. [5] Vastus animus inmoderata, incredibilia, nimis alta semper cupiebat.

[4] Espíritu audaz, pérfido, voluble, de cualquier cosa simulador y disimulador, de lo ajeno deseoso, de lo suyo disipador, ardiente en sus deseos: bastante elocuencia, sensatez poca. [5] Su vasto espíritu cosas inmoderadas, increíbles, demasiado altas siempre deseaba.

salustiocatilina


Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XV)

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Baader Hero et Léandre 1866

Héro y Léandre (1866), óleo sobre lienzo de 106 x 180 cm, de Louis Marie Baader (1828-1920). Museo de Grenoble

Nos centrábamos en el anterior capítulo de esta serie en los versos 84-98 del poema Hero y Leandro de Museo el Gramático. En el 94 encontramos la expresión ὀφθαλμὸς δ’ ὁδός ἐστιν.

  1. (Y el ojo es su senda). Todo este excurso teórico sobre el proceso del enamoramiento, contenido en los versos 94-98, es una muy ajustada imitación de Aquiles Tacio, Leucipa y Clitofonte I, 4, 4-5:

Ὡς δὲ εἶδον, εὐθὺς ἀπωλώλειν: κάλλος γὰρ ὀξύτερον τιτρώσκει βέλους καὶ διὰ τῶν ὀφθαλμῶν ἐς τὴν ψυχὴν καταρρεῖ: ὀφθαλμὸς γὰρ ὁδὸς ἐρωτικῷ τραύματι. Πάντα δέ με εἶχεν ὁμοῦ, ἔπαινος, ἔκπληξις, τρόμος, αἰδώς, ἀναίδεια: ἐπῄνουν τὸ μέγεθος, ἐκπεπλήγμην τὸ κάλλος, ἔτρεμον τὴν καρδίαν, ἔβλεπον ἀναιδῶς, ᾐδούμην ἁλῶναι: τοὺς δὲ ὀφθαλμοὺς ἀφέλκειν μὲν ἀπὸ τῆς κόρης ἐβιαζόμην, οἱ δὲ οὐκ ἤθελον, ἀλλ̓ ἀνθεῖλκον ἑαυτοὺς ἐκεῖ τῷ τοῦ κάλλους ἑλκόμενοι πείσματι, καὶ τέλος ἐνίκησαν.

Nada más verla, al punto estuve perdido, pues la belleza hiere más profundamente que un dardo y se desliza por los ojos hasta el alma, ya que el ojo es la vía para la herida amorosa. Y toda clase de impresiones me dominaban a la vez: admiración, pasmo, temblor, vergüenza, desvergüenza. Admiraba su estatura, me pasmaba de su belleza, me palpitaba el corazón, la miraba con impudor, me daba vergüenza de ser sorprendido así. Me forzaba a desprender mis ojos de la muchacha, pero ellos no querían: al contrario, se aferraban allí, arrastrados por la seducción de la belleza, y triunfaron al final.

La traducción es de Máximo Brioso Sánchez, en Gredos.

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No obstante, el referente para los aspectos teóricos aquí esbozados es indudablemente el Fedro platónico (cf. especialmente, 251b y 255c: los ojos son el cauce por donde pasa el flujo de la belleza), si bien a la teoría filosófica de la emanación de hermosura pueden hallársele antecedentes en la tragedia clásica.

Ἰδόντα δ᾽ αὐτὸν οἷον ἐκ τῆς φρίκης μεταβολή τε [251b] καὶ ἱδρὼς καὶ θερμότης ἀήθης λαμβάνει· δεξάμενος γὰρ τοῦ κάλλους τὴν ἀπορροὴν διὰ τῶν ὀμμάτων ἐθερμάνθη ᾗ ἡ τοῦ πτεροῦ φύσις ἄρδεται, θερμανθέντος δὲ ἐτάκη τὰ περὶ τὴν ἔκφυσιν, ἃ πάλαι ὑπὸ σκληρότητος συμμεμυκότα εἶργε μὴ βλαστάνειν, ἐπιρρυείσης δὲ τῆς τροφῆς ᾤδησέ τε καὶ ὥρμησε φύεσθαι ἀπὸ τῆς ῥίζης ὁ τοῦ πτεροῦ καυλὸς ὑπὸ πᾶν τὸ τῆς ψυχῆς εἶδος· πᾶσα γὰρ ἦν τὸ πάλαι πτερωτή.

Y es que, en habiéndolo visto, le toma, después del escalofrío, como un trastorno que le provoca sudores y un inusitado ardor. Recibiendo, pues, este chorreo de belleza por los ojos, se calienta con un calor que empapa, por así decirlo, la naturaleza del ala, y, al caldearse, se ablandan las semillas de la germinación que, cerradas por la aridez, les impedía florecer; y, además, si el alimento afluye, se esponja el tallo del ala y echa a nacer desde la raíz, por dentro de la sustancia misma del alma, que antes, por cierto, estuvo toda alada. Anda, pues, en plena ebullición y burbujeo, y como con esa sensación que tienen los que están echando los dientes cuando ya van a romper, ese picor y escozor en las encías, así le pasa al alma del que empieza a echar las plumas.

Ὅταν δὲ χρονίζῃ τοῦτο δρῶν καὶ πλησιάζῃ μετὰ τοῦ ἅπτεσθαι ἔν τε γυμνασίοις καὶ ἐν ταῖς ἄλλαις ὁμιλίαις, [255c] τότ᾽ ἤδη ἡ τοῦ ῥεύματος ἐκείνου πηγή, ὃν ἵμερον Ζεὺς Γανυμήδους ἐρῶν ὠνόμασε, πολλὴ φερομένη πρὸς τὸν ἐραστήν, ἡ μὲν εἰς αὐτὸν ἔδυ, ἡ δ᾽ ἀπομεστουμένου ἔξω ἀπορρεῖ· καὶ οἷον πνεῦμα ἤ τις ἠχὼ ἀπὸ λείων τε καὶ στερεῶν ἁλλομένη πάλιν ὅθεν ὡρμήθη φέρεται, οὕτω τὸ τοῦ κάλλους ῥεῦμα πάλιν εἰς τὸν καλὸν διὰ τῶν ὀμμάτων ἰόν, ᾗ πέφυκεν ἐπὶ τὴν ψυχὴν ἰέναι ἀφικόμενον καὶ ἀναπτερῶσαν, [255d] τὰς διόδους τῶν πτερῶν ἄρδει τε καὶ ὥρμησε πτεροφυεῖν τε καὶ τὴν τοῦ ἐρωμένου αὖ ψυχὴν ἔρωτος ἐνέπλησεν.

Y cuando vaya pasando el tiempo de este modo, y se toquen los cuerpos en los gimnasios y en otros lugares públicos, entonces ya aquella fuente que mana, a la que Zeus llamó “deseo”, cuando estaba enamorado de Ganimedes, inunda caudalosamente al amante, lo empapa y lo rebosa. Y semejante a un aire o a un eco que, rebotando de algo pulido y duro, vuelve de nuevo al punto de partida, así el manantial de la belleza vuelve al bello muchacho, a través de los ojos, camino natural hacia el alma que, al recibirlo, se enciende y riega los orificios de las alas, e impulsa la salida de las, plumas y llena, a su vez, de amor el alma del amado.

La traducción es de Emilio Lledó Íñigo, en Gredos.

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Emilio Lledó Íñigo, Premio Princesa de Asturias de Comunicación Humanidades 2015

El tema se convertirá en un tópico en la literatura erótica: cf. Jenofonte, Banquete IV, 21:

Κλεινίᾳ δ’, ἔφη, ὦ Σώκρατες, οὐκ ἂν ἐπιτρέψαις; καὶ ὃς εἶπεν: οὐ γὰρ παύσῃ σὺ Κλεινίου μεμνημένος; ἂν δὲ μὴ ὀνομάζω, ἧττόν τί με οἴει μεμνῆσθαι αὐτοῦ; οὐκ οἶσθα ὅτι οὕτω σαφὲς ἔχω εἴδωλον αὐτοῦ ἐν τῇ ψυχῇ ὡς εἰ πλαστικὸς ἢ ζωγραφικὸς ἦν, οὐδὲν ἂν ἧττον ἐκ τοῦ εἰδώλου ἢ πρὸς αὐτὸν ὁρῶν ὅμοιον αὐτῷ ἀπειργασάμην;καὶ ὁ Σωκράτης ὑπέλαβε: τί δῆτα οὕτως ὅμοιον εἴδωλον ἔχων πράγματά μοι παρέχεις ἄγεις τε αὐτὸν ὅπου ὄψει; ὅτι, ὦ Σώκρατες, ἡ μὲν αὐτοῦ ὄψις εὐφραίνειν δύναται, ἡ δὲ τοῦ εἰδώλου τέρψιν μὲν οὐ παρέχει, πόθον δὲ ἐμποιεῖ.

“¿Y no te confiarías”, dijo, “al juicio de Clinias?” .A lo que él respondió: “¿Es que no vas a dejar de recordar a Clinias?”. “Y aunque no lo cite por su nombre, ¿crees que me voy a acordar menos de él?, ¿no sabes que tengo en el alma una imagen suya tan clara que si tuviera que esculpirle o pintarle no reproduciría con menos fidelidad su figura que si lo estuviera mirando a él mismo? Y Sócrates replicó: “En ese caso, ¿por qué, si tienes una imagen tan parecida, me molestas llevándome donde puedas verlo?”. “Porque, Sócrates, su vista me hace gozar, mientras que la de la imagen no me da placer y engendra añoranza”.

Traducción de Juan Zaragoza, en Gredos.

Jenofonte de Éfeso, Habrócomes y Antia I, 3, 2:

Διέκειτο δὲ καὶ Ἀνθία πονήρως, ὅλοις μὲν καὶ ἀναπεπταμένοις τοῖς ὀφθαλμοῖς τὸ Ἁβροκόμου κάλλος εἰσρέον δεχομένη, ἤδη δὲ καὶ τῶν παρθένοις πρεπόντων καταφρονοῦσα· καὶ γὰρ ἐλάλησεν ἄν τι, ἵνα Ἁβροκόμης ἀκούσηι, καὶ μέρη τοῦ σώματος ἐγύμνωσεν ἂν τὰ δυνατά, ἵνα Ἁβροκόμης ἴδηι· ὁ δὲ αὑτὸν ἐδεδώκει πρὸς τὴν θέαν καὶ ἦν αἰχμάλωτος τοῦ θεοῦ.

También Antia lo pasaba mal, al penetrar por sus ojos abiertos de par en par la belleza de Habrócomes que le entraba dentro, y ya incluso despreciaba el decoro de una joven, pues hablo para que Habrócomes la oyera y desnudó las partes de su cuerpo que le era posible, para que Habrócomes las contemplara. Y el se había entregado a su contemplación y era prisionero del dios.

Traducción de María Cruz Herrero Ingelmo, en Akal/Clásica.

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Hero y Leandro, ¿un mito olvidado? (XVI)

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Leander Taking Leave of Hero Before Swimming Back Across the Hellespont (pluma y tinta marrón, acuarela, aguada gris y tiza roja con raspado), 44 x 277 cm., de William Hamilton (1751-1801). Yale Center for British Art. New Haven, Conneticut.

Ofrecíamos en el anterior capítulo los paralelos en la literatura clásica (Platón y la novela griega, fundamentalmente) al verso 94 del poema Hero y Leandro de Museo el Gramático; la expresión es: ὀφθαλμὸς δ’ ὁδός ἐστιν.

En Leucipa y Clitofonte de Aquiles Tacio I, 9, 4, encontramos otro paralelo:

Καὶ ταῦτα εὐτυχῶν ἐγκαλεῖς; ἀχάριστος εἶ πρὸς ἔρωτος δωρεάν. Οὐκ οἶδας οἷόν ἐστιν ἐρωμένη βλεπομένη: μείζονα τῶν ἔργων ἔχει τὴν ἡδονήν. Ὀφθαλμοὶ γὰρ ἀλλήλοις ἀντανακλώμενοι ἀπομάττουσιν ὡς ἐν κατόπτρῳ τῶν σωμάτων τὰ εἴδωλα, ἡ δὲ τοῦ κάλλους ἀπορροὴ δἰ αὐτῶν εἰς τὴν ψυχὴν καταρρέουσα ἔχει τινὰ μίξιν ἐν ἀποστάσει: καὶ γλυκίων ἐστὶ τῆς τῶν σωμάτων μίξεως: καινὴ γάρ ἐστι σωμάτων συμπλοκή.

Y te quejas de esa buena estrella: eres un ingrato ante los regalos del amor. No sabes lo que es ver a la amada: es un placer aún mayor que el propio acto, pues los ojos, al reflejarse mutuamente, modelan, como en un espejo, las imágenes de los cuerpos, y la destilación de la belleza, al fluir a través de los ojos hasta el alma, alcanza una determinada unión a distancia, siendo así un cierto grado de la unión corporal, pues es una nueva especie del abrazo de los cuerpos.

La traducción es de Máximo Brioso Sánchez, en Gredos.

Un nuevo ejemplo lo hallamos en Teágenes y Cariclea de Heliodoro de Émesa III, 7, 5:

Τεκμηριούτω δέ σοι τὸν λόγον εἴπερ ἄλλο τι καὶ ἡ τῶν ἐρώτων γένεσις, οἷς τὰ ὁρώμενα τὴν ἀρχὴν ἐνδίδωσι οἷον ὑπήνεμα διὰ τῶν ὀφθαλμῶν τὰ πάθη ταῖς ψυχαῖς εἰστοξεύοντα. Καὶ μάλα γε εἰκότως, τῶν γὰρ ἐν ἡμῖν πόρων τε καὶ αἰσθήσεων πολυκίνητόν τε καὶ θερμότατον οὖσα ἡ ὄψις δεκτικωτέρα πρὸς τὰς ἀπορροίας γίνεται, τῷ κατ´ αὐτὴν ἐμπύρῳ πνεύματι τὰς μεταβάσεις ἐρώτων ἐπισπωμένη.

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Y como prueba de lo que te digo, basta con referirme a la génesis de los enamoramientos: éstos, en efecto, se producen en principio únicamente por la vista, cuya función es clavar en las almas mediante los ojos los sentimientos que, por decirlo de algún modo, vuelan por el viento como saetas. Es muy sencilla la explicación para esto, porque de todos nuestro órganos y sentidos el de la vista es el más móvil y caliente y, por tanto, el más apto para recibir las emanaciones que afluyen. Gracias, pues, a su carácter, como de fuego, la vista es lo que mejor atrae los enamoramientos, cuando pasan por delante de ella.

Traducción de Emilio Crespo Güemes, en Gredos.

La misma idea aparece en Máximo de Tiro, Disertaciones XXV, 2:

Τοῖς μὲν γὰρ ἄλλοις ὁ ἔρως ἦν ὄνομα ἐπιθυμίας ἐν ἡδοναῖς πλανώμενον· ἀρχὴ δὲ αὐτοῦ ἄνθος σώματος ἐρχόμενον εἰς ὀφθαλμούς, καὶ δι´ αὐτῶν ἐπὶ τὴν ψυχὴν ῥέον· ὁδοὶ γὰρ κάλλους οἱ ὀφθαλμοί.

En los otros, el amor era el nombre del deseo que se pierde vagabundeando de los placeres; su inicio la floración del cuerpo que seduce a los ojos, y por ellos se arrastra hacia el alma. Porque los ojos son el camino de la belleza.

disertacionesmaximodetiro

O en Aristéneto, Cartas Eróticas I, 1 (Aristéneto a Filocalo) 3:

Λαΐδα τὴν ἐμήν ἐρωμένην εὗ μὲν ἐδημιούργησεν ἡ φύσις, κάλλιστα δὲ πάντων ἐκόσμησεν ᾿Αφροδίτη, καὶ τῶν Χαρίτων συνηρίθμησε τῷ χορῷ· ὁ δὲ χρυσοῦς ῎Ερως ἐπαίδευσε τὴν ποθουμένην εὐστόχως ἐπιτοξεύειν ταῖς τῶν ὀμμάτων βολαῖς. ῍Ω φύσεως τὸ κάλλιστον φιλοτέχνημα, ὢ γυναικῶν εὔκλεια καὶ διὰ πάντων ἔμψυχος τῆς ᾿Αφροδίτης εἰκών.

A Lais, mi amada, la dotó de buenas artes la naturaleza; Afrodita la colmó con los más bellos adornos y la incluyó en el coro de las Gracias. El dorado Eros la instruyó en el arte de dar en el blanco con los dardos de sus ojos. ¡Oh, la más bella obra de arte de la naturaleza!, ¡Oh, gloria de las mujeres e imagen viviente de Afrodita en todos los detalles!

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  1. (Domináronle entonces pasmo, descaro, temblor, pudor). Es éste el verso 94 de nuestro poema.

Pues como dice Platón, Eutifrón 12b (citando un proverbio de las Ciprias de Estasino de Chipre), donde hay temor, allí hay también pudor.

Σωκράτης· καὶ μὴν νεώτερός γέ μου εἶ οὐκ ἔλαττον ἢ ὅσῳ σοφώτερος· ἀλλ᾽, ὃ λέγω, τρυφᾷς ὑπὸ πλούτου τῆς σοφίας. ἀλλ᾽, ὦ μακάριε, σύντεινε σαυτόν· καὶ γὰρ οὐδὲ χαλεπὸν κατανοῆσαι ὃ λέγω. Λέγω γὰρ δὴ τὸ ἐναντίον ἢ ὁ ποιητὴς ἐποίησεν ὁ ποιήσας

Ζῆνα δὲ τὸν [θ᾽] ἔρξαντα καὶ ὃς τάδε πάντ᾽ ἐφύτευσεν [12b] οὐκ ἐθέλει εἰπεῖν· ἵνα γὰρ δέος ἔνθα καὶ αἰδώς. (Stasinus Cypria Fr. 20).

 ᾿Εγὼ οὖν τούτῳ διαφέρομαι τῷ ποιητῇ. Εἴπω σοι ὅπῃ;

Sin embargo, eres más joven que yo, con diferencia no menor que con la que eres más abio. Como digo, estás desdeñoso por la riqueza de tu sabiduría. Pero, hombre afortunado, esfuérzate. No es nada de comprender lo que digo. Pues digo lo contrario de lo que dijo el poeta en los versos:

De Zeus el que hizo y emgendró todo esto no te atreves a hablar; pues donde está el temor, allí está también el respeto.

Yo no estoy de acuerdo con el poeta. ¿Te digo en qué?

Traducción de Julio Calonge Ruiz, en Gredos.

Wikipedia nos dice esto sobre Estasino:

Estasino de Chipre (en griego Στασῖνος) fue un poeta épico griego de entre fines del VIII y primera mitad del siglo VII a. C., presunto autor de las Ciprias. Nacido en Chipre y presunto yerno de Homero, escribió una epopeya del ciclo troyano en dialecto jónico de la cual subsiste sólo el resumen que de ella y de otras hiciera el alejandrino Proclo en su Crestomatía, al parecer del siglo II, y algunos fragmentos sueltos. Se trata de la Cipríada, las Ciprias o Cantos ciprios, once libros de hexámetros dactílicos que narran lo sucedido anteriormente a los episodios contados por Homero: la súplica a Zeus para que aliviara a la madre Gea de la superpoblación de humanos que padecía, el juicio de Paris, etc. También el ataque de los griegos a Teutrania, defendida por su caudillo Telefo, por haberla confundido con Troya. Aquiles hiere a Telefo y finalmente cura con el óxido de su lanza, única medicina para aquel a quien ésta hería. La Cipríada cuenta además la muerte del más inteligente de los griegos, Palamedes de Argos, aquel que fue capaz incluso de descubrir los engaños a los que recurría Odiseo para no participar en la guerra y a quien se le atribuye la invención de los dados y de la mayoría de las letras del alfabeto. Odiseo se venga de Palamedes inculpándolo a partir de la escritura: un escrito falso lo hace figurar como traidor que ha sido sobornado por Príamo y a partir de ella los griegos lo lapidan. Esta muerte es clave para el corolario del mito porque Nauplio, padre del difunto, vengará su muerte.

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The last watch of Hero (La última mirada de Hero, 1887) , óleo sobre lienzo de 160 x 91 cm., de Frederic Leighton. Manchester City Galleries


Inanis loquacitas (V)

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Terminamos con esta entrada el capítulo XV del Libro I de las Noches Áticas de Aulo Gelio, De cómo es de impertinente y enojosa una vana y frívola locuacidad, y de cómo en muchos lugares ha sido reprobada por insignes autores griegos y latinos, en una justa detestación.

[19] Huiuscemodi autem loquacitatem verborumque turbam magnitudine inani vastam facetissimus poeta Aristophanes insignibus vocabulis denotavit in his versibus:

Ἄνθρωπον ἀγριοποίον αὐθαδόστομον,

Ἔχοντ’ ἀχάλινων, ἀκρατές, ἀπύλωτον στόμα,

Ἀπεριλάλητον, κομποφακελορρήμονα.

[20] neque minus insigniter veteres quoque nostri hoc genus homines in verba proiectos “locutuleios” et “blaterones” et “linguaces” dixerunt.

[19] A su vez, Aristófanes, poeta agudísimo, describió con palabras definitivas esta clase de locuacidad e informe abundancia de palabras vacías en estos versos:

“Hombre vulgar, de hablar presuntuoso, con una boca sin freno, incontinente, abierta de par en par, charlatán, acaparador de ampulosidad”.

[20] No fueron menos expresivos nuestros antepasados cuando calificaron este género de hombres dados al verbalismo de “parlanchines”, “charlatanes” y “lenguaraces”.

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El texto citado de Aristófanes son los versos 837-839 de Las ranas, comedia representada en las fiestas Leneas, el 12 del mes Leneón (enero-febrero) del 405 a. C. y son pronunciadas por el tragediógrafo Eurípides, que se resiste a ceder su primacía en favor de Esquilo, preferido por el coro, por el dios Dioniso, que paradójicamente había bajado al Hades a buscar a Eurípides, a quien echaba de menos, y, en el fondo, por el autor de la obra, Aristófanes:

Εὐριπίδης

ἐγᾦδα τοῦτον καὶ διέσκεμμαι πάλαι,

ἄνθρωπον ἀγριοποιὸν αὐθαδόστομον,

ἔχοντ᾽ ἀχάλινον ἀκρατὲς ἀπύλωτον στόμα,

ἀπεριλάλητον κομποφακελορρήμονα.

las-ranasedicionesclasicas

Luis M. Macía Aparicio traduce en Ediciones Clásicas:

Yo me conozco a ése y le tengo calado desde hace tiempo. Un hombre que produce fieras, de presumida lengua, con una boca sin freno, sin dominio y sin puertas, que de todo charla sin apuro, inventor de pomposas palabras.

Obsérvese que Macía traduce ἄνθρωπον ἀγριοποιὸν por hombre que produce fieras; en cambio, “hombre insolente” traduce Jesús M. Nieto Ibáñez en Akal/Clasica y “home barroer = hombre vulgar” dice Cebrià Montserrat en Bernat Metge.

Aportamos la respuesta que da, en la comedia, Esquilo ante esas palabras de Eurípides:

Αἰσχύλος

ἄληθες ὦ παῖ τῆς ἀρουραίας θεοῦ;

σὺ δή με ταῦτ᾽ ὦ στωμυλιοσυλλεκτάδη

καὶ πτωχοποιὲ καὶ ῥακιοσυρραπτάδη;

ἀλλ᾽ οὔ τι χαίρων αὔτ᾽ ἐρεῖς.

¿De verdad, hijo de la diosa rústica? ¿Tú, coleccionista de estupideces, poeta de mendigos, remendador de andrajos, vas a venirme con ésas? No te va a gustar haber dicho eso.

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Representación de Las Ranas en el teatro romano de Mérida

Hasta aquí Aulo Gelio y este capítulo XV del Libro I de sus Noches Áticas sobre la inane locuacidad.

Pero queremos ampliar la reflexión sobre los charlatanes y la locuacidad, pomposa o enojosa, de ciertos de nuestros congéneres con dos de los treinta (30) breves estudios del carácter de las personas que realiza Teofrasto en su obrita Caracteres. Permítasenos aportar una selección de lo que dice, en la introducción a su edición de Gredos de los Caracteres de Teofrasto, Elisa Ruiz García:

Teofrasto

A nuestro modo de ver, el libro de los Caracteres no es otra cosa que una pieza más de esa espléndida maquinaria intelectual que fue el sistema filosófico ideado por el Estagirita (Aristóteles). La obra que comentamos es una mímesis de los defectos – que no de los vicios – que aquejan frecuentemente a la gente mediocre y carente de formación. Las descripciones están realizadas con ese don de la eutrapelia que caracteriza al hombre de ingenio. Gracias a ello se pone en funcionamiento el sutil mecanismo de la risa. La sola presencia de esta manifestación anímica arrastrará consigo los benéficos efluvios ya analizados, permitiendo que surta efecto la intención próxima de la paideía (παιδεία) y su objetivo final de la philantropía (φιλανθρωπία).

Este pequeño gran libro, como lo define certeramente J. M. Edmonds en su edición, fue compuesto, con cierta probabilidad, en torno al año 319 a. C. Este dato tiene su interés: certifica que su autor frisaba la cincuentena cuando lo escribió y que, además, Aristóteles ya había muerto. Teofrasto, desde la altura de su medio siglo de vida, se permite describir una serie de congéneres de distinta especie aplicando su fino sentido de la observación, desarrollado a lo largo de años de metódica investigación científica. La capacidad de análisis se refleja, particularmente, en aquellos temperamentos que ofrecen un gran parecido. En muchos casos los rasgos diferenciadores son mínimos; sin embargo, para un experto en el arte de la clasificación de los elementos de la naturaleza, estos matices son más que suficientes para definir con toda precisión una variedad, a pesar de otras muchas notas comunes.

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Algo de todo ello queda plasmado en esos esbozos magistrales (el adjetivo se refiere al contenido de los testimonios que son un modelo de fina observación psicológica, sutil ironía y capacidad de concreción; desde el punto de vista de la calidad de la prosa dejan mucho que desear), en los que despacha de un plumazo – apenas una treintena de líneas – el retrato acabado de una forma de ser. Todavía hoy sus descripciones tienen plena vigencia, pues ha sabido captar lo que es esencial y, al mismo tiempo, pertinente en cada tipo psicológico. Buena prueba de su lucidez e inteligencia es la vía narrativa y el tono discursivo empleados. No se trata de sesudas reflexiones o de exquisitas disquisiciones sobre la condición humana en la estricta línea de la investigación aristotélica, sino de una bocanada de humor sano y reconfortante sobre los defectos inherentes a nuestra calidad de seres racionales. La lectura de estos breves capítulos produce un efecto catártico sobre nuestra propia conducta y acrecienta la capacidad de comprensión y de ternura hacia el prójimo y sus debilidades. No hay una visión inmisericorde de nuestros errores ni una actitud punitiva o moralizadora, tan sólo un dibujo hecho con finos trazos e intención caricaturizante.

Hasta aquí nuestro resumen de la introducción a la edición en Gredos de los Caracteres de Teofrasto por Elisa Ruiz.

El término griego kharaktēr (χαρακτήρ) servía originariamente para designar el instrumento que deja una huella o graba, por ejemplo, el troquel y, también, el efecto de esta acción, esto es, la impronta marcada. Un uso metafórico del vocablo lo llevó a significar “señal”, “distintivo”. Probablemente bajo esta acepción lo utilizó Teofrasto, quien, tal vez, introdujo la novedad de aplicarlo al alma humana. Según P. Steinmetz, el plural que figura como título de la obra estaría justificado por ser una denominación genérica, algo así como “rasgos”.

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